Esos conocidos de la distancia…
¿Acaso seremos tan cobardes e indignos
de nosotros mismos como
para llegar a la muerte
sin haber abrazado a
aquellos que, para nosotros,
son esos desconocidos a la
distancia…?
Enamoramientos surgidos a
través de la tevé,
la música, la escritura o
la cinematografía.
Puestos en aquella lista
de las personas que uno
Debe conseguir mirar a los
ojos, al menos,
una vez en la vida; antes
que la existencia acabe.
Es posible. Empero ocurre
que es necesario
atreverse a dejar el
confort de lo conocido
marchando al encuentro de
lo deseado incierto.
Aquel hotel donde se hospeda Madonna.
Ese pueblo que gusta
visitar Angelina Jolie.
Si Cote de Pablo decidirá o ira
la Isla de Pascua.
El lugar en que camina las
mañanas Peta Wilson.
Y estar allí. Dejar todo
por irrumpir en el lugar
cuando el sueño anhelado
se hace realidad,
donde queda plasmada en
acción cada fantasía.
Sólo requiere atreverse a salir de la
normalidad.
Pues cine, tevé, música,
escritura remiten – siempre –
a espacios a los que se
llega por senderos etéreos.
©ANTONIO LAS HERAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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