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EL DÍA QUE VINO EL HADA
La tarde gobernada por gnomos se moría,
el sol tras la montaña agonizaba,
un perfume amoroso cabalgaba en el viento
y era tibia la luz del pensamiento
De pronto un murmullo de voces dijo en coro
que el hada venía; murmullo de aire,
de amapolas, de flores de extraños colores,
de aves pequeñas y grillos cantores.
Su hablar era dulce, su caminar quedo;
su cabello rubio semejaba el trigo,
sus ojos verdes, o azules o verde-azules,
su piel blanca lo enmarcaba todo.
El hada que vino fue maravillosa,
los hombres soñaron, los niños la amaron,
fue una primavera de sol y alegría
fue la locura de la fantasía.
Más nunca desde entonces los grillos y gnomos,
el sol, las flores, el perfume del viento,
el murmullo del aire , las aves canoras
unieron su acento con recogimiento.
Anoche en un sueño vi al hada de entonces,
tenía el cabello rubio como los trigales,
los labios frescos como manantiales;
la vi cariñosa y era tan hermosa.
Diciembre 12
de 1974.
©JAIME VÉLEZ RAMÍREZ poeta y escritor colombiano
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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