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sábado, 22 de octubre de 2022

“EL PASADO DEL MAÑANA”, Rodolfo Ascencio Barillas, El Salvador

 



 





“EL PASADO DEL MAÑANA”

 

¡Oh muerte! ¡oh destino!

¡Oh Luz! ¡Amiga mía!

¿Por qué existe tanta disensión,

entre las sombras?

¿Porque los hombres,

huyen de tus besos?

¿Acaso no eres el excelente remedio,

de todos los males?

Eres la salida de todo sufrimiento,

eres más que la vida inerte

¿Porque veo sombras en la aurora,

de tus místicos atardeceres?

y una prolongada agonía,

se cierne con la lluvia de tus ojos

¿Quién odia tu complaciente silencio?

¿Quién escucha tu canto?

de seguro son los profanadores

de tu ineludible boca,

los que viven para producir

mas congojas con tu nombre,

los que lloran en los brazos

de tus inertes paraísos;

por eso, te espero con vehemencia

para transformar el mundo

que nos margina, y nos esclaviza,

en sus cadenas invisibles.

¿Quién osara burlar tus puertas?

¿Quién encontrara tu salida?

Yo clamo para escuchar el llamado

de tus fugaces trompetas,

y cuando haya muerto será el canto

silente vibrando en tu sonrisa,

y en la soledad de tus ojos,

¿Quién te comprende?

Ni Reyes, ni Mandatarios,

ni Potentados,

ni Clérigos, ni pobres y ricos.

Temen el advenimiento

de tu ineludible justicia,

¿Quién eres, que despiertas

la noche en el despotricado llanto?

¿Dónde están tus manos

acariciando la soledad de tus ojos?

¿Por qué tus dagas se clavan

en las tristezas del alegre pecho?

 

¿Que lejos están los túneles

oscuros en tus viajes sin retorno?

Porque arrasas en el nefasto

paso de tus inmensos caminos

y arrasas las perversas vanidades

de tus crueles seducciones

y mitigas la soledad con el misterioso

llanto de tus convicciones

y en los días caliginosos retornas

a tus mesuradas decisiones

eres equitativa en el ingrato mundo,

de miseria y riqueza

y tirana en la probabilidad

de tus inesperadas visitas

y oprimes las impudicias

irracionales de los opresores

y enalteces las efímeras glorias

de los emperadores.

¡oh muerte, justiciera,

benigna en la agonía!

Hay quienes son vivos,

pero están muertos

y hay otros que están muertos,

pero viven añorando estar vivo,

ella es implacable y indoblegable

con los explotadores insaciables

sus pasos caminan en el silencio

de la noche eterna

¿Quién temerá a los tentáculos

de tus indómitos brazos?

¿Quién osará desafiar el lazo

que une la vida y la muerte?

Si, la muerte es el preludio

de luz en la vida perfecta

y la verdad que reconoce

las tentaciones de la carne

y nos libera de la pérfida mentira

y del oprobio en la oscuridad

¡oh! muerte, son frutos del árbol caído,

montañas sin viento

agua sin mar, luz sin sol, niebla

en el rocío de los amaneceres

¡oh! muerte, mi amada muerte

Vives para liberar al hombre

De sus iniquidades…

El Salvador, julio de 2019

 ©Rodolfo Ascencio Barillas, poeta y escritor salvadoreño

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


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