FISCALIZACIÓN DEL PENSAMIENTO
Todas las personas estamos en posesión de NUESTRAS verdades y las sostenemos con
ahínco porque suponemos que se ajustan a la realidad; no por ello debemos
desestimar las verdades que sustentan OTROS.
Sin embargo hay cosas tan evidentes que negarlas
presuponen un desatino, v.gr. los que aún sostienen que LA TIERRA ES PLANA
(los terraplanistas), o los que, aún
después de las nefastas afecciones y muertes provocadas por el letal virus
COVID 19, aún afirman que el hecho de la epidemia no existe. Y hay más aún pero
los englobamos en una sola categoría: los NEGACIONIESTAS.
Por eso la afirmación de Hesíodo, poeta y filósofo que
vivió en una época tan remota como la antigua Grecia (700 a.C.) se mantiene
vigente para esa gente y sus seguidores: “Los dioses han cubierto con un velo espeso
la vida humana”.
Hay quienes sustentan crédulamente teorías alucinantes
porque la constante prédica caló en su entendimiento, y la propagan a su vez.
Otros, lo harán vaya uno a saber por qué obscuros intereses, ya que pueden ser
económicos, culturales, políticos, religiosos (…) Éstos últimos se convierten
en personajes siniestros por las consecuencias que su prédica provoca, y me ha
estimulado a escribir las siguientes líneas, a modo de breviario, sobre
EL BIEN Y EL MAL
Los “clanes” sociales, grupos de ‘amigos’ que a través de las
redes de distinta denominación surgieron en los tiempos actuales por influjo de
internet, pueden ser sumamente beneficiosos si se utilizan con sentido común,
utilizando la inteligencia –el pensamiento- sin transmitir odio ni tratar de
menoscabar al otro. Sin embargo también pueden ser peligrosos para la buena
convivencia si tratamos de erigirnos en fiscales de las conductas de aquellos
que no concuerdan con nuestra manera de pensar y de actuar.
Pero éste no es un fenómeno nuevo si bien tiene ahora más
trascendencia por la “instantaneidad” y masividad de la comunicación actual;
hace más de medio siglo (en 1951) Erich Fromm alertaba sobre el peligro del
poder fiscalizador y el “influjo de
mentiras racionalizantes disfrazadas de verdades” en su libro “The
Forgotten Language” (“El Lenguaje Olvidado”). Lo que hoy denominamos “fake
news” o post verdad, él lo expresaba así:
“La fiscalización del pensamiento y de los sentimientos fue un factor
necesario para que la minoría pudiera retener sus privilegios. (…) Y la mente
humana, la de gobernadores y gobernados, se desvía de su primordial objetivo
humano, que es el de sentir y pensar humanamente, usar y desarrollar los poderes
de la razón y del amor que son inherentes al hombre y que lo convierten en un
inválido cuando no se desarrollan ampliamente. (…)
Se deforma el carácter del hombre. (…) Pierde el sentido de la dignidad
y la integridad y se ve obligado a convertirse en una mercancía.
(…) estamos expuestos al influjo
de mentiras racionalizantes disfrazadas de verdades, de simples tonterías
disfrazadas con el ropaje del sentido común o de la sabiduría superior del
especialista, de doble sentido, pereza intelectual, o deshonestidad que habla
en nombre del ‘honor’ o del ‘realismo’, según el caso”.
(“El Lenguaje Olvidado”,
Erich Froom, Ed. Hachette, Buenos Aires, 1960, pág. 35 y 36).
¡He it has
not "weltanschauung"! mezcla de inglés y alemán, para significar “Él no tiene visión del mundo”. Referido
al practicante de la post verdad.
COLOFÓN: mas política y menos politiqueo
©CESAR TAMBORINI DUCA, poeta y
escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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