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sábado, 1 de noviembre de 2025

APARIENCIAS - Marian Muiños, España











APARIENCIAS


Palabras que se disfrazan en la penumbra:
hábil embozo bruno se escapa como el aire.

Sueños raros que cumplen años sin cumplirse:
nimbos azures de vapor se desploman fatuos.

Recuerdos en el umbral de tantas penas:
arduos y azarozos temen y atormentan.


Del libro “De paso por el mundo” 2024


MARIAN MUIÑOS – España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

DISLOCADA - Germain Droogenbroodt - Altea, Alicante, España

 








DISLOCADA


No siempre la vida es

lisa y sin arrugas.

A veces es turbulenta o dislocada

un reloj de arena cuya arena

ya no sabe a dónde ir

y el camino no encuentra

dirección ni sentido.


Del libro “Reflexiones poéticas”



GERMAIN DROOGENBROODT – Altea, Alicante, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

ACERCA DE “EL IRLANDÉS” – Luis Alposta – Buenos Aires, Argentina

 







 

ACERCA DE “EL IRLANDÉS"


Brendan Behan nació en Dublin el 9 de febrero de 1923
Dramaturgo, poeta y escritor irlandés.

Militante activo del IRA, a los dieciséis años fue arrestado en Liverpool y sentenciado a tres años de prisión por intentar volar un buque de guerra inglés.

Ya en Irlanda, en 1942, fue sentenciado a otros catorce años de cárcel por el intento de asesinato de dos detectives en el funeral de unos compañeros del IRA. Al salir del penal se le encarga la misión de rescatar a un compañero de armas de una cárcel inglesa y, en 1947, lo encontramos en la prisión de Manchester, cumpliendo nueva condena. Las experiencias de la prisión fueron la principal fuente de inspiración de su obra literaria, y es, precisamente, en esa cárcel donde empieza a escribir poesía, cuentos, teatro, novela. También comienza a beber desaforadamente, un hábito que lo acompañará el resto de sus días.

Amado y vituperado; sus libros están llenos de canciones, de risas, de borracheras, de pubs, de viejas poesías irlandesas, de tradiciones.

Behan muere el 20 de marzo de 1964, a los cuarenta y un años de edad, en un hospital de Dublin, enfermo de cirrosis.

Cuanto se ha dicho acerca de él me motivó a escribir estos versos, a los que el “Tata” Cedrón les puso música.

LUIS ALPOSTA Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA












EL IRLANDÉS

Me llamo Brendan Behan
el último de los malditos
que aunque somos pocos
somos los más prohibidos.
Nos leen en velatorios y bodas
y en todos los presbiterios,
y los libreros a escondidas;
no corréis ningún peligro.


A su memoria.

En viejos bodegones
su recuerdo pervive.
Fue un poeta ocurrente,
un hablador sublime
de voz ronca y pastosa,
cantor sentimental…
Siempre dispuesto al trago
y proclive a pelear.

Juerguista y generoso.
Gastaba su dinero
como al estar de alcohol
lo gasta un marinero.
Despreciaba a la yuta,
y hoy al brindar por él,
están los que comentan
que escribía muy bien.

Pero también hay otros
-personas respetables-
que dicen con desprecio
que era un ser deleznable.
Que era sólo un desecho,
una lacra social;
un bufón sin talento,
rico en obscenidad.

Se fue entre whisky y whisky
mientras armaba un faso....
Pero están los que cuentan
que ya puesto en la mira
murió a manos de un tira
que le metió un balazo.


Las dos versiones son válidas.

Luis Alposta (8 / 2 / 2006)                                                                                                                      

"El Irlandés" - Letra: Luis Alposta

Música: Juan Carlos "Tata" Cedrón 

Canta el "Tata" Cedrón

Click: https://www.youtube.com/watch?v=SbW1kka0sKo&t=12s


NÓMADE - Antonio Las Heras - Buenos Aires, Argentina

 









NÓMADE


Atreverse a conceder la necesidad
de hacer esos viajes, anhelados,
que llevan a recorrer ríos y llanuras
que no están en la geografía dibujada
sino dentro de tu propia persona.
Sitios internos, creados por tu mente.
Palacios intuidos. Notables seres.
Laberintos. Entramados. Señales.
Evolucionar es no estar en el mismo lado.
Trasladarse, sin saberlo, hacia la luz
que muestra aquello que en ti está dispuesto.
Nómade. Siempre nómade. Tu espíritu.
Tu pensamiento. Tus deseos y sentidos.
Nómade. Que tu alma sea de nómade.



ANTONIO LAS HERAS – Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

 


ÁFRICA DUERME… Adrián Néstor Escudero - Santa Fe, Argentina

 





 





ÁFRICA DUERME…

África duerme…
Más allá de la prisa de su aldea rutinaria,
aquella donde se modeló la más bonita
criatura cuyo donaire canceló luego
los flashes de las cámaras fotográficas
del mundo entero, África duerme…

Duerme, en tanto vela el sueño inquieto
de Nyakim Gatwech un orgulloso mastín
tibetano que protege a su amada niña Reina
de la Oscuridad, mientras yace poseída
por sueños de libertad y belleza,
como un ángel cobrizo envuelto en las
delicadas fibras de su terso manto cárneo.

Ello, en tanto posa, en plácida cabellera,
la natural suavidad de una solitaria
y morena Piedra del Sudán natal, himba
de un trono encantado que, en metafísico
vuelo la enrola, después del paso enhiesto
por los ancestros de Namibia y surcando
aguas del Atlántico, junto a la Caracas latina
y a su obsequiosa fama de poseer, también,
a las mujeres más hermosas del mundo.

Sí, y su ofrenda nativa para ellas la encontrará
en las insignias solemnes de su Continente
sufriente y animoso, explotado y liberado
por altivas y caleidoscópicas banderas
cuyos tejidos acogen el orgullo congregado
en la excelsa feminidad de Etiopía y Somalía,
de Sudáfrica y Nigeria, de Kenia y Ghana,
de Eqipto y Angola, de Marruecos y Zimbabue.

Entonces, África despierta…


ADRIÁN N. ESCUDERO - SANTA FE, ARGENTINA

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


Nyakim Gatwech, nacida en Etiopía en 1993 y establecida en Estados Unidos huyendo en el año 2007 de la guerra en Sudán del Sur. Fuente: Quién es Nyakim Gatwech: la modelo que se ha hecho viral en redes y es conocida como la 'reina de la oscuridad'



 

PLEGARIA PARA LA HUMANIDAD - Ceferino Daniel Lazcano - Olavarría, Buenos Aires, Argentina

 












PLEGARIA PARA LA HUMANIDAD


Allí donde reine el caos, brinde esta pluma un parecer
que sea el entendimiento, un faro que alumbre el ser.

Desde lejanos y oscuros tiempos, los hombres y las mujeres
prosperaron, fracasaron, odios bordaron, sombra, luz, placeres.

El progreso pareció una flecha hacia el futuro…
hoy su revés ha encontrado: el progreso es hoy oscuro.

Tanto se extinguen especies, lenguas, culturas, imperios
cae el bien, asciende el mal. Como un profundo misterio.

Guerras en el siglo XX, paz armada, conflictos y la pandemia
para dominar, nuclear, como un millar de epidemias.

Valen el oro, diamantes, petróleo, litio y gas, que al suelo contaminarán
pero no vale el llanto de un niño pidiendo pan

Si al dominar nos matamos; si al matarnos, nada queda:
¿Es inteligente el ser, o vale su filosofía una gastada moneda?

Es oscuro este presente: dominar es pisotear; aquí y en todo el mundo
una plegaria elevo, inútil y heroica, como el peso de un segundo…
quietos sean los misiles, ya no hay tiempo, y que la calma nos lleve a un lugar fecundo.


CEFERINO DANIEL LAZCANO – Olavarría, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO DIRECTOR REGIONAL DE ASOLAPO ARGENTINA

DOCE CUERDAS - Carlos Penelas - Buenos Aires, Argentina

 







DOCE CUERDAS


"Tus guantes
puestos en la punta de tu cuerpo de ardilla
y el punch de tu sonrisa".
Nicolás Guillén

En estos días comprendí aquellas voces,
aquellas noches despertando un milagro;
la fatiga, el destino, los libros, lo aleatorio.
Revivo caminatas con mi padre,
la sombra imprecisa del sombrero
entrando al Luna Park entre la muchedumbre.
Nombraba a Julio Mocoroa - el bulldog platense -
la fugitiva vida en sus pies, la técnica notable.
Detallaba el estilo y la elegancia,
un boxeador distinguido, reiteraba. Como nunca había visto
repetía mirando un cuadrilátero en las nubes.
Tal vez era una manera de convocar fantasmas,
un ademán sutil de nombrar a los griegos.
Citaba a Arthur Cravan, a Magaldi, a Kid Charol.
Mencionaba a Pedro Quartucci, decía Gene Tunney.
En la plaza, en los cafés o en los tranvías
pronunciaba Orsi, Ravaschino, Seoane, Lalín…
Y de pronto aseveraba: Mocoroa,
Alvear y Tagle, las fintas, la revancha
que la fatalidad de los hados impusieron.
En la popular vibraba recalando cigarros
al descubrir el oficio del hombre en el espejo,
oteando las sogas, lo voraz, el esquive.
Solía acordarse de un directo de izquierda
y un cross de derecha.
Entonces se abrían los brazos en el clinch
con dones otoñales y su beso en mi frente.
A lo lejos la delicadísima luna
es una mitología intemporal que huye con brusquedad
evocando otras cosas comunes:
un abismo, un jab y la evidencia imponderable
del amanecer que pasa como el río.

Buenos Aires, 24 de octubre de 2025

CARLOS PENELAS –
Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORIFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


EL PERDÓN - Yamandú Rodríguez - Uruguay

 












EL PERDÓN


Son las cinco de la tarde en un pago de leyenda.
A estas horas el ombú, se saca el poncho violeta
y lo tiende sobre el suelo curtido de la tranquera.
No pasa una virazón.
El patio se recalienta
con un brasero ‘e malvones, prendido no bien clarea,
a donde las ponedoras van a pintarse las crestas
y casi siempre murmuran su rosario las abejas.
El rancho es de palo a pique.
Parece que jué carreta;
porque entuavía se ven entre los yuyos dos ruedas:
una es la boca del pozo y la otra, la manguera.
Dicen que todo era dulce: el agua, el techo y la dueña,
una viejita muy blanca, que dejó viuda la guerra
con cuatro hijos varones…y se echó esa cruz a cuesta.
Sus manos son un milagro de amor, porque sale de ellas
tierno el pan del amasijo, tibia la leche que ordeña,
blanco de espuma el mantel en el altar de la mesa,
donde esas manos bendicen la caridad de la cena
con la hostia de la luna azulando la cumbrera.
Esas manos día a día, sacan calor de la rueca,
pa’ antibiar cuatro pichones que desplumó la pobreza.
Y esas manos de la madre, con diez palitos sin juerza,
van haciendo cuatro gauchos a rigor de potro y sierra.
Si alguna vez se enojaba con un gurí, siempre ella,
antes de cerrar la noche, le dio la mano derecha
para que él se la besara con un “¡perdoname vieja!”
Nunca se pudo dormir con un hijo en penitencia.
Y esa tarde, el más muchacho, estando solo con ella,
olvida la ley de Dios, levanta un puño y golpea
el pecho de aquella madre, que es un santa de güeña.
A’i no más monta a caballo dejándola cáida en tierra.
Y a la oración, cuando güelven los cuatro para la cena,
está el fogón apagao y hay un frío de tapera…
-¡Mama!- Naide responde.
Temblando ya, la campean.
Como buscan a la altura del corazón, no la encuentran;
porque la madre está allí, pero sobre el piso: muerta.
Los cuatro mozos de luto, al campo santo la llevan.
Pesaba tan poco en vida…y aura no pueden con ella.
Doblan por las cuatro puntas aquél pañuelo de tierra
Caian unas flores de yuyos…se santiguan…y la dejan.
Al otro día un vecino, al pasar por allí cerca,
avisa que a la finada le quedó una mano ajuera.
¡Cómo! Se miran los cuatro y ninguno malicea,
güelven, le cubren la mano y pa’ mejor protejerla
Rodean la sepultura con un corralito ‘e piedra.
Y la misma tarde, un hombre que cruza con su caballo
les dice que vio la mano otra vez a flor de tierra…
Entonces, al más muchacho, le habló al ‘oido la conciencia;
porque se puso ‘e rodillas en el corralito ´e piedra,
bajó la frente y llorando, pa´ que la madre l´ oyera,
como cuando jué gurí, dijo: “Perdoname, vieja”.
Cubrió de besos la mano…después la cubrió de tierra…
Y como salía solo pa´perdonar la ofensa,
dende la tarde del beso ya descansó bajo tierra…
Y naides más vio la mano de la madrecita güena,
que nunca pudo dormir con un hijo en penitencia.



YAMANDÚ RODRÍGUEZ
- Uruguay

DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS - Ángel Medina - Málaga, España

 




DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS                               

                                                                                     

La fecha está próxima y con su recuerdo se abre el penúltimo mes del año. Siempre igual. Recuerdo de los que se han ido. Es la celebración del día de los “Fieles difuntos” (algunos lo llaman  el “día de los muertos”) Ese día se pretende hacer presente el fin cubriendo de flores las tumbas, más no significa ello que se profundice en la última realidad humana, cuando todavía quedan muchas hojas del calendario por caer para que se inscriba nuestro nombre. Nos alejamos de la idea. Hoy no, mañana…

“Tú serás lo que ya soy yo”

¿No es una realidad lo que la inscripción de la lápida de un cementerio olvidado nos recuerda acerca de la vida y la muerte?

Los ritos a lo largo y ancho del mundo son diferentes. En México celebran la fiesta de las máscaras espectrales, de ambiente colorido y folclórico, mientras que en el Mediodía se les conjura en el recuerdo y rituales florales, que concluyen con la visita de los cementerios. Aunque el mayor escabro es el que existe en una isla de Indonesia, consistente en exhumar los cadáveres y cargarlos sobre las espaldas para llevarlos a casa y devolvérselos por un tiempo a los familiares, aseándolos, vistiéndolos con ropas nuevas y sentándolos a la mesa como un comensal más.

En Occidente, la poesía penetra en el misterio. Baste recordar aquellos versos de Jorge Manrique, que comienzan diciendo:

“Recuerde el alma dormida/Avive el seso y despierte/Contemplando cómo se pasa la vida/Cómo se viene la muerte”

Más, nada altera la realidad. Por más espléndido que sea un mausoleo de blanco mármol y figuras angélicas, lo que alberga es polvo que ha vuelto a la tierra. Hermosura por fuera y podredumbre por dentro. Así lo expresa el libro del Génesis: “Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris”

Cuerpo y alma en aparente antagonismo y que sin embargo constituyen una misma razón del ser hombres. Es lo que el hidrógeno y el oxígeno al agua. La materia se alimenta del instinto (el alimento, el erotismo, el poder…) en tanto que el espíritu se apoya en el sosiego interno. Más que en lo inmediato, en la confianza. Porque, a pesar suyo, el hombre es proyección de sí. Por decirlo de alguna manera: no está acabado. Y para hacerse ha de ensayar caminos que rechaza de continuo porque socavan sus intereses mundanos, y al final todo viene a coincidir en el anonadamiento de tener que, creyéndose un gigante, saberse un enano. El último clavo que lo remacha es cuando se extingue el último aliento.

En tanto se vive nos llenamos de materialidad. Es la lógica humana basada en la autosatisfacción. El materialismo niega cualquier trascendencia, y sin embargo hace recaer sobre el hombre el peso de su existencia sin darle una salida. Es un transitar sin pararse a pensar adónde conduce el camino iniciado. Traspasar el umbral es tarea de santos y místicos. Unos para acercarse a lo que vislumbran y otros para crearlo en su onirismo. Entender que Cronos detendrá su reloj es tarea de todos. Pero existe un trance en el cual el hombre se siente desnudo incluso de él (o de la comprensión que se tiene). Es ese instante en el que todos han de dejarle solo (el mundo, las pasiones, la familia e incluso las propias ideas) y ha de enfrentarse con su “yo” más auténtico, hasta “despelotarse”. Es el preciso momento en el que su fin se hace presente, cediendo la materia y abriéndose el ánima. Y angostada por las sombras de su peregrinar, en su desnudez advierte que está completamente aislada. Materialidad imposible que requiere el salto a la credulidad absoluta, cuya única salida es la aceptación del Misterio al que tal vez invoque sin obtener una respuesta precisa. Se dice que se muere tal se vive, lo cual apunta hacia una buena dosis de razón. Pero en ese santiamén puede vacilar hasta el ánimo de un asceta. Pues, ¿cómo habrá de enfrentarse el hombre a la tormenta que se ha desatado dentro de él, amenazando con arrastrarlo hasta el abismo? Pues, el ser humano “se sabe” (y por eso se siente), pero, entonces constatará que tiende a “no ser”. ¿Y cómo explicarse ese «dejar-de-ser», desbordado y angustiado por la negrura de la noche eterna que se cierne sobre él, presintiendo los dedos incorpóreos que se aprestan a arrebatarle lo más auténtico y preciado de sí, que es el “yo”? Esa tiniebla aguarda a todos sin excepción, sea creyente o escéptico.

Es lo que podríamos llamar el anti- evangelio del des-asistimiento, cuando el que cree creer y el que se considera incrédulo palparán por igual la indigencia de su desvestimiento, hasta el extremo de experimentar en la gravitación de las emociones el vacío absoluto, porque la muerte es tan real como destructora. Ya no hay sino carencia de todo aquello que se ha sostenido durante los años vividos. El único soporte es el del que la está saboreando, y precisamente esa extrema soledad serás la única compañera. Es el grito del crucificado ante el desamparo aparente: “Eli, Eli, lema sabactani?”. El que es, pronto dejará de serlo, lo cual implica no sólo la pérdida de la corporeidad o materia, sino la de la propia esencia. Antes de haber nacido no tenía la consciencia de ser, pero ahora, al tender a destruirse, palidece. Y en ese ínterin le sostendrá la duda de su creencia. Dejar de ser es algo inconcebible, pues, siendo, ¿cómo no continuarse de alguna manera? Todo el ser grita tratando de aferrarse a la tabla de flotación, pues reconoce que al expirar ha de sobrevenir la nada inconsistente. El agujero negro que lo engullirá. ¿Hacia dónde? ¿Hacia el-no-ser? ¿A no ser, siendo? ¿Y qué es todo eso?

Y al punto le sobreviene la negación. La resistencia a dejarse. Es la primera fase del proceso.

En tanto que va abandonando lentamente el cuerpo se instala en el intelecto la inquietud y el miedo más acervo. El incrédulo, porque se ha desentendido en vida de la idea del más allá y ha cimentado todo en el tener, antes que, en el ser, relegando, cuando no ignorando lo que concierne al espíritu. El creyente, porque en su desnudez y realidad del tránsito se ha despojado de él hasta la propia fuerza de la trascendencia, sobreviniéndole la duda. Es el resorte de lo propiamente humano, que, razonando como hombre lo que intuía o creía se le escabulle por el peso del momento. Nadie querría beber del cáliz que se le impone y nadie puede rechazarlo.

Entonces, se adentra en la segunda fase: la desesperanza.

Y tanto el que se enraizó en lo divino, como el que se plantó en lo demasiado humano sobreviénele el recuerdo de lo bienaventurado. ¿Habrá algo después de la muerte? En efecto, unos admitirán haber negado la posibilidad, aunque de alguna manera ronroneara la idea por su cabeza. ¿Y si fuese cierto esas cosas que decían los curas? - se dirán- Porque en ese culminante instante el deseo de vivirse de alguna manera se aferra al clavo de la duda. Y de la mera perplejidad tiende a la afirmación, pues necesita agarrarse a la idea. Y por ello, lo invoca en una jaculatoria que antes ni siquiera había concebido. Por el contrario, el que cree, es posible que el abatimiento anide en su humanidad caída. Sí, se dirá, he razonado una y mil veces que sin trascendencia no tiene sentido la inmanencia (o lo que es lo mismo, que sin lo divino carece de sostén el injerto de lo humano). Ahora se hace acuciante la idea, pero- vacilará- ¿y si hubiese sido todo fruto de mis desvanecimientos intelectuales? ¿Quizá de la educación recibida? Y como la campana que es sacudida por el badajo, empieza a resonar en su cada vez más debilitada mente la frase del anticristo: “Dios es la proyección divinizada de los deseos y limitaciones del hombre”. 

En ese acto acontece la tercera fase: el abandono total.

Próximo ya a la desconexión, sabiendo que todo está presto a terminar, en el postrer segundo que le resta para concluir su proyecto de hombre se siente desfallecer. Ya no es capaz de soportar la intensidad de la nada que se cierne sobre él; tampoco apoyarse en todo aquello que se constituyó su razón durante la vida terrena y que configuraron sus pasiones; ni en nadie (aunque esté rodeado de gente a la que ama, pues el tránsito es personal y ha de recorrerse en la soledad de la propia compañía); ni siquiera en sí mismo, pues se sabe que camina hacia el no total de lo que se reconoce. Todo, absolutamente todo está presto a ser entregado. De la vida hasta su individualidad.

Es en ese segundo postrero cuando puede brotar un destello que ilumine su alma. Concluida la etapa terrena, abandonando de toda idea, siente en su interior la voz inubicable que le invita a la calma. La tempestad lo arrastra al abismo, pero no a la nada. Lo que no es posible merecer por la justificación de sus éxitos y fracasos se alza ante él como un Todo.

La muerte, sí, va a fulminarlo, pero él no ha sido acabado, sino que será transformado en el Misterio del que procede. El gusano, tras agotar su tiempo ha de transformarse en crisálida y el precio es la entrega. Creyente o no tiene la oportunidad de repensar – sin entender por qué- que el hombre no es una pasión inútil y que su destino no finalizará en el absurdo. Éste es el drama. No es el momento de inferir, sino de aceptar. Pasado el tiempo de búsqueda y comprensión durante los años de la existencia, le sobreviene la entrega. El grano de trigo ha de ser enterrado para que nazca la espiga.

Al final los versos de la mística vienen a responderle:

«Nada te turbe/Nada te espante/Pues todo se pasa/Al final sólo Dios queda»

Consummātum est.

ÁNGEL MEDINA – Málaga, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


ORIGEN DE LA VIOLENCIA - Floreal Rodríguez de la Paz - Alcoy, Alicante, España

 





ORIGEN DE LA VIOLENCIA

 

Hablar y escribir sobre la Violencia, no deja de ser el gran ‘oasis imposible’, puesto que siempre está distante de lo que debe ser el cultivo de las grandes emociones. Es Violencia no tener para comer; es Violencia no tener Trabajo para sobrevivir; es Violencia “dejar en manos de ciertas leyes, -no todas- pero, las costumbres ambiciosas de la burguesía; cuando son portadoras de irregularidad social; es Violencia ‘ser Rico’; es Violencia ser Pobre; es Violencia estar desamparados ante los conflictos y guerras; es Violencia el maltrato; es Violencia, toda lucha correctora, para que “unos pocos”, dejen de ser siempre dominantes; es Violencia estar al servicio de la compostura de la Opulencia; es Violencia la represión política; es Violencia ignorar que ‘somos iguales ante la ética social de las leyes’; es Violencia saber resolver situaciones que, por ‘razón del Estado gobernante’; provoca el fracaso de casi todo lo personal, en la prudencia del ciudadano pudiente, sea o no derrochador, ante las ventajas posibles “del oportunismo de la exacerbación”; y Violencia, también es la impotencia, cuando hay que enfrentarse a los quijotescos ‘molinos de viento’: ¡La Violencia es moneda de cambio, según la conveniencia burguesa, siempre dotada de un misticismo especulador; la Violencia es y está patentada, por tantas políticas de Estado que se precie, para que no fracase la ambición del Poder: ¡Es la Violencia lo más vil que “las leyes” saben brindar, además de imponer; convencidos, que es posible utilizar la fuerza de las armas, aunque “la Cultura”, sólo sirva para defender el interés por asediar, lo más disimuladamente, cualquiera que sea la circunstancia. Es Violencia todo aquello que oprime, dificulta, buscando mejor suerte; aunque no resulte sencillo conseguir objetivos preconcebidos.

*  Y es que la Violencia, está presente, cuando se pretende conseguir el beneficio de ‘la conducta de los otros’. Es cuando se forma el verdadero conflicto, al que “pocas leyes logran llegar, despejando la dificultad”; esa costumbre viciada de lo ajeno. Y es que la Violencia es parecida al cáncer; no hay parangón posible.

*  La Violencia se llama ‘dictadura’; se iguala a los retos sociales que suelen interrumpir ‘parte’ de la Vida ciudadana, en la Sociedad; pensando que es todo dentro de una vida normalizada, sin necesidad oportuna de la improvisación.

*  Sería todo un amplio estudio, en caso de extremar la definición de Violencia. Sencillamente por que la Violencia es todo un acontecimiento, como práctica “de Humanos”, tal vez para desahogar el instinto feroz y la ambiciosa costumbre de dominio ‘en los demás’. Los intereses de la Violencia, hacen posible lo megalómano; eso que eleva muy alto ‘lo falso, de cualquier ejercicio’; cuando lo violento, no es más que una patología, vestida de crueldad; sin más suavizante que la fugaz verdad ilusionada. ¡Todo un acontecimiento, con resultado de la Violencia, con todos sus colores matizados!

Octubre  2025

FLOREAL RODRIGUEZ DE LA PAZ Alcoy, Alicante, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA