Bienvenidos

viernes, 31 de mayo de 2024

CUANDO EL MALTRATO CUNDE GRATUITAMENTE (Nota de opinión) - Roberto Alifano, Buenos Aires, Argentina

 



CUANDO EL MALTRATO CUNDE GRATUITAMENTE (Nota de opinión)

La política de esta castigada república sudamericana, aún para los más pintados analistas, es un embrollo difícil de entender. Hay países en el mundo; pero, sin duda, la Argentina no ofrece puntos de comparación. El hartazgo llevó en las últimas elecciones presidenciales a un extrapartidario polémico, agresivo y grotesco (que algunos sin eufemismos llaman “loco”) y ahora en su afán universalista ha pisado tierra de España para intentar erigirse en líder de una derecha mundial, casi extremista, y Vox lo recibe con los brazos abiertos.

Allí, entre tropiezos y paradojas, el presidente libertario reafirma su adhesión a esa cumbre europea, que él ve con proyecciones internacionales, mientras en el desorden local prosigue sin lograr que el Congreso le apruebe una “ley base” para imponer un proyecto macroeconómico afín a su ideología, pero insensible a la economía cotidiana, que incluye el pan familiar de cada día. Una macroeconomía que es improbable que funcione; sobre todo sin poder parlamentario y donde el hambre ya está instalada mostrando cifras escalofriantes. Cierto, hay muchas y acaso demasiadas cosas que se vienen enquistando en una complicidad que Milei llama “la casta”, con una corrupción que hizo y sigue haciendo estragos en casi todos los órdenes de la dirigencia. El reciente caso de los grupos piqueteros es quizá el menos sorprendente que inquietante.

Pero es ahora el circo diplomático, instalado en España, el que ocupa un lugar central. Milei apela a la política exterior para generar audiencia y encontrar apoyo. Sus declaraciones especulativas, incómodas y acaso inapropiadas, que no tienen costos económicos locales (salvo el costo del viaje de él y su comitiva, que incomoda a los sectores más austeros), instalan una polémica de ambos lados del Océano. Nada mejor entonces que una disputa entre Sánchez y Milei, para encender una hoguera que nace apagada en sus propias cenizas; aunque resulta pésima en la relación de España con la Argentina, por un asunto -digamos- de buena educación y respeto entre países civilizados.

En lo práctico no hay negocios que se arruinen porque dos países se peleen; en la realidad ambos atraviesan un momento de alta tensión política y el debate público está tan intoxicado en un país como en el otro. El partido que salió segundo en las elecciones catalanas tuvo gente proscripta, inhabilitada y presa por sedición al hacer un plebiscito anticonstitucional. El líder de esa corporación hace discursos desde Francia porque está prófugo y todo (o casi todo) depende de la estabilidad del gobierno español; atado, por otro lado, a un partido, que no quiere ser español.

Así las cosas, lo que sucede en la Argentina a nivel político no es menos intenso que lo de España. Por otro lado, el asunto Milei, flota en dos aguas: el hecho de que no haya sido una visita oficial y que la convocatoria sea en el marco de un acto partidario de ultraderecha, que no es de por sí una señal demasiado saludable. De cualquier manera, hubo convocatoria por las expectativas generadas por el encuentro, y seguramente lo que pasó no ayude para nada en los negocios bilaterales que benefician a ambos Estados. Las decisiones de inversiones o de expansión necesitan otro telón de fondo. No el que se proyecta en una riña de presidentes.

Es posible entonces que la excursión como visita no oficial del Jefe de Estado Argentino a España no tenga consecuencias ni incidencias durante toda su gestión. “Que el Presidente de la Argentina venga a España y no sea recibido por su par español es inaudito pero no modifica demasiado las cosas. En el perfil ideológico de cada Jefe de Estado, da igual”, argumentó desde España Beatriz Becerra, una política y escritora que fue legisladora del Parlamento Europeo entre 2014 y 2019, autora, además, del libro Eres liberal y no lo sabes. Y luego completó: “En el caso de Milei los insultos me parecen un comportamiento totalmente impropio para quien ejerce por delegación de sus ciudadanos una responsabilidad pública. Especialmente si hablamos de un nivel ministerial o de presidencia. La desmesura sin límites (y sin consecuencias) lleva a una percepción de impunidad por parte de nuestros gobernantes. No deberíamos tolerarla en ningún caso”.

En asuntos de negocios, que los presidentes de España y la Argentina no se reúnan en forma oficial no es, sin duda, una buena noticia para la comunidad empresaria. El desaforado Milei, como viene siendo su estilo, utilizó publicaciones periodísticas para arremeter contra la esposa de Sánchez y este, rápido de reflejos, recogió el guante y puso en marcha la reacción oficial en contra de palabras partidarias. Cada cual en su juego, por supuesto. Sin embargo, es una pésima señal para las necesarias relaciones que ya están tejidas entre los dos países. “España es uno de los principales inversores extranjeros en la Argentina y la vía diplomática, el hecho de tocar el timbre en la embajada de uno y otro lado es siempre una manera de destrabar algún tema, o poner al corriente de situaciones a los gobiernos. Imaginemos qué diálogo puede haber desde ahora. Ojalá todo termine de una manera razonable”, dijo un alto ejecutivo de una de las empresas que participó de las reuniones en Madrid.

El trazo grueso con el que la delegación argentina marcó este viaje a Europa, seguramente, quedará impreso en lo que viene a partir de ahora. Los viajes presidenciales que ha hecho Milei, es necesario tenerlos en cuenta, han sido no oficiales al punto de que alguna vez, en uno que hizo a los Estados Unidos, no se movió una sola pieza de la diplomacia americana. Con lo cual, las convocatorias a las reuniones son oficiosas. Sin embargo, en esta ocasión los hombres de negocios quedaron presa de un enfrentamiento que los involucra en parte, pero que por lejos, los excede.

“A buen entendedor, pocas palabras”, dice un famoso refrán. Sucede, además -y esto también es necesario tenerlo en cuenta- que la comunidad de empresarios españoles está enfrentada con Sánchez, y se quejan de que injustamente están atacados por el Gobierno Español. De hecho, en alguno de los últimos actos, ni siquiera fueron convocados a la foto en acuerdo con los sindicatos. En este contexto, Antonio Garamendi, el actual presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales y uno de los símbolos del enfrentamiento con el oficialismo español, se encargó de la convocatoria de Milei. Según se comenta, tenía dos objetivos: por un lado, la expectativa de escuchar y acercarse al presidente argentino; por el otro, pasar un mensaje a Sánchez. No obstante, al parecer, no consiguió llevar interlocutores válidos al encuentro, pero aportó nombres de empresas con intereses en España y la Argentina.

Como se pudo ver, una vez concluido el polémico encuentro, había hasta entusiasmo entre los concurrentes. De hecho, ahí ni tampoco en la presentación del libro de Milei, hubo reproches a su par español. El tono se levantó cuando trató de corrupta a la esposa de Sánchez; aunque, en verdad, no se pasa por alto que fue el primer presidente que no saludó la llegada de Milei como Jefe de un Estado democrático. Tampoco se pasa por alto que el rey Felipe VI llegó sólo a la asunción de Milei, sin ningún ministro del gobierno de Sánchez. “Pases de factura”, se diría en buen castellano o, como tal vez agregaría el inefable Quevedo “la vida empieza en lágrimas y caca”. En este caso el conflicto.

Lo más cierto es que todos quedaron incómodos. Quizá Milei, que disfruta en la agresión, apostó a un pleno en su popularidad y en la posibilidad de quedar como referente de la derecha mundial. Pero que se entienda, que una cosa es lo que le conviene a él y otra lo que esta situación aporta a la Argentina. En España, mientras tanto, la derecha política eternamente agradecida; no así el sector empresario, que ya ha fijado su posición acorde con el Gobierno de España. De ninguna manera preferirá estar bien con Milei a costa de su relación con el propio país. Una reciente declaración lo confirma.

Tampoco en la convulsionada República Argentina las cosas marchan de maravilla. La provincia de Misiones está en pie de guerra con el Gobierno y ya hay algunos que hablan del “misionazo”, parodiando la acción estudiantil, obrera y sindical, que se enfrentó en la provincia de Córdoba, en1969, y fue duramente reprimida por la dictadura militar autodenominada Revolución Argentina.

Esta vez, la que encabeza el alzamiento pidiendo mejoras en los salarios es la propia Policía Provincial, a la que se suman todos los sectores. Milei, en otra de sus contradicciones, considera a Misiones como paradigma del cambio económico que está impulsando en la Argentina.

 

ROBERTO ALIFANO - Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario