Imagen de:
PIEDRA LIBRE
El padre juega
con sus criaturas.
La cara vuelta
contra la pared
y el brazo
levantado hasta los ojos,
está contando
como si llorara.
Y mientras
cuenta sus criaturas crecen,
van por el mundo,
suben escaleras,
se enamoran o
estudian geometría.
Cuando terminan
de contar, el padre
entra en los
cuartos y revisa muebles.
Apenas ve.
¿Quién apagó las luces?
Su voz ha
enronquecido, los invita
a dejar de una
vez los escondites.
Y los hijas
regresan, jubilosos.
¡Cómo han
crecido! Son casi tan altos
como los sueños
que en su juventud
solían
desvelarlo dulcemente.
¡A contar! ¡A
contar! - exclama el padre.
(Los grandes
siempre vuelven a ser niños)
Y los hijos se
apoyan contra el muro,
hunden la frente
entre los brazos. Cuentan.
Y mientras
cuentan-once, doce, trece...-
el padre se va
haciendo pequeñito.
Cuando terminan
de contar lo buscan.
Lo buscan pero
el padre no aparece.
Se ha escondido
debajo de la tierra.
©ANTONIO REQUENI, poeta y escritor argentino
Miembro
del círculo de amigos de Asolapo Argentina
Aporte propuesto por Zulma Nicolini
Dramático retazo de la Vida,cuenta atrás que no perdona, estampa de los muchos que ya no pueden jugar a la escondida con su padre ni con el padre de sus hijos.....!
ResponderEliminar