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domingo, 8 de julio de 2018

LOS MUERTOS SALEN DE DÍA, Clara Lecuona Varela, La Habana, Cuba





















Los muertos salen de día

Jim Morrison murió un mes antes de yo nacer.
Le cantó a una mujer llamada Clara.
Quiero pensar lo hacía para mí.

El Papa se voló la cabeza.
Al final fue sólo un hombre destrozado.

Colgó los guantes,
dijo Adiós a las Armas.
Excepto a la única que necesitó.

Quiero pensar estoy junto a él.
para decirle:

Es mentira, Ernesto.
Es mentira.
Guarda el arma.
En cualquier caso separa muchas balas
no sea toquen a la puerta.

Silvia Platt decidió introducir su cabeza en el horno.
El mismo donde se deleitó
haciendo confituras de manzana.

El viejo Tolstoy también nos visita
y sonríe
mientras
Edgar se despide sobre un charco.
Un pequeño charco de agua

Un día comprendí que estaba sola.
midiendo hacia atrás las horas.
Como un laberinto.

No sé si al final alcanzaré a ver algo más.
Por el momento.
Jim Morrison y yo coleccionamos muertos.
Cierro los ojos
Él acaricia mi pelo, lo cubre
con unas extrañas flores que se me antojan violetas.
y canta:  Clara.
Un mes antes de yo nacer.

Del libro: Del cotiano vacío. Editorial letras cubanas. 2018.

©Clara Lecuona Varela, poeta y escritora cubana
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

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