NOTA DE INTERÉS
JAVIER CERCAS INGRESA A LA RAE CON UN “MANIFIESTO” SOBRE EL ESCRITOR Y LA LITERATURA
Javier Cercas: “El protagonista de la literatura es el lector”. 📷 RAE
La literatura no sólo es placer y entretenimiento y
dicha y exaltación, sino también consuelo y purificación y conocimiento y
autoconocimiento, dijo el escritor Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962)
al ingresar como miembro de número a la Real Academia Española, el domingo 24
de noviembre, en su discurso Malentendidos de la modernidad: un manifiesto.
El autor de Soldados de Salamina ocupa
desde ahora la silla R, que se encontraba vacante desde la muerte de Javier
Marías el 11 de septiembre de 2022. Su candidatura fue propuesta por los
académicos Pedro Álvarez de Miranda, Mario Vargas Llosa y Clara Sánchez —quien
pronunció el discurso de bienvenida al nuevo académico—, y aprobada en el Pleno
de la RAE en la sesión del 13 de junio de 2024.
Después de recordar a su predecesor en la silla R,
Javier Marías, de quien recordó que fue “eso que antes se llamaba un escritor
comprometido”, Cercas quiso hacer un llamado de atención sobre lo que él
considera los cuatro principales “malentendidos” en los que, a su juicio, “de
un tiempo a esta parte, y al menos en el ámbito de la literatura (o sobre todo
en él), nos debatimos”.
Javier Cercas: “La literatura es útil siempre y
cuando no se proponga serlo”. El escritor ocupa la silla R, que se encontraba
vacante desde la muerte de Javier Marías en 2022. 📷 RAE
Los cuatro malentendidos de la
literatura
El escritor “refugiado en su torre de marfil” es,
en palabras de Cercas, el primero de estos malentendidos. “Soy incapaz de
alegar el nombre de un solo escritor español de primera fila que, en los dos
últimos siglos, fuera por completo indiferente al destino de su país; no lo
fue, desde luego, ninguno de los grandes iconos de la vanguardia literaria
occidental”.
Para Cercas, el escritor no se desentiende de la
realidad, sino que “asume que lo mejor que puede hacer para serles de utilidad
es centrarse en su trabajo y, al menos temporalmente, aislarse de su tiempo y
sus semejantes. Se trata de la paradoja esencial de la creación artística o
científica, que consiste en encerrarse para abrirse”.
“Creer que el protagonista de la literatura es el autor”
fue el segundo malentendido señalado por el nuevo académico. “Falso: el
protagonista de la literatura es el lector, que es quien termina los libros”,
agregó. “El significado de un texto depende en exclusiva del diálogo
—intransferible, imprevisible también— que se establece entre el lector y el
texto”, diálogo que puede llevar, en el mejor de los casos, a que la sociedad
se haga dueña de la obra. “Para un escritor, la auténtica inmortalidad es el
anonimato”, sentenció.
Como tercer malentendido Cercas planteó la
disyuntiva entre la literatura popular y la popularidad de la literatura.
Recordó que “hay libros buenos que se venden mucho y libros buenos que se
venden poco, igual que hay libros malos que se venden mucho y libros malos que
se venden poco”, y aclaró que no está a favor de la literatura popular, sino de
la popularidad de la literatura. “Creo a pies juntillas en su importancia
capital y en el papel determinante que puede y debe desempeñar en el devenir de
los individuos y las colectividades”.
La utilidad de la literatura es el cuarto
malentendido al que se refirió: “Es verdad que la utilidad de la literatura, o
del arte en general, se asienta sobre una paradoja; ésta radica en que la
literatura es útil siempre y cuando no se proponga serlo”.
“Si la literatura se toma en serio a sí misma, si
el escritor es fiel a sus obsesiones y se exige lo máximo y no tiene miedo y se
arriesga a llegar hasta el fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo
—como escribió un coetáneo de Flaubert y de Wilde: Charles Baudelaire—,
entonces la literatura no sólo puede ser placer y entretenimiento y dicha y
exaltación, que es lo primero que debe ser, sino también consuelo y
purificación y conocimiento y autoconocimiento. ¿Hay algo más útil que eso?”,
continuó.
Cercas quiso agregar otros dos puntos relativos a la utilidad de la literatura. “El escritor asume al realizar su tarea una gran responsabilidad: la responsabilidad de contar la verdad. No la verdad de la historia o la ciencia o el periodismo, sino una verdad moral, universal”, explicó, antes de agregar que, para él, la literatura es también, y “tal vez antes que cualquier otra cosa, una invitación y a la vez una forma de vivir más, de una manera más rica, más compleja y más intensa, una forma, también, de adueñarse del todo de la propia existencia. O, como mínimo, el mejor instrumento que conozco para intentarlo.
Clara
Sánchez, al responderle a Cercas, recordó que sus novelas
cobran “especial importancia” por “su lucha contra el olvido en que el alma
siempre está a punto de extraviarse”. 📷 RAE
Clara Sánchez: Javier Cercas y la
lucha contra el olvido
La académica Clara Sánchez fue la encargada de
darle la bienvenida a Javier Cercas, de quien destacó sus “cualidades
literarias y su personal y rica mirada”, que “contribuirán a potenciar uno de
los pilares fundamentales de la Academia: la expresión lingüística como forma
de conocimiento”.
Dedicó unas palabras a la trayectoria novelística
del nuevo académico, asegurando que, “por su lucha contra el olvido en que el
alma siempre está a punto de extraviarse, cobran una especial importancia las
novelas de Javier Cercas, en las que nos ha ido legando, a través de diversos y
emocionantes espacios poéticos, la inquietud espiritual de sus contemporáneos”.
Pero, además, instó a “considerar la condición de
filólogo de Cercas no sólo porque, como él mismo recuerda, sus novelas no
pueden entenderse sin la disciplina de la filología, sino porque en sus ensayos
se hallan algunas de las claves de su obra narrativa”, al tiempo que recordó la
obra de no ficción de Cercas, entre la que destaca su labor periodística.
Para finalizar, Sánchez se dirigió al nuevo
académico expresando el “convencimiento” de que sus “logros y aportaciones
serán acogidos con ilusión por esta institución, en que la literatura atesora
la levedad de nuestras vidas y el valor de la imaginación”.
Fuente: RAE
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