El recuerdo
“Puede morir la realidad, pero no el recuerdo.
Extinguirse el hoy y permanecer el ayer”.
A veces el que sostiene la
pluma no sabe si decir mejor en prosa o verso. Por eso, a modo de experiencia,
y también ofrecer al lector la posibilidad de ejercer su dictamen intentaré
abordar el relato desde ambas perspectivas.
Hoy es luz y mañana
sobrevendrán las tinieblas. La veo sin verla. Basta con retrasarse el deseo y
lo que quise se convierte en no puedo. Entonces, sobrevienen espacios de
silencios de muerte y llega la duda que tienta el ánima. La emoción por la vida
sangra por la herida del presentimiento. Aquellos ojos que me atraparon con su
dulce mirada ahora no me miran. Incertidumbres para mi pobre espíritu, aunque a
pesar de ella quisiera entender, aun cuando la razón lo niega. Lo que era ya no
será. ¡Silencio! Escucho pasos… ¿Será ella? Achares. La duda engendra en mí
miedos. ¿De dónde viene? La incertidumbre picotea como un cuervo mis entrañas
recordando el ayer. Descubro en sus ojos lo que no me dicen sus palabras. Y
como el náufrago que se agarra desesperadamente a la tabla también callo yo
manteniendo la duda para que muriendo el presente pueda pervivir en mí el
pasado. ¿Será la ilusión el puente entre lo real y lo imaginado?
Vergel convertido en
páramo. De su tardanza
Entiendo mil motivos;
silenciosos
Presunción que empaña mi
reposo
Empieza a dudar la
templanza.
En sus palabras ya no
confío
Su ternura no me emociona
La confianza está herida
Donde antes todo era
desafío
La suerte está decidida.
Sus luceros hoy me
abandonan
Risas y lágrimas;
contrarío
La duda me asalta; porfío
Mi mente ya no razona.
¡Cesen pues las palabras,
sobrevenga el destierro!
¿Qué dirá ella? ¿Se
detiene?
Presiento que llega ¡mis
ojos cierro!
Ignorando saber de dónde
viene.
Si pervivir queda, la
última experiencia
Antes que devore los
recuerdos
Habrá que hundirse con el
barco: sí, pierdo,
Para que permanezca su
presencia.
Cuando el silencio se
antepone a los sonidos
Si tras los gestos no se
dice; evidentes
Si ya el hoy está dormido
Apuntando todo a fenecido
Si lo que es sublime está
ausente
Infinito cariño;
adormecido
Habrá de sacrificarse el
presente
Si quiere conservarse el
recuerdo
Para que el ayer viva
eternamente.
*Juzgue el leedor sobre la
lírica.
©ÁNGEL MEDINA, poeta y
escritor español
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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