Viejo arcón…
Es la noche. Hay viento
intenso y hay estrellas.
Este mar, embravecido, que
entrega espumas
trae a la orilla, empujado
por las olas, un extraño
cofre de gastada madera,
cubierto por las algas.
Sugestiones que surgen
tapadas de recuerdos.
El silencio ofrece
palabras que no llegan.
Las pisadas se dispersan
en la brillante arena.
Algunos pájaros ofrecen
extraños rituales.
No abro el viejo arcón por
temor a ser herido,
a hallar lo que no
encuentro en esta vida
y, tal vez, esté ofrecido
a la vista y a la mano.
Prefiero seguir ignorando
su crucial arribo.
Descartar que sea una
señal útil del destino.
Decidir que sólo son
huesos despojados de la tumba.
Antonio Las
Heras,
Buenos Aires
MIEMBRO
HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
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