SUEÑOS Y FANTASIAS DE JUAN
RAMÓN
Juan
Ramón cogiendo los zapatos de debajo de la cama salió al jardín empujando la
puerta de cristal. Frenó su actividad y sencillamente, se puso a meditar
Un
ligero fresquito le golpeo la cara. Había llovido un poco durante la noche,
quizás ya en la madrugada pues los geranios retenían orgullosos las gotas de
agua que el sol no se había todavía bebido.
Respiró
profundamente y se sentó en la pequeña hamaca de su madre, en aquel minúsculo jardín
en medio de tanto edificio. Era una parcela de placer aquel pequeño espacio en
donde el esmero y cuidados de su madre daba la imagen del jardín del Eden, por
lo menos, en sus recuerdos de antaño en donde su abuelo le instaló un caballo
de madera en cuyo lomo navegaba por los cielos hermosos de su fantasía.
Había
pasado todo el día en el hospital cuidando a su madre que había padecido una
trombosis y que difícilmente iba superando la situación.
Volvió
tarde y se acostó en la cama de la mujer que cincuenta años antes le dio la
vida, lo crio de la mejor manera e intentó abrirle un horizonte nuevo que no
fuera el de su padre dado al alcohol, a las mujeres y a la violencia.
Lo
consiguió ampliamente, aunque los primeros años, los años de la niñez de Juan
Ramón, la influencia del padre dominó la vida del muchacho.
A
veces un trabajo lento, paciente perfectamente trazado y estudiado puede dar a
través del tiempo un resultado satisfactorio, no tanto para la madre pero sí,
para el propio Juan Ramón que en aquel momento toda una vida de sacrificios, de
coraje y de amor surgió en aquel hogar para la formación del muchacho.
¿Pueden
las adversidades hacernos reflexionar sobre los valores que hemos mantenido a
pesar de tantas cosas negativas que hemos tenido que afrontar?
Por
supuesto, pensó Juan Ramón, es un reto, pero la vida es en realidad, un constante
reto que hace que para superar los obstáculos, las dificultades y los
problemas, nos hagamos más hábiles y desarrollemos nuestras cualidades que por
supuesto tenemos, sólo falta que creamos en ellas.
SALOMÉ MOLTÓ, Alcoy, Alicante, España
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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