“EN EL DÍA MUNDIAL DEL CORAZÓN” , Carlos Rodolfo Ascencio Barillas, El Salvador

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“EL CORAZÓN HUMANO”

El corazón es el órgano más importante del cuerpo humano, es decir el sistema circulatorio, que trabaja incansablemente toda la vida de nuestra existencia. El corazón es y representa la esencia de lo que nosotros somos, de lo que pensamos y de lo que sentimos, según los nobles sentimientos que nacen inherentes a nuestra naturaleza humana, con el corazón, hablamos, amamos, odiamos, vivimos y morimos. El corazón es el centro de lo que es y de lo que no es, de lo que hablamos, y cuando callamos, es inspiración de profetas, filósofos, médicos y poetas, por lo que también expresamos; como me duele el corazón, cuando nos engañan, cuando decaemos por una transitoria ilusión, así como el cumplimiento de una promesa, cuando amamos apasionadamente y nuestro corazón es el que sufre, cuando no nos aman así también todo lo que nos hace más daño, las palabras duras, las miradas, los gestos, el desprecio, el desden, la traición, la indiferencia, la ansiedad, el presentimientos, los temores, y los quebrantos hacen que disminuya la capacidad del corazón internamente. Pero cuando este órgano vital le damos prioridad en el sentido amplio de lo positivo, desde la juventud  cuidamos su bienestar y la prolongación de su buen funcionamiento, el ejercicio es esencial no solo para el cuerpo sino también para el mismo corazón, y perdonen seré indiscreto pero el cuerpo y el corazón necesitan mantenerse activos y saludables, haciendo excelentes dietas, correr, saltar, mover los músculos,  practicar cualquier deporte, es recomendable que todo se haga con mesura y tacto, para no precipitar forzando nuestro cuerpo, nosotros le llamamos desestrezarse, después de las rutinas cotidianas, hay que repetírselo al oído, aunque creamos que lo hacemos, tenemos y debemos que consultarlo a los expertos, a los médicos, y a nuestra conciencia.

“EN EL DÍA MUNDIAL DEL CORAZÓN”

Fuerte, agradable, bondadoso, saludable

silencioso, sensible, situado en lo invencible,

de la mañana con el sol reluciente,

y con la suavidad que besa la brisa,

y con el flujo de tu sangre palpitante,

en la vena superior de tus embelesos.

Tus palpitares desnudan tu solitario pecho

y tu vena de amor que lleva mi nombre

en las arterias que sella tus besos.

Yo te siento en el viaje de mis emociones,

y en el beso de tus adustas seducciones

y en las nieves de tus cielos infinitos

y en la armoniosas melodías de tus cañadas

allí donde se bañan las aguas de tu rostro.

Yo quise abrazar el aliento de tus delicias

y contemplar la aurora de tus amaneceres

y quise habitar en los ojos de tus constelaciones

y en los universos que dibujan tu sonrisa.

Yo te amé en el fondo de tus infinitas sensaciones

y en los suspiros de los dibujos de tu boca

y en el manantial que habita en tus soledades

con tus entrañables  atardeceres

que deleitan tus sonrisas esmeraldinas.

Yo quise volver a contemplar tus inhóspitas montañas

y envolverme en las sabanas de tus manantiales

y en tus lejanos sistemas solares

donde anidan tus torrentes ilusiones.

¿Donde estas? ¿ por dónde andas?

¿que haces en la soledad de los que lloran?

y de todos aquellos que te añoran,

Háblame, con la voz de tus inmensas latitudes

y de tus ineluctables tentaciones

y con los eclipses  que atormentan mis sueños.

Eres el inmensurable desierto desolado

tú agonía siempre será mi sufrimiento

y tus deseos que siempre trastornan los vientos

y a pesar de todo, te sigo esperando,

con las lunas de mis pálidas emociones

y aunque te canses de esperar la noche

con las estrellas que pasan por tus labios.

Yo vivaré hasta mis últimos suspiros,

¡Oh! alma mía, sangre mía, vida mía,

mi cielo, mi luz, mi esperanza, y mi anhelo,

eres la sombra que se asoma por el mundo

donde estás corazón  de mis entrañas

y la eterna verdad que viaja con mi alma…

(C)CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS, poeta y escritor de El Salvador

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA