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domingo, 19 de junio de 2016

ROBLES FUERON... Y SERÁN, Joseph Berolo, Colombia
















Imagen provista por el autor

Robles fueron... Y serán
A mis hijos, hijas, nietos y biznietos.
Junio 19.2016
Día del Padre, Junio 19.2016


Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida siempre veo dibujada sobre el amplio panorama del recuerdo la imagen de mis padres, y en su huella, esa otra de robles precursores de sus vidas, los abuelos.
 Coronados todos van con laureles de esfuerzo y sacrificio a su grandeza de nobles robles milenarios, raíz de tantas vidas, referente de tanta historia. 
Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida, veo abierto el libro de su historia y la releo y siento palpitar en cada línea su alma y su legado. ¡Oh Dios Creador de toda vida! Cuán lejos estoy de ser lo que ellos fueron!  
Lejos de los míos, demasiado lejos.  Ausentes todos somos sin poder vivir de cerca nuestras dichas y compartir nuestras tristezas. Crece en mí la necesidad de volver a verlos y estrechar sus manos trabajadoras, creativas, dadivosas y gentiles que han laborado en todos los eriales del Señor y construido su existencia con honor y con nobleza.
Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida contemplo su silueta de pioneros de otros mundos, sembrando las raíces de su propia estirpe, y mi corazón se alegra con las buenas nuevas de sus vidas y se llena de amargura con sus penas. Duele mucho estar ausente.
Cuando levanto los ojos hacia el horizonte de la vida, contemplo el paisaje aquel desdibujado por el tiempo, de ese siglo que los vio nacer, y el rápido pasar de éste que me lleva hacia el final de mi existencia en solitario recorrer adolorido el momento ido, la oportunidad perdida, el dolor que nunca fue calmado, la alegría que jamás se compartió, la ausencia que todo lo borró. Solo queda el creer en renovadas huertas y esperar que crezcan nuevamente, en mis hijos y los hijos de sus hijos, esos robles que precedieron nuestro destino y nos legaron sus valores, su fortaleza moral, su grandeza espiritual. 

Una guitarra con eco campesino suena en algún lugar de la comarca. Quiero creer que la rasga la nostalgia, y con sus cuerdas, construir un puente y cruzar el mar de olvido que nos separa, y llegar a sus remotos puertos y allí, al pie de la ventana de sus nidos, entonar la serenata debida a la eternidad de los viejos robles y al futuro de los nuevos.

Desde Colombia, desde la Luna, como suelo llamar esta esquina de mi sufrida patria, acudo a imágenes y recuerdos ¡bajo la sombra de los viejos roble,​esos que agigantan por su ausencia, mi orfandad!

Firma, Un gran ausente, Vuestro padre.

©JOSEPH BEROLO, poeta y escritor colombiano
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


1 comentario:

  1. Estimado amigo,muy identificada con tan preciosa exposición de circunstancias comunes a nuestra edad y época de la vida.Uno a uno vivimos los abuelos esos episodios,algunos con más agobio y otros no, pero la aceptación de los acontecimientos ya es un hecho que creo, viene de a poco, y así debemos ir acomodándonos a ellos, es otro triunfo sobre la Vida, al devenir de tantas circunstancias nuevas que a todos nuestros contemporáneos, se les sirve en bandeja, el asunto es ir bebiendo ese brevaje, con cautela y aceptación de los hechos, contemplando con sabiduría las cosas buenas que la Vida nos ofrece (Que, a esta altura,son muchas, lo sostengo y afirmo, apreciado Joseph Berolo, exquisito escritor y poeta , como lo acabas de demostrar en esta pieza literaria magistral!!!!!! .Mi saludo !!!Y.E.S.Molina

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