Poesía (de poiesis, que en
griego significa creación) es una transfiguración de palabras y una combinación
de sonidos que despierta en nosotros sortilegio y comunicación.
Poesía es la que le da existencia al
poema como el alma al cuerpo, dándole significación y sentido poético. Un
sentido poético que no puede ser separado de la forma verbal a la que anima;
palabras que, a veces, se presentan integrando frases de uso común, pero que,
sin embargo, en conjunto, y por la forma de haber sido dispuestas en el poema,
constituyen algo extraño al uso común. Que no han sido utilizadas para que,
simplemente, describan o informen acerca de algo. Que están allí, en el poema,
para integrar imágenes, puestas y dispuestas por alguien que, fundamentalmente,
debe estar habitado por el júbilo de la palabra. Y ese es el poeta, el que transforma
todo cuanto toca; el que se maravilla y canta bellamente su asombro. El que nos
cuenta algo que nadie ha contado, pero que no es nuevo para nosotros; el que
revela y devela la poesía que todos llevamos dentro.
Por otra parte, digamos que utilizar
las palabras de una manera prosaica, es decir, como simples signos y cumplir
con algunas reglas formales de la versificación, no es fórmula para la poesía.
Poesía es algo más. Es hacer letra de una emoción.
En poesía detesto las arengas, sin dejar por eso de estar convencido de que también las injusticias, tanto como el amor no correspondido, generan versos. Facit indignatio versum (La indignación improvisa versos), decía Juvenal.
Y a manera de epílogo:
En una de las charlas que el poeta
ruso Evgueni Evstushenko pronunció durante su estada en Buenos Aires, se
refirió a las cualidades que se necesitan para ser un auténtico poeta.
Con la fidelidad que la memoria me
permite me atengo a lo que dijo entonces:
-Las cualidades para ser un
auténtico poeta son, probablemente, cinco:
Primera: tienes que tener
conciencia, aunque esto no basta para ser poeta.
Segunda: tienes que ser inteligente,
aunque esto no basta para ser poeta.
Tercera: tienes que ser audaz,
aunque esto no basta para ser poeta.
Cuarta: tienes que amar no sólo tus
versos sino también los de los demás y, sin embargo, tampoco esto basta para
ser poeta.
Quinta: tienes que escribir buenos
versos, pero si no tienes las anteriores cualidades, tampoco esto bastará para
ser un buen poeta.
©Luis Alposta, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
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