SOY DEVOTO
De adoquines grises, de adoquines rojos
De los aun presentes, de los ahora ocultos
De vías que asoman cicatrices de ausentes recorridos
De sombrías calles abrazadas de plátanos
De silueta enredada, extraña a los visitantes
De las casuarinas mustias de la plaza
De arrinconados eucaliptos centenarios
Del aroma de jazmines y magnolias
Del lema merecido por insolente belleza
De bulevares floridos y extrañas palmeras
Del Palacio decaído, de silencio obligado
Del mítico Palacio inhabitado y demolido
De la casona junto a Rosa compartida
Del Mirador sin vigía, símbolo presente
Del Castillito sin cañones ni nobleza
De la Basílica demorada y bella
Del ayer presente en la Capilla Anglicana
Del Palacio de Aguas opaco y majestuoso
Del sombrío Seminario imponente
De las culpas encerradas en odiada fortaleza
Del que no quiere irse, pero se aleja de a poco
Como el viejo tren al Pacifico
Que resiste en las mesitas de lectores
En el cavilar de los bancos de la plaza
Y las cenizas de los consecuentes
De un ayer aristocrático y plebeyo
De un presente nostálgico y errático
De un mañana impredecible
Tal como fuiste, eres o serás.
Soy Devoto para siempre.
NORBERTO PEDRO MALAGUTI – Buenos Aires, Argentina
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