Del amor a los celos, la envidia y el odio
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Hay en la esencia humana un maravilloso instrumento
de creatividad, desarrollo espiritual y armonía social que es el amor. Amor no
es sólo una palabra conmovedora, ni una expresión de deseos, ni sinónimo de
momentos lindos. Amor es compromiso existencial y trascendente, construcción
perseverante y responsable que requiere de actividad permanente. Amar implica
construir cada momento, lo que produce efectos sobre quien ama, en el amado y
aún en todos aquellos sobre los que -de un modo u otro- se extiende el vínculo.
De la misma manera, cada uno de nosotros cuenta con
tres terribles y destructivas herramientas. Se trata de los celos, la envidia y
el odio.
Es posible determinar el grado de evolución de una persona, conociendo si estas emociones están o no activas en su personalidad. Cada una de ellas, según la intensidad que adquiera, puede constituir graves cuadros psicopatológicos que requieren -para su sanación- la intervención profesional de psicólogos o psiquiatras. Sin embargo, en la mayoría de los casos lo que se estima necesario es practicar un entrenamiento mental (reprogramar el psiquismo) que lleve a la persona a hacer desaparecer las causas por las que celos, envidia u odio, existentes en su vida cotidiana.
©ANTONIO LAS HERAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
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