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CUBIERTO EL SENDERO
Cubierto el sendero
imaginado
la espesa neblina de la
duda
acrecienta con su vigor el
miedo
El pánico anula todo
movimiento.
La desdicha del alma no
aparece
visible, en el rostro que
es la máscara
de rígida alegría,
aparente, pues
el dolor se desgaja de a
migajas.
No habrá, ya, ilusión,
sueño o fantasía
para modificar la inmóvil
situación
en el amanecer y final de
cada día.
Aún no comprendió… está
muerto en vida.
Colonia del Sacramento (Uruguay), 29 de setiembre de
2016
©ANTONIO LAS HERAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO ASESOR CULTURAL DE
ASOLAPO ARGENTINA
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