MADRE DULCE, MADRE AMABLE
A mí querida Madre
Madre dulce, madre amable.
Aurora mía, luz entre mis sombras, amor inconfundible y esperanza mía.
De tu vientre, mi ser tiene forma y de tu corazón, mi ser tiene vida.
Regálame Madre tu alma por esta tarde, como ayer cuando crecí
entre tus brazos, como ayer cuando era niño bajo tu mirada.
Madre dulce, Madre amable.
Anhelada mujer, regalo divino, flor sublime de mi alma.
Delirio es tu voz, delirio son tus ojos, delirio es este amor que
rompe mi vida, y la traza en tus mismas huellas cuando suelo acogerme
en tu pecho, bajo tu dicha, que se inserta en mi todo, mi ánima.
Madre dulce, Madre amable.
¿Cuántas veces jugamos a reír y a correr por los rincones del alba?
¿Cuántas veces te vi llorar y caer por los espacios de tu alma?
¿Cuántas veces fui más tu hijo y tu embeleso?
Porque tú siempre serás Madre, la mujer de los más tiernos besos.
¿Qué será de este bisoño, hijo tuyo, cuando al cielo te vayas?
¿Qué será de mi alba, de mis noches y fugaces mañanas?
¿Qué será de mi ilusión, qué será de mi pequeño corazón?
¿Qué será de la casa, que será Madre, qué será?
Será el vacío infinito, será el dolor de hijo, el dolor íntimo, el misterio?
Madre dulce, Madre amable.
Juguemos en el patio de los recuerdos, como ayer cuando era niño,
cuando me buscabas en los salones y yo me escondía en los armarios.
Después tú me encontrabas y me levantabas hacia el cielo, y yo gozaba de
mi Madre, yo no vivía un sueño.
Esos años plenos, esos años eternos.
Madre dulce, Madre amable.
Yo sólo puedo regalarte versos, porque en esos versos
te regalo mi alma,
y en esa alma te regalo mi vida, porque yo siempre recuerdo
cuando conmigo jugabas y en esos juegos tu vida me dabas.
Acuérdate Madre de este bisoño hijo tuyo.
Acuérdate de mí siempre, tu pequeño delirio.
Porque yo te prometo Madre dulce, Madre amable:
Ser siempre tuyo, ya que en tus brazos, yo me siento niño,
niño de nuevo, tu niño eterno.
GUILLERMO FERNÁNDEZ DEL CARPIO – Arequipa, Perú
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
A mí querida Madre
Madre dulce, madre amable.
Aurora mía, luz entre mis sombras, amor inconfundible y esperanza mía.
De tu vientre, mi ser tiene forma y de tu corazón, mi ser tiene vida.
Regálame Madre tu alma por esta tarde, como ayer cuando crecí
entre tus brazos, como ayer cuando era niño bajo tu mirada.
Madre dulce, Madre amable.
Anhelada mujer, regalo divino, flor sublime de mi alma.
Delirio es tu voz, delirio son tus ojos, delirio es este amor que
rompe mi vida, y la traza en tus mismas huellas cuando suelo acogerme
en tu pecho, bajo tu dicha, que se inserta en mi todo, mi ánima.
Madre dulce, Madre amable.
¿Cuántas veces jugamos a reír y a correr por los rincones del alba?
¿Cuántas veces te vi llorar y caer por los espacios de tu alma?
¿Cuántas veces fui más tu hijo y tu embeleso?
Porque tú siempre serás Madre, la mujer de los más tiernos besos.
¿Qué será de este bisoño, hijo tuyo, cuando al cielo te vayas?
¿Qué será de mi alba, de mis noches y fugaces mañanas?
¿Qué será de mi ilusión, qué será de mi pequeño corazón?
¿Qué será de la casa, que será Madre, qué será?
Será el vacío infinito, será el dolor de hijo, el dolor íntimo, el misterio?
Madre dulce, Madre amable.
Juguemos en el patio de los recuerdos, como ayer cuando era niño,
cuando me buscabas en los salones y yo me escondía en los armarios.
Después tú me encontrabas y me levantabas hacia el cielo, y yo gozaba de
mi Madre, yo no vivía un sueño.
Esos años plenos, esos años eternos.
Madre dulce, Madre amable.
Yo sólo puedo regalarte versos, porque en esos versos
te regalo mi alma,
y en esa alma te regalo mi vida, porque yo siempre recuerdo
cuando conmigo jugabas y en esos juegos tu vida me dabas.
Acuérdate Madre de este bisoño hijo tuyo.
Acuérdate de mí siempre, tu pequeño delirio.
Porque yo te prometo Madre dulce, Madre amable:
Ser siempre tuyo, ya que en tus brazos, yo me siento niño,
niño de nuevo, tu niño eterno.
GUILLERMO FERNÁNDEZ DEL CARPIO – Arequipa, Perú
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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