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Es la vida un pequeño rato,
como viaja el río y el agua del manantial,
es corta como el aire que pasa flotante
con susurros y mansedumbre hasta el final
Muere el día, presurosa llega la noche,
efímera la ola muriendo en el arenal,
agoniza la tarde con todo su derroche,
pasa lenta la nube y su donaire especial
Es la vida un bote de perfume que se va,
y que se esfuma como el humo en espiral,
no detiene nunca su marcha por donde va, va,
la vida es frágil delicada como cristal
La vida se opaca en palacio o en jacal,
es complaciente, a todos regala felicidad
por todas partes, hasta en el viejo arrabal,
ella dona sinsabores y mucha soledad.
OLGA HERNÁNDEZ OSORIO – Medellín, Colombia.
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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