CUENTOS DEL
SIGLO POSTERIOR
PEDIDO
DE AUXILIO
El hombre oró
sobre las páginas amarillas. No muy lejos, en la casa de al lado, la mujer
buscaba con desesperación el teléfono del doctor García en las páginas de
©NORBERT PÂNON, Buenos
Aires, Argentina
ÚNICO ESPACIO OFICIAL DE DIFUSIÓN GRATUITA PARA NUESTROS MIEMBROS. NORBERTO PANNONE
CUENTOS DEL
SIGLO POSTERIOR
PEDIDO
DE AUXILIO
El hombre oró
sobre las páginas amarillas. No muy lejos, en la casa de al lado, la mujer
buscaba con desesperación el teléfono del doctor García en las páginas de
©NORBERT PÂNON, Buenos
Aires, Argentina
Yo
creo que la vida no es un hecho fortuito,
es la historia breve de un libro que no
es gratuito.
Yo creo que he sido y soy un enamorado
de las culturas,
del artificio de las letras y de la
quietud de las noches eternas.
Yo creo más en Sócrates que en otro de
sus sucesores.
Yo no creo en Marx, en Hume, en Smith,
no creo en la utopía.
Yo creo en un niño carpintero de
Nazareth y en su Madre María,
que en cada tarde o al despertar la
mañana, alguna plegaria mía les rezaré.
Yo no creo que el ayer ni el presente
presagien nuestro futuro.
Cada día nos es diferente, pero no
absolutamente incierto.
Nosotros, seres mortales que seremos
polvo,
podemos ser eternos, si hacemos de
nuestro vivir, un pequeño huerto.
Yo no creo en los reinados de la
monarquía, ni en la praxis política.
La democracia de hoy me sabe
imperfecta, las cifras no otorgan siempre razón.
Yo creo en el hombre sabio, porque que
no habla mucho
y sus ojos son como las palabras de un
hombre sencillo.
Guillermo
Fernández del Carpio, Arequipa, Perú
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
El primer beso
Yo
ya me despedía… y palpitante
cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.
Salí
a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí… Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
-«Perdóneme, Señor esta alegría.»
AMADO NERVO, México
En
una clínica psiquiátrica, un paciente lo decapita a otro mientras duerme. Luego
comienza a reír (como un loco), pensando en el susto que se habrá de llevar
cuando despierte.
Quien
despertó fue él, y vio que no había ningún decapitado y que quien reía a
carcajadas era el otro.
Volvió
entonces a conciliar el sueño; pero esta vez se llegó a identificar con la
víctima y ya no despertó.
Luis Alposta, poeta
y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR
CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
De su libro "Trece Historias a Muerte" (para leer
de un saque), cuentos breves.
1° Ed, La Casona de Iván Grondona, Buenos Aires, 1978;
2da. Ed. El lunfa, Buenos Aires, 1982.
AUTORRETRATO
Soy un pequeño gesto de la vida
un reflejo desgarrado de un relámpago
una luz en el pantano.
Soy la levedad de una caricia
un latido que arrojó el universo
una mueca que intenta ser palabra
una palabra que sublimó sus letras.
Soy el grito de un útero en riña
un esbozo de vida en los escombros
una voz que se desangra entre las piedras.
Soy una música que lavó sus notas
en la fuente matriz de una entelequia
un ave que plegó sus alas
de mórbido plumaje.
Soy una partícula de gleba fecundada
en un páramo insurgente
la sonrisa que trueca rostros de espanto.
Soy la flor que redime a la bestia.
Gladys Abilar, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Situaciones
Es el tiempo del hoy.
Es la tarde que
transcurre.
Nublada. Fresca. Lluviosa.
La presencia de los
amigos.
Que hablan. Que gritan
entusiastas.
Que brindan por estos
momentos.
Vivir. De eso se trata.
Vivir.
Vivir en plenitud y
concreto.
Sentimientos. Emociones.
Lo que la vida otorga
sólo cuando estas así
dispuesto.
No eres un vegetal. Eres
humano.
Creativo. Persistente.
Sensible.
Para ser, en verdad,
único e irrepetible.
ANTONIO LAS HERAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR
CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
Infinidad de veces se ha planteado la cuestión, de si el ser humano siente intrínsecamente el sentimiento religioso o se le impone culturalmente. Creo que todavía no se ha llegado a una posición clara, ya que la gente se manifiesta tanto a favor de un concepto como del otro. Se llega hasta apuntar que el sentimiento religioso ha contribuido a la evolución del ser humano. El budismo, religión nacida en la India, apuntó a unos valores, como la misericordia, el amar al prójimo como a sí mismo y tanto otros valores que fueron adoptados, después ya desde Judea, tanto por el judaísmo como por el cristianismo varios siglos más tarde y sobre el 600 de nuestra era por el Islam. Después a través de los siglos hemos ido viendo las diversas divisiones y fragmentaciones en que se han desarrollado las dichas tres grandes religiones monoteístas.
Ahora bien, sobre estos eternos valores los dirigentes de toda religión se han
apresurado a organizar la sociedad con una estructura piramidal y que por
supuesto, colocando a la cabeza al máximo dirigente, quien ha dictado normas y
liturgias a seguir. Decía el papa León XIII “Someterse a Dios es
sujetarse a su voluntad para alcanzar la libertad” y claro, quién diga
cuál es la voluntad de Dios, será siempre el prelado, el muecín, el rabino o el
pastor, con pretensión de autenticidad y excluyendo toda otra creencia.
Los “gurús” de todas las sociedades que han intentado siempre imponer su
voluntad en detrimento de la libertad y la integridad del ser humano, los que
siempre han estado contribuyendo a su esclavitud, se han amparado y a su vez se
han servido de las religiones para perpetuar su eterna dependencia
de un dios hipotético y así imponer su despotismo.
Construir Iglesias, sinagogas, o mezquitas es someter a un dictamen preciso e
interesado la voluntad de los creyentes, y no a los conceptos humanistas
que cada religión posee, sino al dictado de quién la aprovecha en sentido
propio.
Como arma política también juega su papel; formar a la gente dentro de un dogma
con el odio y la oscuridad mental pertinente y dirigirla allí donde los
intereses de un grupo determinado convengan, es una actitud demasiado
frecuente. Occidente lo ha sufrido a través de toda la Edad Media y quizás
ahora el mundo musulmán empieza esta oscura y nefasta trayectoria y que su
Renacimiento se emprenda dentro de quinientos o mil años. El tema es
preocupante, porque en el fondo estamos asistiendo a una proliferación de
manifestaciones religiosas que nos tememos sean la rebelión de pueblos que, a
falta de una salida social justa y próspera, a tantas y tantas frustraciones,
encubran su decepción con un fanatismo religioso de resultados netamente
alarmantes.
Y no obstante, es el mundo musulmán el que salvó de la barbarie y el fanatismo
cristiano la cultura griega, traduzco al árabe los textos de los clásicos
helenos, y gracias a ellos podemos hoy conocer las obras de Platón, de
Aristóteles, saber de la filosofía de Sócrates y de tantos otros, nuestro
antiguo patrimonio cultural es hoy un logro gracias a la cultura árabe que nos
la preservó durante el oscurantismo cristiano.
Los que nos hemos preocupado y estudiado el proceso religioso
de nuestra humanidad, siempre nos hemos congratulado de los derechos ciudadanos
que la humanidad ha ido adquiriendo. Queda ya muy lejos el Renacimiento en que
las mentes preclaras de un Bacón, Montague, Leonardo Avinca,
primero, Hobbies, J.J. Rousseau, Voltaire. Colbac después, y tantos y tantos
otros con que supieron eliminar aquellos tiempos de fanatismo y represión
del Medievo, en donde la religión todo lo podía. Después de la II G. Mundial,
las N. Unidas publicaron la carta de los derechos Humanos, derechos universales
y con ellos pensábamos que la Humanidad había dado un paso de gigante en
pro de una existencia más fraterna y respetuosa. Porque, las religiones que
empiezan con las mejores de las ideas acaban todas imponiendo el dogma
particular de cada una, hasta dominar al ser humano para que no ejerza su
voluntad sino, la voluntad del “maestro” de turno y de cada creencia. Así los
adictos de cualquier credo se entregan sin condiciones al dictado impuesto por
muy aberrante que sea
Si con el Renacimiento y la Ilustración se pretendió que el hombre empezara a
ejercer su raciocinio, si pudiendo liberarse de todo concepto opresor empezaba
a ser capaz de tomar en sus manos su propio destino, hoy asistimos a la
proliferación de mezquitas, iglesias y demás centros de culto en donde no
se razona, ni la verdad, ni la naturaleza humana, y se sigue el dogma en rigor
del momento. A cuantas más personas fanatizadas en mensajes subliminales más
obediencia al “rector”, que las conducirá allí a donde el grupo de poder del
momento lo decida. Fieles convertidos en fuerzas destructoras de sí mismos y
del entorno. ¿Es a través de estos jóvenes fanáticos que los países pobres
plantan cara a los países que los invaden y los oprimen? Nos parecen muy magras
victorias y tanto más que los dirigentes religiosos se sirven muchas
veces de pobres criaturas mientras ellos se ponen a buen recaudo y luego
capitalizando el esfuerzo de esas víctimas negocian con el enemigo.
Triste perspectiva a menos que las personas empiecen a ser capaces de andar su propio camino sin muleta religiosa alguna.
SALOMÉ MOLTÓ, poeta y
escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
De librerías,
bibliotecas y poetas
El tiempo es ese
enemigo que mata huyendo.
Quevedo
Debemos recordar una crónica que ya no existe. Un
mundo que atesoró significación ideológica y cultural. De
adolescente y de joven he transitado librerías de viejo con fervor, con pasión
desmesurada. No era el único. Librería Palumbo, Hernández, Buenos Aires,
Ixtlán, Del Humanista, El Glyptodonte, Edipo, Verbum… También concurría al
Ateneo, Fernández Blanco, Pardo, Pigmaleón, ABC, Alberto
Casares, Jorge Álvarez, Norte, Clásica y Moderna…
Libreros como Francisco Gil, Alejandro López Medus,
Jorge Brandi, Carlos Hernández, Horacio Tarcus con quienes hice amistad.
Algunos de ellos me protegieron en tiempos de la dictadura:
Gil, Brandi, Hernández. En las librerías se presentaban autores,
conocidos y amigos. En algunas organicé recitales de poesía con
actrices y actores de renombre. Conocí e hice amistad con Lubrano
Zas, Eduardo Gudiño Kieffer, José Gobello, Ricardo E.
Molinari, León Benarós, José Raed, Alfredo Llanos…y tantos otros. Nombres que
se unían a literatos que iba detectando en la vida - en sus casas, centros
culturales o bares - como Raúl González Tuñón, David Viñas, Horacio Armani,
Luis Franco, Bernardo Jobson, Héctor Ciocchini, Luis Di Filippo, Diego Abad de
Santillán, Abelardo Castillo, Leónidas Barletta, Ángel
Battistessa, Guillermo Furlong, Juan L. Ortiz…
Descubría nombres, libros, publicaciones. Llegaban
a mis oídos Milcíades Peña, Mateo Fossi, Héctor Raurich, Carlos de la Púa,
Gleizer, Alberto Ghiraldo, Ideas y Figuras, Alba Literaria, Brazo y Cerebro,
Pasado y Presente, Cuadernos de Cultura, El grillo de papel, El escarabajo de
oro, entre tantas revelaciones.
Terminado el secundario comienzo a estudiar la
Carrera de Letras en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, fundada en
1874, uno de los establecimientos más prestigiosos del país. Allí lo clásico,
la literatura con mayúscula, los grandes movimientos sociales y culturales.
Desde los griegos y latinos, pasando por la Edad Media hasta el siglo XVIII. La
literatura alemana, inglesa, española, italiana, francesa. La pintura, la
escultura, la sabiduría, la música conformaban un universo único. Grandes
profesores, escritores y humanistas estudiaron en sus claustros. Un edificio
del neo-renacimiento italiano. Tuve profesores que amaban las letras y amaban
enseñar. Hombres de renombre nacional y, muchos de ellos, internacional; todos
de una generosidad ilimitada. Evoco a Rodolfo Modern, Julio Balderrama, Germán
Orduna, Lorenzo Mascialino, Juan Sibermahart, Ángel Mazzei, Ricardo
Ayabar, Lidia Siffredi, Reynaldo Carlos Ocerín. Y, por supuesto, la profesora
Catalina Lago - Historia del Arte – discípula de Julio E. Payró. Nos
vinculaban al universo de lo estético, de lo ético, al canon occidental.
Virgilio, Ovidio, Catulo, Dante, Petrarca, Cervantes, Shakespeare, Goethe,
Menéndez Pidal cobraban una dimensión inimaginable en nuestra vidas. Citar en
los pasillos a Esquilo, Eurípides, Leopardi, Góngora, Gutierre de Cetina, Santa
Teresa o Anacreonte era conversar con un familiar, con alguien que visitábamos
con frecuencia, que nos indicaba signos y mitologías.
En mi hogar estaba presente el cine, el
ballet, autores españoles del Siglo de Oro y de la Generación del 98. Sin duda
la Guerra Civil Española, el nazismo, el estalinismo, la demagogia peronista.
Mi familia gallega era habitué a los cafés, mi padre y mi hermano mayor sobre
todo. En mi adolescencia conocí otros bares, otra bohemia, otra manera de
mirar.
De niño escuchaba hablar a mis hermanos – era
el menor – y a mis padres de temas inimaginables. Algunos hitos:
Jimmy Durante, Condesa Pardo Bazán, Unamuno, Fred Astaire, Cole Porter, Eugene
O´Neill, Ernesto
Grillo, Arsenio Erico, Américo Castro, Rocky Marciano, Sarita Montiel, la crema
dental Pepsodent, Osvaldo Pugliese, La Prensa, Santiago de Compostela…
Desde estas vivencias frecuenté los bares Moderno,
Politeama, La Paz, Astral, Tortoni, Suárez entre otros, donde se discutía desde
la Guerra de Vietnam hasta los crímenes de Stalin, de Mao o de Franco. Luego,
ya mayor, junto a los poetas Rubén Derlis, Rafael Alberto Vázquez, José Antonio
Cedrón, Luis Alberto Quesada, Roberto Santoro, Oscar González, Rubén
Chiade, Lucas Moreno recorrí bares históricos.
Citábamos a Álvaro Yunque, Elías Castelnuevo,
Roberto Mariani, César Tiempo, Aníbal Ponce, Máximo Gorki, Bakunin,
Marx, Bernardo Koremblit, la Editorial Claridad y tantos nombres hoy
relegados.
Corrientes, Lavalle o Florida ya no me pertenecen.
Pocos lugares de la ciudad me pertenecen. Son burgos ajenos, desconocidos.
Empobrecidos y degradados como toda una sociedad. Si sabemos ver, si sabemos
observar lo advertimos. No todo tiempo pasado fue mejor, para volcarme a una
frase vulgar. Pero sin duda el aire ha cambiado de manera feroz. La sociedad se
desplazó lentamente a lo chabacano, a la ordinariez. En los últimos
años particularmente. La literatura, el arte, la belleza, siempre fue para unos
pocos.
El sentido de lo bello o de lo ético a lo largo de la historia fue así. Pero
tanto el hombre cultivado o instruido como el iletrado o inculto admiraban arquitecturas,
templos, museos, bibliotecas, escuelas. Ahora creo que el desconocimiento, la
imbecilidad, la ignorancia posee rasgos ilimitados. Para las nuevas
generaciones el mundo comienza cuando abren el celular, se comunican
con monosílabos. Y sonríen como opas. Leemos sobre “los cretinos
digitales”, la generación Z, los millennials, los emojis,
el cociente intelectual, la frivolidad. Ese es sólo un aspecto, hay tribus de
cuarenta o setenta años que dan pavor. Hay cabezas y cabezas, querido lector. Y
hay tarugos en todas las estanterías. Tener en cuenta.
Por supuesto siempre hubo islas y las seguirá
habiendo. Invoco la Biblioteca de la Federación Libertaria Argentina, la
Biblioteca Nacional de Maestros, la Biblioteca Carlos Sánchez Viamonte, la
Biblioteca Ricardo Güiraldes, la Biblioteca del diario La Prensa, la Biblioteca
Miguel Cané, la Biblioteca José Ingenieros. Pienso en Fahrenheit 451,
la novela distópica de Ray Bradbury. Mi intención en estas breves
líneas, caro lector, fue simplemente evocar lo perdido. Una suerte
de búsqueda del tiempo abandonado. Eso, nada más. Le ruego que me excuse.
Buenos Aires, noviembre de 2022
Carlos Penelas, poeta y escritor
argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
CÉDULA IDENTIDAD Dª BERTA GARDES
Cuando se está por cumplir 67 años del
fallecimiento de Doña Berta no podemos menos que sorprendernos de esta
revelación.
.Se trata
de lo que fue su Cédula de Identidad, documento tan recordado entre los
integrantes de nuestra generación, y que muchos de nosotros todavía conservamos
como un recuerdo de nuestra infancia y juventud; compuesto de dos tapas duras
color bordó y cuatro hojas internas con la foto del ciudadano y sus datos
personales de filiación y señas particulares visibles fué el documento que nos
daba identidad.- Obtenido mediante la visita del personal de la Policía
Federal, en la escuela primaria como primer paso , ó bien posteriormente en el
Depto. Central de Policía.
La fotografía que puede verse, es la cédula de identidad de Doña Bertha, en la cual se
observa claramente, el número del documento escrito en lápiz , costumbre que se
usaba para una mas rápida lectura , y la perforación del mismo número con el
sistema utilizado en la época (izquierda del documento ).
.
Ese
número es el
424635
.
No creo necesario aclarar que al leer este
número surge un dato que impacta y que parece una premonición. Igualmente me
permito desmenuzarlo para que resulte más fácil interpretarlo.
Nro. 4
- décadas de vida de Carlos Gardel (1890 – 1935) (*)
Nro. 24 - Dìa del fallecimiento de Carlos Gardel, su
hijo.-
Nro. 6
- Nomenclatura usada para designar el mes de junio
Nro. 35
- Año de la muerte de Carlitos.-
NO ES POCO: ES UNA INTERESANTE E IMPRESIONANTE COINCIDENCIA
Este “descubrimiento”, casual de mi parte, no
hace otra cosa que aportar más datos y curiosidades en la rica historia de Doña Berta,
la querida madre biológica del siempre recordado y nunca igualado: CARLOS
GARDEL.
.Mi único objetivo es que esto se conozca , sea
patrimonio para el futuro, y sirva para aquellos a quienes les dejamos, en sus
manos, la figura del mejor cantor de tangos que tuvo NUESTRO PAÍS Y EL MUNDO,
nativo en la hermosa tierra francesa y que adoptara a Buenos Aires como su
tierra natal, conservando el sentimiento Rioplatense.
(*) Aporte
sugerido por el amigo gardeliano Hèctor Lemmi, de la Sociedad Admiradores de Carlos Gardel de la Ciudad
de Mar del Plata. Gardel vivió desde el 11 de diciembre de 1890 hasta el 24 de
junio de 1935. Estos años:
44
años / 6 meses / 13
días. / 13 horas
©Héctor Fortunato Rebasti, poeta
y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
También publicado en España:
REVISTA Nº 79 - 24 de Octubre del 2022
Director-editor:
César J. Tamborini Duca, León, España
GACETILLA
Concurso Literario
Biblioteca Popular
del Paraná Edición 2022
Se encuentra abierto el Concurso Literario Internacional
Biblioteca Popular del Paraná Edición 2022. Los interesados podrán presentar cuentos breves con tema libre desde
cualquier parte del mundo hasta el lunes
5 de diciembre del corriente año.
En esta edición hay
una consigna por cumplir: en el desarrollo del cuento deberá aparecer el número
150 (en palabras o en cifras) usado libremente.
Son tres las categorías para participar: Adultos (de 18 o más años), Adolescentes (de 14 a 17 años) y Preadolescentes (de 10 a 13 años). Para
todas las categorías se considerará la edad cumplida al 30 de junio de 2022.
El envío de las obras deberá realizarse a través de la
Página de Internet de la Biblioteca Popular del Paraná: www.BibliotecaPopular.org.
Desde allí los interesados podrán completar un formulario con sus datos
personales y adjuntar el cuento, que no deberá superar las 800 palabras. En este sitio también podrán encontrar el reglamento
y más información.
El anuncio de los trabajos ganadores se publicará en el
sitio Web de la biblioteca el domingo 23
de abril de 2023.
El premio más importante para quienes tengan espíritu y/o
profesión de escritores es la publicación de las obras ganadoras de cada
categoría y las que reciban mención de publicación en una antología bajo el
sello Ediciones Biblioteca Popular del Paraná.
Esta es la décima tercera edición del certamen literario.
Fruto de las ediciones anteriores se han publicado los libros: “Cien años de
comunidad”, “Siempre y en todo lugar”, “Puro Cuento”, “Ejercicios de Libertad”,
“El Quinto”, “El Ojo en el Sol”, “Crujidos”, “Morir tan luego”, “Retorno”,
“Ciento once” y “La mancha amarilla”.
Por cualquier consulta los interesados pueden comunicarse al
siguiente correo electrónico: concursoliterario@bibliotecapopular.org
Sobre la Biblioteca
La Biblioteca Popular del Paraná es una asociación civil sin fines de lucro que desde 1873 presta el servicio de biblioteca pública con acceso libre y gratuito. Cuenta con más de 90.000 libros para lectores de todas las edades y promueve la pasión por la lectura, el debate de ideas y la permanente búsqueda del conocimiento. En su larga historia siempre mantuvo un rol destacado como lugar de encuentro de la comunidad, habiendo sido declarada su sede social Monumento Histórico Nacional por el Congreso de la Nación (Ley 26.116).
Para mayor información:
comunicacion@BibliotecaPopular.org
CUENTOS
DEL SIGLO POSTERIOR
Había llegado la muerte
para cortar el cordón umbilical consiguiendo que la vida sanguinolenta se
retrajera hacia la profundidad del útero. El anticonceptivo había surtido
efecto.
NORBERT
PÂNON, Buenos Aires, Argentina
LO ÚNICO
Vivía
pobremente y solo.
No tenía
familiares ni amigos.
Una noche le
dio cuerda al reloj
y quedó
muerto.
Lo único que
dejó,
fue un
tic-tac
que lo
sobrevivió veinticuatro horas.
Luis Alposta, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
-De su libro "Trece
Historias a Muerte" (para leer de un saque), cuentos breves.
1° Ed, La Casona de Iván
Grondona, Buenos Aires, 1978;
2da. Ed. El lunfa, Buenos
Aires, 1982.
ANIMARSE
Animarse es infundirse ánimo, valor, esfuerzo y energía; también atreverse. Es excitar a una acción. El ánimo es la capacidad de experimentar emociones, afectos y de comprender. Es también la fuerza y energía para hacer, resolver o emprender. Pero la concreción del concepto de tener ánimo o animarse, en la vida real, escapa a esta significación, y abarca una concepción existencial que une todas las capacidades del hombre, las intelectuales, las sentimentales y las volitivas. Es posible que dicha caracterización, tenga elementos atávicos y se remonte al pensamiento primitivo, puesto que se consideraba que todas las cosas naturales estaban animadas y se explicaban las mismas por la acción de fuerzas o principios animados. Es decir el ánima, cual sinónimo o símil del alma, era la característica de la vida. Lo que no estaba animado, no tenía vida, estaba muerto. Fue la primera diferenciación entre los seres vivos (vegetales y animales) y los seres inertes o muertos (minerales). Animar es entonces dar vida, o proyectar una concreción efectiva, real y activa a aquello que está en potencia, pero yacente. Es poner en acción, o ponerse en acción a uno mismo. Desde la psicología y a partir de Jung se considera animar, como la actitud, carácter o personalidad internas vueltos hacia el inconsciente. Biológicamente puede entenderse como el movimiento, la respiración, la proyección hacia adelante, hacia el futuro, de todos los seres. Estar animado escapa a este concepto elemental y determina una capacidad mayor, un plus en la actitud vital que lleva a pensamientos, ideas, acciones y concreciones. En el acervo popular animarse es tener voluntad, ser capaz de enfrentar las cosas y producir cambios, es estar un paso delante de lo común y sobresalir del entorno. Es tener coraje. Por lo general nuestra vida transcurre dentro de un rango específico determinado por las condiciones existenciales y sociales y por nuestra actitud ante el devenir de nuestro tiempo vital. Es un poco un plan o un esquema, que se repite cotidianamente y que fuimos construyendo, nosotros, nuestro entorno, la comunidad a la que pertenecemos y la región y el hábitat donde vivimos. Cada día y a veces con mayor asiduidad, nos preguntamos y nos cuestionamos por la existencia, por la actitud asumida y por la posibilidad de cambio a la que podemos arribar. La idea parte de una inquietud por superar el conformismo como residuo de la normalidad, pero también por el ansia de hacer algo, dejar una huella, ser distinto y provocar una situación que pueda ser aprovechada por todos para una vida mejor y lograr la felicidad a la que aspiramos. Esta idea choca con la costumbre y la rutina, lo que se hace siempre se hizo igual, para que entonces cambiar. En el fondo de nuestro corazón queremos un cambio, pero hay algo que nos detiene y nos determina. La vida rutinaria la conocemos, el cambio no. Es enfrentarse a lo diferente, a lo desconocido, a aquello que no podemos prever y que posiblemente nos haga daño. Animarse es entonces un acto de valor y también valioso. Es aceptar que se puede superar la existencia y mejorar la vida. Es querer trascender, es tocar el infinito y procurar un lugar más allá de lo posible y lo alcanzable. Es sentirse con la capacidad de crear, de modelar, de establecer algo diferente. La ciencia, la técnica, el arte, la cultura en general como expresión de todo lo que es capaz el hombre es fruto de ese atrevimiento, de animarse a ser otra cosa, ser mejor, progresar y dar para uno y para los demás una luz que era desconocida.
Animarse…
Animarse a ser feliz, a ser mejor, a ser capaz de crear, a promover las ideas superadoras que hagan del mundo un espacio de paz, de armonía, de solidaridad, de justicia, de felicidad. Animarse a ser auténticamente un ser iluminado pero humilde, creativo pero solidario, genial pero como el común de los hombres. Animarse a ser, aquel que busca la trascendencia del infinito y de la Divinidad.
Elias D. Galati, Buenos Aires, Argentina