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sábado, 30 de abril de 2022

UN CUENTO, Rodolfo Virginio Leiro, Buenos Aires, Argentina

 












UN CUENTO

 

¿En verdad quieres un cuento, amada mía?

¿Un cuento con sabor a verdadero?

Pues te diré una historia de alfarero

que encontré en un recodo de mi vía;

 

transitaba, con el alfa sabor de la utopía

que acompañó mi farsa de rimero,

con el afán de incólume pionero

forjando mi cristal de fantasía;

 

de pronto lo encontré en la melodía

componiendo mi canto de armonía

una noche que el viento me azotaba;

 

se evadió de mi rima, en sinfonía

y aún siento en mi mejilla, todavía,

un beso fantasmal de madrugada.

 

 

©RODOLFO VIRGINIO LEIRO, Buenos Aires, Argentina


EL TIEMPO – Luis de Góngora – Córdoba - España (11 / 7 / 1561 - 23 / 5 / 1627) en el "Espacio de los Maestros"

 












EL TIEMPO – Luis de Góngora Córdoba - España (11 / 7 / 1561 - 23 / 5 / 1627)

 

Si quiero por las estrellas

saber, tiempo, dónde estás,

miro que con ellas vas,

pero no vuelves con ellas.

¿Adónde imprimes tus huellas

que con tu curso no doy?

Mas, ay, qué engañado estoy,

que vuelas, corres y ruedas;

tú eres, tiempo, el que te quedas,

y yo soy el que me voy.

 

Luis de Góngora


LA MUERTE EN EXPRESIONES Y VOCES POPULARES, Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 



LA MUERTE EN EXPRESIONES Y VOCES POPULARES

  Ilustración de José Guadalupe Posada          

            El Diccionario de la Real Academia Española define a la muerte como la “cesación o término de la vida”. Definición ésta coherente por su brevedad, dado que para bien definir a la Parca nada mejor que ser parco.           

Según la mitología, la Muerte, lejos de ser la primogénita, es la decimoctava hija del Érebo y la Noche, nieta del Caos y hermana del Sueño, existiendo entre estos dos hermanos, ‘Sueño y Muerte’, la misma diferencia que existe entre una coma y un punto final.

            Entre todas las palabras que se utilizan para nombrarla, la de  muerte, a secas, es la que encierra la clave del misterio último. 

            Como todo misterio, ella engendra una serie de miedos, de enigmas, de angustias y de fantasmas que, por extraño que parezca, propician el desarrollo del arte, de la ciencia, de la filosofía, de la religión… Porque todas ellas son expresiones del hombre para huir de la angustia cósmica que le produce la muerte, para asegurarse una trascendencia, una vida más allá del simple deshojamiento de nuestro cuerpo. Si la muerte no sellase nuestros destinos hasta el extremo del desgarramiento, entre otras muchas cosas, jamás se hubiese escrito un libro, pintado un cuadro o compuesto un tango.

            El tema de la muerte, ya desde la más remota antigüedad, ha interesado no sólo a médicos y filósofos, sino también a los poetas.

            Desde aquellos lejanos días en que Jorge Manrique escribiera “cómo se pasa la vida, / cómo se viene la muerte”, es mucho lo que se ha rimado sobre ella, asociándola, casi siempre, con el inexorable transcurrir del tiempo.

            Para el porteño, como para cualquier hombre, la muerte es un estado y un sentimiento plagado de connotaciones contradictorias.

            Para Alfredo Le Pera es la impotencia: “Quise abrigarla y más pudo la muerte…” y también la acechanza: “… la muerte agazapada marcaba su compás.”

            Un fatalismo esperanzado para Discépolo: “¡Dale nomás! / ¡Dale que va! / ¡Que allá en el horno / nos vamo a encontrar!”

            Y el descreimiento en Antonio Podestá: “Yo quiero morir conmigo / sin confesión y sin Dios, / crucificado en mis penas / como abrazado a un rencor.”

            Un descreimiento, al que podríamos contraponer, sino la convicción, al menos el “por si acaso” del Malevo Muñoz en trance de morir. Cuando le preguntaron a éste si quería recibir al sacerdote, después de pensarlo un rato, contestó: -¡Ma sí! Hacelo pasar. ¡Total no cuesta nada tirarse un lance!

            Ya desde aquellos tiempos en que los dioses entretejían intrigas en el Olimpo para combatir el aburrimiento de la inmortalidad, los mortales recurrimos a toda clase de estratagemas para burlar a la muerte, llegando hasta ponerle sobrenombres para evitar nombrarla. Desde entonces, muchos son los nombres que ha recibido la Parca.

            Entre nosotros, los porteños, y lunfardo por medio, el acto de morir (y dejar chamuscada una silla) se traduce en : escatar, espichar, pinchar, sonar, finir, palmar, crepar, entregar el rosquete, doblar la servilleta o irse por la rejilla. Lo que puede ocurrir en forma repentina o después de estar jugado, rifado, o regalado durante algún tiempo. Hace muchos años, Marcos Caplán, hablándome de alguien que se encontraba en ese trance, me dijo: -¡Dos afeitadas más y lo perdemos!

            Otras expresiones populares que aluden al acto de morir, y sin pretender citar a todas, son “estirar la pata” y “cantar para el carnero”. Con respecto a esta última, cabe recordar que entre los romanos, el nombre de la cámara mortuoria era “carnarium”, palabra de la cual deriva el “carnaio” italiano y el “karner” alemán. Por lo tanto, el hecho de “cantar pa’l carnero” alude directamente a la fosa y nada tiene que ver con el mamífero rumiante de igual nombre.

            Todas estas voces y expresiones, repito, sólo se refieren al acto de morir. Pero para nombrar a la muerte, esa que nace con cada uno de nosotros, que llevamos a babucha, que crece con uno, que se hace adulta, que madura y que con el tiempo se fortalece hasta triunfar sobre la vida, el porteño recurre preferentemente a voces como “la guadaña”, “la huesuda”, “la ñata”, “la pálida” o “la pelada. De ahí que, para referirnos a algo que consideramos peor que la muerte, digamos que es “la muerte peluda”.

            Y, con respecto al cementerio, recordemos de paso, que éste es territorio del muerto y no de la muerte, dado que la “quinta” no es propiedad de la “ñata” sino del “ñato”.

 

 Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA


ENTRE SUEÑO Y VIGILIA, Xiul Lasopat, Buenos Aires, Argentina













ENTRE SUEÑO Y VIGILIA

 

Fue saliendo a la calle una mañana,

dispuestos a pasear, él y su perro.              ,.

Al llegar a la esquina la vio a ella

-la de vivaces ojos y sonrisas-,

radiante y expresiva en el saludo.

Luego cruzó y entró al supermercado

del que salió llevando su comida.

¡Fue cuando despertó! y vio sólo trapos,

personas que webeaban... 

y una lata vacía.

 

Xiul Lasopat, Buenos Aires, Argentina


Un granito de arena para la paz , Brayner Abrahán Gómez Báez, Santo Domingo, Rep. Dominicana

 











Un granito de arena para la paz

 

Cayó la noche y soñé vi un mundo en llamas

Relámpagos rayos y truenos muchos niños sin camas

Vi correr al campesino, al letrado y al policía

Morteros que martillaban aniquilando las vidas

 Cuerpos ensangrentados sin saber ni un porqué

Edificios destruidos  la parca muerte a sus pies

Recogiendo almas perdidas y sonriendo a la vez

 Vi un soldado ensangrentado preguntándose por que

Un tirano relajado riendo en lejanos

Un mundo virado  contrariado por su fe

El niño lleno de polvo buscando a sus padres

La mujer con la mano en la cabeza

 Todos en su casa han muerto

Sin familia delirante

Un avión que se abalanza sobre los edificios

 Luego proyectiles estrellan dejándolos destruidos

Quise ayudar mas no podía quién era yo

En ese mundo que se perdía

Un granito de arena en la vasta mar

Sollocé impotente de tanta muerte

Mi corazón se desplomó cayó silente

No pude más ocultar mi rabia

 Me avance ante el soldado opresor

Quise acabar con su vida

Pero también lo vi llorar

No era culpable de la osadía

Pero solo me sentía tan solo

Como un granito de arena

En este mundo tan grande

 Desperté de aquel sueño

I me pregunto y si nos unimos

Si todos a una decimos no más guerra

Todas las playas del mundo no bastarían

La paz palpable sería.

 

Brayner Abrahán Gómez Báez, Santo Domingo, Rep. Dominicana

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


EL FUROR DE LA PALABRA, Martha Inés Vélez, Birmingham (Alabama)

 









EL FUROR DE LA PALABRA

 

La palabra que nace,

la palabra que fluye

con el furor del viento

o la brisa salvaje.

 

La palabra que arroba,

la palabra que calma,

la palabra que arrulla

la candidez del agua.

 

La palabra que tiembla

al presentir borrasca,

la palabra que roba

el sueño y la esperanza.

 

La palabra que cubre

 la desnudez del alma,

la palabra que cura

cuando la herida sangra.

 

La palabra alevosa,

la palabra que engaña,

la palabra que rima

las pasiones humanas.

 

La palabra que escruta,

la palabra que exclama,

la palabra de vida

y de ardorosa llama.

 

La palabra que juzga

la dimensión del hombre

de heterodoxa gracia,

abjurando su eclipsado suplicio

de absurda iconoclasia.

 

La palabra sagrada,

la palabra profana,

la palabra que injuria,

la palabra que ufana.

 

La palabra que reza

la noche de los tiempos,

el sol de la mañana,

el alba de los siglos

los salmos de su casta.

 

La palabra que es bálsamo,

la palabra que clama,

la palabra que es sabia

y de sabia se calla…

 

23 de abril de 2022

 

 

Martha Inés Vélez, Birmingham (Alabama)

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


Ahora la luz, Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina

 








Ahora la luz


Ahora la luz, la claridad del cielo.

Lo que sobrevive de lo sagrado

bajo la noche estrellada.

Esta intacto el secreto que sorprende la aurora,

la azada y el arado que mis abuelos asían

como palmas triunfales.

Aquellos campesinos

irremediablemente solitarios

en bosques devastados

renacen en la llama del poema

entre la indiferencia y la congoja.

Solo ellos protegen mi espíritu,

el corazón disperso, los ángeles ausentes.

Vivo en tanta iniquidad

que solo soy libre en el ensueño.

 

©CARLOS PENELAS,  Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


--
www.carlospenelas.com

 


RÉQUIEM , Liana Friedrich, Rafaela, Santa Fe, Argentina




RÉQUIEM
 

 

Coreografía de olvidos 

danza la Paz  

sobre  yermas colinas   

encendidas de metrallas,  

(sahumerio  de resinas moribundas).  

 

Con ojos  vanos  

de mentida gloria, 

ciega camina la tarde   

reclinada sobre gélidas entrañas. 

Todo es una fábula  

escrita con torpes trazos,  

delineados en el arte de vivir y morir, 

como las agua de un río  

que nunca conocerá el mar.  

 

Huir de las tinieblas   

con tenues  pasos de hierba ; 

elevar la mirada  

desde improvisado bastión.   

para abrir puertas al misterio 

y florecer respuestas   

en las horas vacías.  

 

Clamoroso estruendo de alas  

abre un mentido oleaje,  

(tumulto de espuma carmesí) 

remedo de otra playa  

donde Caronte aguarda. 

 

Las únicas voces que hoy te habitan  

son los oscuros guijarros  

que descienden  desde las radas   

ariscas del recuerdo. 

 

LIANA FRIEDRICH, Rafaela, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA








ACERCA DEL VALOR SACRALIZADOR LA PALABRA, Adián Néstor Escudero, Santa Fe, Argentina

 



ACERCA DEL VALOR SACRALIZADOR LA PALABRA

“No se trata de vivir para la Poesía, sino de poetizar para la Vida”

(Benjamín Araujo – México, 17-02-2022 –

Foro Parnassus Patria de Artistas, CABA – Argentina) 

"La palabra proviene de las cosas, / parte desde su centro y las circunda, /les da peso y medida. //  "Ángel agrimensor / que recorriera distancias de siglos / mensurando el mundo. /  "Sólo a veces se hunde /  y brota en árbol de luz: toda llena / su copa de manzanas matutinas." Guillermo Pilia

(...)

Y yo planteo  en este súbito y breve repentismo literario, interrogarnos en qué medida la Palabra Poética es eficaz recurso contra la "Contra palabra" de los Señores del Poder Mundial, que resetean el planeta cada tanto que les urge adecuarlo a sus codiciosas condiciones e infrahumanos intereses dominantes y/o comerciales; y esa necesidad pavorosa de blandir una y otra vez a Don Dinero, Poderoso Caballero, como la Gran Espada de sus abominables tertulias sacrificiales satánico-carontianas condimentadas por la concupiscencia, la drogadicción, el armamentismo y los fundamentalismos imperiales malthusianos, robóticos y transgénicos a todo nivel, y cuanto más alto, mejor..

Lamentablemente, en estos diez años lejos de acercarnos a la Paz Verdadera, el MUNDO y los Dueños del Poder Mundial han persistido en sus atrocidades, y la marginación y los refugiados aumentando. Y este breve trabajo me interrogo, pues, sobre el valor de la palabra Poética para alcanzar beneficios concretos en la Humanidad. Es duro, pero solo la Verdad nos hará libres; y el Mundo y sobre todo aquellos que creen hacer las cosas bien, necesita de un acto de urgente contrición y cambio de conducta en orden a fomentar acciones concretas que hagan posible edificar, no la paz de los cementerios, sino la Paz del hombre como ser humano y criatura de Dios Amor.

Y entonces digo, llevado quizás por el ocre desaliento del atardecer de esta Civilización tenebrosa, muriendo sepia,  desfalleciendo en la holgura de una oscuridad que contamina a todos los albores de la diaria y transparente luminosidad de la Esperanza que intentará siempre crecer, aún, contra toda esperanza, y emerger triunfante desde la intimidad ominosa de las tempestades del alma, que…

… Sí. Yo digo: Ah si ésta, esta palabra Poética urdida por el primigenio encanto de la existencia pudiera demoler, difuminar a la contra palabra de los Señores de la Guerra, de la Droga, del Alcohol, del Hambre, emboscados en sus diabólicos servicios secretos fabricantes del Caos y la Mentira en el mundo... ¿O acaso no estamos lo suficientemente seguros ACERCA DEL VALOR NO SOLO TESTIMONIAL SINO EDIFICADOR Y SACRALIZADOR DEL MANÁ DE LA PALABRA?... Ah...

… Ah... Porque si Ellos son quienes califican al Verbo de Falso o Verdadero, y a través de sus incontables medios de comunicación e instituciones coaptadas para sus inconfesables designios de Poder y Dominio Global, llevan a la carga mediante atroces actos maquillados y diplomados como de defensa de la libertad y de la paz Mundial, la inexorable extinción de los que para Ellos sobran en Humanidad...

… Ah, sí, actos criminales que, al fin y al cabo, quedarán inexorablemente irredentos bajo una multitud de cadáveres mutilados de niños y de hombres inocentes, sembrados como estiércol para la Tierra del Mañana y con sus planificados e impiadosos Horrores del Hoy, ah... Ah... Ah...

 … Y ah... Pues habiendo comenzado estas breves reflexiones literarias con un gran Poeta, no podría concluirlas sin citar, a la postre, la brevísima y valiente poética del periodista andaluz, Antonio Camacho Gómez, quien en su trabajo inédito "Gente de palabra", expresara:

 "Eran otros tiempos, / con fecunda fe en el verbo / como moneda de cambio. // Vinieron generaciones / de poblaciones deshechas / buscando una Argentina de pie, / en donde la palabra / era un cimiento. //  Malhadada hora posterior / de vocablo devaluado / de intereses personales mezquinos, / de promesas incumplidas, / de firmas inseguras / y en que la garantía no lo es. // La voz de Hamlet sobrevuela /ominosa, denunciando el engaño:/ palabras, palabras, palabras"


©ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA



 

 

 


La revolución interior, Antonio Las Heras, Buenos Aires, Argentina


La revolución interior

El gran cambio es interno. La transformación comienza desde lo profundo, de lo oculto; como la planta al abrirse la semilla protegida por la tierra fértil.

Cuando la modificación se busca afuera es -en algunos casos- por ignorancia o mala información; aunque la mayoría de las veces ocurre por temor a lo que uno mismo, secretamente, alberga.

Por eso Píndaro, hace 2.500 años, desplegando un conocimiento del alma humana capaz de sorprender a la moderna Psicología del siglo XXI, afirmó: "Conviértete en el que eres".

De la misma manera que, según afirman los helenos, en el frontispicio de la entrada al templo dedicado a Apolo en Delfos, donde las sibilas vaticinaban el futuro a los poderosos, había un texto que decía: "Conócete a ti mismo".

A mediados del siglo XX, Carl Gustav Jung sostuvo: "Finalmente nada ocurre en el mundo exterior que, previamente, no esté configurado en la mente de la persona".

O lo que es lo mismo: cada humano no es una hoja seca llevada azarosamente por el viento de otoño que resquebraja y arremolina, sino alguien capacitado para dirigir su existencia, timonear -para bien o para mal- la nave de su vida y construir el futuro.

Sin una revolución interior nada de esto es posible. Hay que atreverse a indagar en los deseos positivos de vida que anidan en lo profundo del alma de cada quien. Es menester convertir la existencia en un desafío permanente.

Y también darse el tiempo necesario para construir una trama de afectos suficientemente intensa, puesto que sin familia, sin amigos, sin trabajo, la persona queda extraviada en un limbo aterrador. A fin de cuentas todos los héroes solares mitológicos pudieron transitar el sendero iniciático porque contaron con eficaz ayuda cada vez que les resultó necesaria.

Parte del psiquismo adulto, de la consciencia madura, simbolizada por los héroes míticos cuando son exitosos, es la certeza de que nunca se está en soledad y que, cada vez que sea requerido, la ayuda surgirá prestamente.

Jasón por mejor que lo acompañaran sus argonautas, jamás habría obtenido el Vellocino de Oro sin la imprescindible e inteligente asistencia de Medea; ni Teseo habría hallado la salida del laberinto sin las indicaciones de Ariadna.

Pero ni la familia, ni los amigos ni una actividad edificadora son resultado de regalos que llegan gratuitamente.

En todos los casos se trata de productos de una semilla previa: una idea precisa y concreta cuya realización lleva –siempre– tiempo, esfuerzo, perseverancia. Una idea precisa y concreta es un conocimiento decidido por uno mismo.

Es tener una meta hacia la que se tiende.

Es responder aquellas dos preguntas de San Ignacio de Loyola: "¿A dónde voy?", "¿Para qué voy?".

La revolución interior comienza con la admisión, racional e irrenunciable, de que cada persona es única e irrepetible. Lo que implica que es correcto prestar atención a modelos ajenos para aprender de ellos tanto en sus logros como en los fracasos obtenidos; siendo siempre inútil la mera copia.

La armonía en el vivir sucede cuando se consigue sentir, pensar y actuar en una misma dirección. Lo que implica darse permiso a que sentimientos, emociones e fantasías vivan -plenos- en la consciencia, descubriendo de este modo la esencia con que cada uno se encuentra dotado.

La revolución interior: tarea de valientes en tiempos como estos donde se hace gala de lo superficial, se aplaude lo externo, se atiende al envase y el envoltorio antes que indagar sobre el contenido.

Necesitamos los nuevos héroes solares que dieron cimiento a las grandes civilizaciones constructoras de la Humanidad.

No importa si fueron reales o imaginarios porque lo cierto es que eran espejo de la plenitud alcanzada por las personas de aquel entonces.

Seres humanos que no pensaron convertirse en dioses; sino en ser mejores, útiles no sólo a sí mismos sino a la comunidad de la que formaban parte.

Corresponde aquí recordar aquella frase de Winston Churchill: "El problema de nuestra época es que la gente no quiere ser útil, quiere ser importante."

Personas que entendieron que existe una arquitectura divina y que dejar que esas disposiciones fluyan desde el interior de nosotros mismos permite una vida en armonía, creativa, espiritual, racional, afectiva. Una existencia en plenitud.

Pero, claro, ¿cuántos se atreven hoy a seguir a Sócrates quien aconsejaba escuchar a los daimon, a las voces interiores?

 

©Antonio Las Heras, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA