LA PERA VERDE Y PODRIDA
Iba un día con su
abuelo
paseando un colegial
y debajo de un peral
halló una pera en el suelo.
Mírala, cógela, muerde;
mas presto arroja el bocado,
que muy podrida de un lado
estaba y del otro verde.
Abuelo, ¿cómo será
decía el chico escupiendo,
que esta pera que estoy viendo
podrida, aunque verde, está?
El anciano con dulzura
dijo: vínole ese mal
por caerse del peral
sin que estuviera madura.
Lo propio sucede al necio
que, estando en la adolescencia,
desatiende la prudencia
de sus padres con desprecio;
al que en sí propio confía
como en recurso fecundo
e ignorando lo que es mundo
engolfase en él sin guía.
Quien así intenta negar
la veneración debida
en el campo de la vida
se pudre sin madurar.
paseando un colegial
y debajo de un peral
halló una pera en el suelo.
Mírala, cógela, muerde;
mas presto arroja el bocado,
que muy podrida de un lado
estaba y del otro verde.
Abuelo, ¿cómo será
decía el chico escupiendo,
que esta pera que estoy viendo
podrida, aunque verde, está?
El anciano con dulzura
dijo: vínole ese mal
por caerse del peral
sin que estuviera madura.
Lo propio sucede al necio
que, estando en la adolescencia,
desatiende la prudencia
de sus padres con desprecio;
al que en sí propio confía
como en recurso fecundo
e ignorando lo que es mundo
engolfase en él sin guía.
Quien así intenta negar
la veneración debida
en el campo de la vida
se pudre sin madurar.
©Concepción Arenal
Información extraída de Wikipedia: (Textual)
Concepción Arenal Ponte1 (Ferrol, 31 de enero de 1820-Vigo, 4 de febrero de 1893) fue una funcionaria de prisiones licenciada en Derecho,
periodista y escritora española encuadrada en el Realismo
literario y pionera en el feminismo español.2 Perteneció a la Sociedad de San Vicente de Paul, colaborando activamente desde 1859. Defendió a través de
sus publicaciones la labor llevada a cabo por las comunidades religiosas en
España. Llegó a simpatizar con algunas personalidades como Federico de Castro y
a colaborar en el Boletín de Libre Enseñanza (BILE). A lo largo de su vida y
obra denunció la situación de las cárceles de hombres y mujeres, la miseria en
las casas de salud o la mendicidad y la condición de la mujer en el siglo xix, en la línea de las sufragistas
femeninas decimonónicas, y las precursoras
del feminismo.3
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