Joaquín Soler Serrano, un grande de la cultura
Me asombra y enternece ver
puntualmente y muy a menudo en un canal cultural de televisión las
esclarecedoras e incomparables entrevistas que Joaquín Soler Serrano realizó a
escritores, compositores, intérpretes, pintores, actores, deportistas y
cineastas en A fondo, un programa que hizo historia allá por las
décadas del ’60, el ’70 y buena parte del ‘80. Sin duda han quedado para la
posteridad. Cada diálogo de Joaquín con sus entrevistados era una suerte de
revelación. Sus atinadas e inteligentes preguntas daban oportunidad al
entrevistado de explayarse con libertad, no sólo sobre los temas que dominaba,
sino también sobre la vida, la política y su relación con el entorno social.
Todo en sus palabras era humano y referencial.
Entre las cosas que debo agradecer a
la vida es haberlo conocido y un par de veces haber almorzado con él en el
restaurante del café Gijón de Madrid, del que supo ser habitué. A Fondo,
su famoso programa ofreció al televidente una gama increíble de personajes de
la cultura. Yo le acerqué a Borges, a Fangio y a Cortázar y le sugería algunos
nombres, como el de Maruja Mayo; eso nunca terminó de agradecérmelo. Joaquín
era un hombre amable y divertido, lleno de anécdotas, de trato enriquecedor.
Era murciano y orgullosamente locutor
de radio, presentador de televisión y periodista cultural. Tenía cuentos y
poemas espléndidos, pero sólo para deleitar a amigos; nunca quiso publicar.
Alguna vez le propuse integrar una antología y se negó, quizá con excesiva
prudencia. “Soy muchas cosas, pero no escritor y menos aún poeta -se
atajó-, ¡qué tengo que hacer yo al lado de los grandes artífices de la
palabra! Hombre, deja que los entreviste; eso sí es lo mío, y creo que no lo
hago mal”. Fue, sin embargo, especialmente popular durante las décadas de
1950 a 1980 y en alguna ocasión se animó a publicar sus versos en un diario y
algún que otro relato.
Joaquín fue la referencia más
importante de los programas temáticos, no solo de España, sino además de toda
la lengua castellana. Inició su actividad profesional en la Radio
Nacional de Barcelona en 1939, donde desempeñó los puestos de locutor
y redactor jefe. Durante esa etapa se empezó a consagrar como animador de
programas de radio, con espacios históricos como “Lo mejor del mundo” y “La
samba, ¡caramba!”, “Feria de canciones” y “Reír es vivir”; vendrían luego,
“Desayune usted con nosotros”, “Café de la tarde”, “La universidad del aire” y
“El cuento infantil Cascabel”, que fueron también programas culturales de
notable éxito y un anticipo de “A fondo”, su gran creación.
En 1956, como muchos españoles que
buscaban abrirse camino y consolidar un buen pasar económico, se trasladó a
Venezuela, donde permaneció dos años trabajando en Televisa con
su programa “Café de la tarde”, el mismo que antes había conducido en la radio
de Barcelona y ahora se adaptaba para televisión. Allí se conectó con el
novelista Miguel Otero Silva, propietario del diario El Nacional;
también con María Teresa Castillo y Juan Liscano, director de la revista Zona
Franca. Por esos años, invitó a escribir un libro sobre Venezuela a su
amigo Camilo José Cela, que se titularía La Catira.
De regreso a España, proseguiría su
carrera en la Cadena SER y en Radio Barcelona,
donde fue el responsable de espacios como: “Esto es radio”, un cotidiano que
abarcaba buena parte de la tarde. Allí tenía colaboradores permanentes como
Cela y Manolo del Arco; alguna vez yo también colaboré desde Buenos Aires o
Santiago de Chile. Pero el paso hacia una mayor consideración de la gente se
dio en un programa de actividades solidarias desarrolladas para ayudar a los
damnificados por las inundaciones del Vallés Occidental, que se produjeron en
septiembre de 1962. Los boy scouts de Tarrasa respondieron a
su llamada y prestaron un esencial servicio; posteriormente, en 1963, se le
rindió un homenaje por su gran labor humanitaria y recibió una placa de la mano
del comisario general de los exploradores, el recordado José Blanes.
Debutó poco después en la Televisión
Española (TVE) con el “Magazine Carrusel”, y en seguida vendrían otros
muchos espacios, hasta llegar, en 1976, su más destacado programa de
entrevistas, “A fondo”, con indiscutible proyección internacional, donde tuvo
la oportunidad de entrevistar a figuras tan dispares como Facundo Cabral y
Mario Benedetti, Giuseppe Lanza del Vasto y Alberto Ginastera, Juan Manuel
Fangio y Jorge Luis Borges, Juan Rulfo y Salvador Dalí, Octavio Paz y Maruja
Mayo, Rafael Alberti y Rosa Chacel, Gabriel Celaya y Richard Nixon, Julio Caro
Baroja y Camilo José Cela, Carmen Martín Gaite y Bernardo Bertolucci, Frederick
Forsyth y Alejo Carpentier, Antonio Gala y Manuel Puig, Julio Cortázar y
Alberto Sordi, Ernesto Sabato y Roberto Rossellini, Severo Sarduy y Atahualpa
Yupanqui, Federico Fellini y Manuel Mujica Lainez, Margarite Duras y Marcello Mastroianni,
entre tantísimas otras.
Pero la intensa actividad de Joaquín
no se redujo solamente al periodismo radial y televisivo, en la década del ’60
dirigió las revistas Contrastes y Cataluña viva,
al tiempo que fue redactor de Stop, Parejas 2000 y las
polémicas publicaciones, Convivencia sexual y Play
Lady. Recuerdo el divertido comentario que Camilo José Cela, por quien lo
conocí, me hizo de él: “Hombre, Joaquín no se niega a nada ni a nadie; es el
periodista más completo y versátil que conozco. Además, es incomparable, todo
lo hace de maravillas”.
En 1978 le ofrecieron presentar el
programa de televisión Perfiles, que fue todo un éxito. En marzo de
1981 fue elegido presidente de Tele Unión y solicitó la
concesión de un canal privado en televisión. En julio de ese mismo año fue
cesado por la dirección de TVE, a causa de ciertos roces suscitados
en su etapa de conductor del programa A fondo. Soler Serrano
interpuso un recurso contra TVE, que se vio obligada a readmitirle
en 1982, pasando a formar parte del equipo del informativo regional Plaza
mayor. Sin embargo, un Tribunal rectificó la sentencia anterior,
absolviendo a TVE. Fueron tiempos duros y complicados para Joaquín.
“Estos asuntos legales te hace perder un tiempo precioso de la vida”, se
quejaba.
Esa incómoda situación lo llevó en
1985 a trasladarse otra vez a Venezuela para continuar trabajando en un canal
de la televisión de Caracas; desde allí colaboraba con Radio España de
Barcelona y la Cadena Catalana. Un año después fue
contratado en Miami para conducir un programa para la colectividad hispana
hablante y colaborar a su vez con Venezolana de Televisión (VTV) con
una nueva versión del programa A fondo. Durante esos fructíferos
años produjo numerosos documentales, que con gran calidad periodística se
difundieron por el Continente. En Chile tuve el honor de colaborar con él.
El riquísimo repertorio personal de
Joaquín Soler Serrano se conserva en el Archivo Nacional de Cataluña y
permanentemente se sigue difundiendo por el mundo de habla hispana. Es un
conjunto de gran importancia que da solidez a su actividad profesional y
pública, a la vez que representa un valioso testimonio histórico de la vida
cultural, política y social; así como de los medios de comunicación de nuestra
historia reciente. Dicho archivo contiene documentación personal y familiar;
allí se encuentran pasaportes, acreditaciones, agendas, documentación
académica, médica, patrimonial, alquileres, acciones, arrendamientos, facturas,
operaciones bancarias y una vasta documentación relacionada con su actividad
profesional. También se conserva la correspondencia y documentación referida a
la actividad de representación (homenajes, recortes de prensa, etc.); pero, la
documentación más representativa cuantitativa y cualitativamente de Joaquín
Soler Serrano es la referida a la actividad periodística (originales
mecanografiados y obra publicada, documentación de su colaboración en
publicaciones periódicas y gran cantidad de dossiers sobre cada uno de los
programas realizados en la radio y la televisión).
Cabe agregar, que aunque no se
consideraba escritor, Joaquín Soler Serrano fue autor de varios libros, entre
ellos Juguetes, Conversaciones con Josep Tarradellas y
una gran cantidad de diálogos con personajes famosos, la mayoría tomados de las
entrevistas televisivas de A fondo. Por fin, haciendo
justicia, España lo reconoció con importantes distinciones por su labor
periodística; tales como el Premio Nacional de Radiodifusión (1961)
y el Premio Ondas en diversas ediciones.
Joaquín Soler Serrano nació en
Murcia, 19 de agosto de 1919 y falleció a la edad de 91 años en Barcelona, el 7
de septiembre de 2010. Sus incomparables programas siguen vigentes y llenando
esa ausencia que dejó su llorada partida de este mundo. Sus entrevistas son
siempre un renovado gozo para el alma.
©ROBERTO ALIFANO, poeta y escritor
argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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