Los muertos salen de día
Jim Morrison
murió un mes antes de yo nacer.
Le cantó a una mujer
llamada Clara.
Quiero pensar lo
hacía para mí.
El Papa se voló
la cabeza.
Al final fue sólo
un hombre destrozado.
Colgó los
guantes,
dijo Adiós a las Armas.
Excepto a la
única que necesitó.
Quiero pensar
estoy junto a él.
para decirle:
Es mentira, Ernesto.
Es mentira.
Guarda el arma.
En cualquier caso
separa muchas balas
no sea toquen a
la puerta.
Silvia Platt
decidió introducir su cabeza en el horno.
El mismo donde se
deleitó
haciendo
confituras de manzana.
El viejo Tolstoy
también nos visita
y sonríe
mientras
Edgar se despide
sobre un charco.
Un pequeño charco
de agua
Un día comprendí que
estaba sola.
midiendo hacia
atrás las horas.
Como un
laberinto.
No sé si al final
alcanzaré a ver algo más.
Por el momento.
Jim Morrison y yo
coleccionamos muertos.
Cierro los ojos
Él acaricia mi
pelo, lo cubre
con unas extrañas
flores que se me antojan violetas.
y canta: Clara.
Un mes antes de
yo nacer.
Del libro: Del cotiano vacío. Editorial letras
cubanas. 2018.
©Clara Lecuona Varela, poeta y
escritora cubana
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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