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sábado, 21 de septiembre de 2024

POR UN ALFAJOR - Norberto Pedro Malaguti – Buenos Aires, Argentina



POR UN ALFAJOR

Sabía que había varios compañeros del curso que se colaban en el tren, cuya estación estaba a un centenar de metros del Colegio Reconquista, pero yo por timidez, temor o estúpida moralina, nunca me animaba.

Algunos lo hacían para comprar algo más en el buffet, yo salteaba ese paso del almuerzo para ahorrar y poderme comprar un libro, esas novedades atractivas que aparecían en la vidriera de la Librería Bautista,

De Urquiza a Migueletes, dos estaciones, ¿qué podía pasar?, me preguntaba, hasta que me animé. Si me ahorro el boleto, me podría comprar otro libro más.

Las primeras coladas fueron con algún compañero, pero empecé a preferir estar solo pensado que era más fácil pasar desapercibido.

La técnica no era compleja: ver por dónde subía el chancho después de dar la orden de salida con su silbato, y yo subir lo más alejado posible.

Pero un día la estrategia falló, y me atrapó. Sólo intenté decirle que me había quedado sin plata, pero era inflexible. 

Me amenazó con que me bajaría en la próxima estación y que deberían retirarme mis padres; eso era terrible, pues esta falta de conducta era intolerable.

El tren por no sé qué razón, paró entre barreras, llegando casi a la estación Pueyredón, y allí pensé en saltar, pero el guarda (el chancho) me tenía bien bloqueado

De pronto se me ocurrió la última excusa.

-Señor, le diré la verdad, sabe, mis papás me dan la plata justa y como tengo una compañera en el aula que me vuelve loco, me gasté la plata del viaje y le regalé un alfajor.

No sé por qué experiencias amorosas pasó ese hombre, pero lo cierto es que todo cambió, me retó con energía y me dijo: -Te bajas en la próxima y no quiero verte nunca más.

Menos mal que el chancho no sabía que mi cole no era mixto.


NORBERTO PEDRO MALAGUTI – Buenos Aires, Argentina


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