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sábado, 4 de septiembre de 2021

FISCALIZACIÓN DEL PENSAMIENTO, César Tamborini Duca, León, España


FISCALIZACIÓN DEL PENSAMIENTO

 

Todas las personas estamos en posesión de NUESTRAS verdades y las sostenemos con ahínco porque suponemos que se ajustan a la realidad; no por ello debemos desestimar las verdades que sustentan OTROS. Sin embargo hay cosas tan evidentes que negarlas presuponen un desatino, v.gr. los que aún sostienen que LA TIERRA ES PLANA (los terraplanistas), o los que, aún después de las nefastas afecciones y muertes provocadas por el letal virus COVID 19, aún afirman que el hecho de la epidemia no existe. Y hay más aún pero los englobamos en una sola categoría: los NEGACIONIESTAS.

Por eso la afirmación de Hesíodo, poeta y filósofo que vivió en una época tan remota como la antigua Grecia (700 a.C.) se mantiene vigente para esa gente y sus seguidores: “Los dioses han cubierto con un velo espeso la vida humana”.

Hay quienes sustentan crédulamente teorías alucinantes porque la constante prédica caló en su entendimiento, y la propagan a su vez. Otros, lo harán vaya uno a saber por qué obscuros intereses, ya que pueden ser económicos, culturales, políticos, religiosos (…) Éstos últimos se convierten en personajes siniestros por las consecuencias que su prédica provoca, y me ha estimulado a escribir las siguientes líneas, a modo de breviario, sobre

EL BIEN Y EL MAL

Los “clanes” sociales, grupos de ‘amigos’ que a través de las redes de distinta denominación surgieron en los tiempos actuales por influjo de internet, pueden ser sumamente beneficiosos si se utilizan con sentido común, utilizando la inteligencia –el pensamiento- sin transmitir odio ni tratar de menoscabar al otro. Sin embargo también pueden ser peligrosos para la buena convivencia si tratamos de erigirnos en fiscales de las conductas de aquellos que no concuerdan con nuestra manera de pensar y de actuar.

Pero éste no es un fenómeno nuevo si bien tiene ahora más trascendencia por la “instantaneidad” y masividad de la comunicación actual; hace más de medio siglo (en 1951) Erich Fromm alertaba sobre el peligro del poder fiscalizador y el “influjo de mentiras racionalizantes disfrazadas de verdades” en su libro “The Forgotten Language” (“El Lenguaje Olvidado”). Lo que hoy denominamos “fake news” o post verdad, él lo expresaba así:

“La fiscalización del pensamiento y de los sentimientos fue un factor necesario para que la minoría pudiera retener sus privilegios. (…) Y la mente humana, la de gobernadores y gobernados, se desvía de su primordial objetivo humano, que es el de sentir y pensar humanamente, usar y desarrollar los poderes de la razón y del amor que son inherentes al hombre y que lo convierten en un inválido cuando no se desarrollan ampliamente. (…)

Se deforma el carácter del hombre. (…) Pierde el sentido de la dignidad y la integridad y se ve obligado a convertirse en una mercancía.

(…)  estamos expuestos al influjo de mentiras racionalizantes disfrazadas de verdades, de simples tonterías disfrazadas con el ropaje del sentido común o de la sabiduría superior del especialista, de doble sentido, pereza intelectual, o deshonestidad que habla en nombre del ‘honor’ o del ‘realismo’, según el caso”.

(“El Lenguaje Olvidado”, Erich Froom, Ed. Hachette, Buenos Aires, 1960, pág. 35 y 36).

¡He it has not "weltanschauung"! mezcla de inglés y alemán, para significar “Él no tiene visión del mundo”. Referido al practicante de la post verdad.

COLOFÓN: mas política y menos politiqueo

 

©CESAR TAMBORINI DUCA, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

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