Y YA NO FUE ABELARDO
En su vejez por dentro
sin dejar de pensar en su
Eloísa,
mientras otros se amaban y
engendraban,
el éxtasis, su éxtasis:
un fatídico eco;
tan sólo una tristeza;
el gemido de un pájaro
en la doliente hiedra.
Intercambio de cartas...
un amor... los recuerdos...
Y ya no fue Abelardo.
Sí su espectro.
Xiul Lasopat,
Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE SOLAPO
ARGENTINA
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