EL ESTADO DE CONSCIENCIA EN
LA CREACIÓN POÉTICA.
El estado de consciencia que
surge en la creación poética parece ser el más íntimo y desconocido de todos.
Aparece un mundo que rompe
las ataduras racionales, los convencionismos, la hipocrecía púdica, los
fingimientos y con un lenguaje de interioridad, nos muestra el auténtico rostro
de la vida; así, la poesía no es un propósito a lograr sino una pasión a
liberar.
La poesía, o poyesis, del
griego que significa creación, viene a ser el arte más filosófico y fino, pues
expresa lo universal de una manera estética.
EL poeta nace no se hace,
tiene una forma de sentir la vida, para él el blanco y el negro sólo son
extremos, entre ellos hay un sinfin de matices en los que predominan más los brillos
que los colores y cuyos versos más logrados son sin duda, de color plata y oro.Arte
difícil de entender para quienes no se atreven a sumergir en la ensoñación, el
sueño, los recuerdos, los recuerdos de los sueños, finalmente, la ensoñación
cósmica o “estado del alma”, lugar donde la vida no se piensa, se siente. La
desdicha y el gozo son los parámetros de la poesía y el valor de sentirlos es
el atributo del poeta. Su arte es decirlo a través de la palabra y hacer sentir
a otros esta misma desdicha o este mismo gozo.
En este estado, el alma
profundiza en universos desconocidos que le revelan extraordinarias
experiencias de verdades emocionales.
Las imágenes, las metáforas,
la cadencia y la musicalidad, conforman el poema, estructuran el poema, dan forma
al poema.
El contenido es el alma del
poema.
La poesía es un canto cuya
música la conforman las palabras.
Representativo y
extraordinario de la poesía contemporánea, Vicente Huidobro (1893-1948), poeta,
vidente y mago, plantea así su poética
que es al mismo tiempo su filosofía de vida.
“Me gusta todo lo que es
original”
“Odio la rutina, el cliché y
lo retótico”.
“Odio las momias y los
subterráneos de museo”
“Odio los fósiles literarios”
“Odio los ruidos de cadenas
que atan”
“Odio a los que todavía
sueñan con lo antiguo y piensan que nada puede ser superior a lo pasado”
“Amo lo original, lo extraño”
“Amo lo que las turbas llaman
locura”
“Amo todos los gestos de
rebelión”
“Amo los ruidos de cadenas
que se rompen”
“Amo a los que sueñan con el
futuro y sólo tienen fe en el porvenir sin pensar en el pasado”
“Amo las sutilezas
espirituales”
“Admiro a los que perciben
las relaciones más lejanas de las cosas. A los que saben escribir versos que se
resbalan como la sombra de un pájaro en el agua”
“Y creo firmemente que el
alma del poeta debe estar en contacto con el alma de las cosas”.
“Pero diré que no se crea que
desprecio el pasado. No. Repruebo el que sólo se piense en él y se desprecie el
presente, pero yo amo el pasado”.
“Para mí no hay movimientos, sino
poetas. Los grandes poetas quedan fuera de todo movimiento y dentro de toda
época. Los movimientos pasan. Los grandes poetas nunca mueren”.
Y Huidobro funda el
Creacionismo, poesía que se expresa a través del verso libre, con gran amplitud
del ritmo interior, siendo la idea la que crea el ritmo y el poeta es el que a través de su mundo
interior, contempla las ideas. Esta visión constituye lo esencialmente mágico
del logro poético.
Como Apollinaire elimina la
puntuación de su versolibrismo y la cadencia está dada por espacios visuales
cuya armonía la entrega el propio poema.
En Altazor, poema en siete
cantos (1919), Huidobro nombra al ser que tiene en su interior y que le
descubre la bivalencia de su angustia por
estar en el mundo y su
consciencia de la muerte; verdad cósmica de todo ser humano.
(Fragmento del Primer Canto)
Altazor ¿por qué perdiste tu primera
serenidad?
¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu
sonrisa
con la espada en la mano?
¿Quién sembró la angustia en las llanuras de
tus ojos como el adorno de un dios?
¿Por qué un día de repente sentiste terror de
ser?
Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir
¿Quién hizo converger tus pensamientos al
cruce de todos los vientos del dolor?
Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de
estupor
Estás perdido Altazor
Solo en medio del universo
Solo como una nota que florece en las alturas
del vacío
No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni
belleza
¿En dónde estás Altazor?
MÓNICA GÓMEZ – Santiago,
Chile
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO
ARGENTINA