ACRACIA
Ante ídolos terribles y dioses eternos,
escuchando campanas
en las alas de un fuego invisible,
sus sandalias marcaron una huella inexplorada
en los altos jardines
donde los ojos infernales no llegaron.
La vida los protegió de las ambiguas manos,
de la dudosa farsa del sollozo.
Soñaron la desmesurada memoria
que los niños escuchan
en la intimidad de sus alcobas.
Nobles como la rústica mesa de un campesino
hacen inscripciones en la arena.
La belleza y la dicha
como una pasión entregada al olvido
protegen el silencio del hombre solitario.
(“Finisterre”, 1985)
CARLOS PENELAS - Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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