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sábado, 9 de noviembre de 2024

ERA SÓLO UN ZAPATO - Norberto Pannone, Buenos Aires - Argentina

 








ERA SÓLO UN ZAPATO


Era un zapato humilde.
Inconveniente
O negro?
De cuero viejo era,
con grietas.
Consumado.
La punta enamorada de la altura
Experto de lluvias y tormentas
Zapato proletario, urbano.
Tutor del equilibrio.
Ni flaco ni gordo era.
Derecho o izquierdo?
Da igual.

Estuvo atorado un rato
mirando en los vitrales los buses y la anarquía,
luego, la emprendió contra el bronce y el blindex.
Al cruzar el vano de la puerta
el reflejo del piso publicó el orificio de la suela
donde quizás, aún guardaba un cierto retazo de recuerdos.
Entró decidido: ¡Iban a ver..!

Salió sin apuro.
Como siempre, sin apuro, ilusionado.
El Subsecretario del Secretario, del Subsecretario del Secretario del Ministro, tenía una reunión.



©NORBERTO PANNONE, Buenos Aires, Argentina

LA BÚSQUEDA - Luis Alposta - Buenos Aires, Argentina

 











LA BÚSQUEDA


Buscando verse libre
dio con un adivino.
Fue en el viejo San Telmo,
donde un ciego anticuario
predijo su destino.
Después…
con su guitarra al hombro,
buscando verla a ella,
encontró a la “hechicera”.
Fue el principio del fin.
Entreveros… puñales…
¡Y por una pollera!

Y ahora… como en sueños…
al verse otra vez libre
y hurgando entre recuerdos,
va en busca de sí mismo
sin saber que está muerto.


LUIS ALPOSTA – Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

MUERTE EN EL OLVIDO - Ángel González - España

 








MUERTE EN EL OLVIDO

 

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
—oscuro, torpe, malo— el que la habita…

ÁNGEL GONZÁLEZ – España  (1925-2008)

Mara Daisy Cruz
Administradora de CiudadSeva.com


ELEGÍA PARA TI Y PARA MI - José Ángel Buesa - Cuba

 










ELEGÍA PARA TI Y PARA MI


Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente en mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo.
Y tú sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles
dejarás poco a poco de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré, quizás "Que linda es todavía"
Tú quizás pensarás: "se está poniendo viejo"

Tu irás sola o con otro. Yo iré sólo o con otra.
O tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas
pensaré en ti, un instante, pero cada vez menos...

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando,
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Ya yo te habré olvidado definitivamente,
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
Y quizás para entonces al cruzar una calle
nos vimos frente a frente ya sin reconocernos.
Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre, cruzadas sobre el pecho.
Tú con los ojos tristes, y los cabellos blancos
te pasarás las horas bostezando y tejiendo,
y cada primavera renacerán las rosas
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.


JOSÉ ÁNGEL BUESA - Cuba

José Ángel Buesa (Cienfuegos, Cuba, 2 de septiembre de 1910 – Santo Domingo, República Dominicana, 14 de agosto de 1982)

EL BOCHE - Ernesto Luís Rodríguez - Venezuela

 


 






EL BOCHE

 

Hoy es domingo, amor mío;
los campos están de fiesta.
Un árbol vuelca su cesta
de pájaros sobre el río.
Oro espigado al rocío
sueño en tu pelo catire.
Para que el alma suspire
ando en pos de tu mirada;
pero tú, por ser casada,
no quieres que yo te mire.
. 
Son azulitos los cielos 
que en tus pupilas he visto;
me quemas y me resisto,
llama de puros anhelos.
Que tu esposo tenga celos
no me hace vivir de prisa.
Sólo busco una sonrisa,
tu presencia sólo aspiro;
cuando en el patio te miro
quedas oliendo en la brisa.
. 
La pena que me revives
con la mañana se tiende,
y un ramo de sol enciende
la calle por donde vives.
Aunque orgullosa me esquives,
no puedo echarte al olvido.
Nunca me doy por perdido,
pero en tu casa jugando,
cada vez que voy ganando
pega un boche tu marido.
. 

Mi soledad hoy presencio
como guitarra sin cuerda.
Has querido que yo pierda
para que sufra en silencio.
Todita en mí te aquerencio,
pagas con raros enojos...
Por jugarte mis antojos
al claro sol del domingo,
mi corazón es un mingo
que me bocharon tus ojos.


ERNESTO LUIS RODRÍGUEZ - Venezuela

29 de febrero de 1916 -  24 de octubre de 1999 -


EMISIÓN - Ana Romano - Córdoba, Argentina

 








EMISIÓN


Una voz
despelleja
palabras

Se cuartean
los
sonidos

Un hilo viviente
acogotado
en un goce
seco.


ANA ROMANO - Córdoba, Argentina


PALOMA DE LA PAZ - Germain Droogenbroodt - España

 










PALOMA DE LA PAZ

 

Está lloviendo,
lloviendo tristeza

por las víctimas inocentes,
por la destrucción de un país,
por tener que huir de la violencia asesina.

Hambrienta, sale una tórtola
del abrigo de su árbol:

como una soga
el anillo negro alrededor de su cuello.

 

GERMAIN DROOGENBROODT - España

 

Germain Groogenbroodt, belga (flamenco) afincado desde el año 1987 en Altea, España. Es poeta, traductor, editor y promotor de poesía moderna internacional. Ha traducido más de treinta libros de poesía española, alemana, inglesa, francesa y latinoamericana, entre ellos obras de Bertolt Brecht, de Miguel Hernández, José Ángel Valente, Francisco Brines, Juan Gil-Albert, poemarios de poesía moderna argentina, chilena, nicaragüense, mexicana y realizó adaptaciones de poesía árabe, china, persa, japonesa, coreana...


LOS OJOS DE CELINA - Bernardo Kordon - Argentina

 


LOS OJOS DE CELINA

[Minicuento - Texto completo.]

En la tarde blanca de calor, los ojos de Celina me parecieron dos pozos de agua fresca. No me retiré de su lado, como si en medio del algodonal quemado por el sol hubiese encontrado la sombra de un sauce. Pero mi madre opinó lo contrario: “Ella te buscó, la sinvergüenza.” Estas fueron sus palabras. Como siempre no me atreví a contradecirle, pero si mal no recuerdo fui yo quien se quedó al lado de Celina con ganas de mirarla a cada rato. Desde ese día la ayudé en la cosecha, y tampoco esto le pareció bien a mi madre, acostumbrada como estaba a los modos que nos enseñó en la familia. Es decir, trabajar duro y seguido, sin pensar en otra cosa. Y lo que ganábamos era para mamá, sin quedarnos con un solo peso. Siempre fue la vieja quien resolvió todos los gastos de la casa y de nosotros.

Mi hermano se casó antes que yo, porque era el mayor y también porque la Roberta parecía trabajadora y callada como una mula. No se metió en las cosas de la familia y todo siguió como antes. Al poco tiempo ni nos acordábamos que había una extraña en la casa. En cambio con Celina fue diferente. Parecía delicada y no resultó muy buena para el trabajo. Por eso mi mamá le mandaba hacer los trabajos más pesados del campo, para ver si aprendía de una vez.

Para peor a Celina se le ocurrió que como ya estábamos casados, podíamos hacer rancho aparte y quedarme con mi plata. Yo le dije que por nada del mundo le haría eso a mamá. Quiso la mala suerte que la vieja supiera la idea de Celina. La trató de loca y nunca la perdonó. A mí me dio mucha vergüenza que mi mujer pensara en forma distinta que todos nosotros. Y me dolió ver quejosa a mi madre. Me reprochó que yo mismo ya no trabajaba como antes, y era la pura verdad. Lo cierto es que pasaba mucho tiempo al lado de Celina. La pobre adelgazaba día a día, pero en cambio se le agrandaban los ojos. Y eso justamente me gustaba: sus ojos grandes. Nunca me cansé de mirárselos.

Pasó otro año y eso empeoró. La Roberta trabajaba en el campo como una burra y tuvo su segundo hijo. Mamá parecía contenta, porque igual que ella, la Roberta paría machitos para el trabajo. En cambio con Celina no tuvimos hijos, ni siquiera una nena. No me hacían falta, pero mi madre nos criticaba. Nunca me atreví a contradecirle, y menos cuando estaba enojada, como ocurrió esa vez que nos reunió a los dos hijos para decirnos que Celina debía dejar de joder en la casa y que de eso se encargaría ella. Después se quedó hablando con mi hermano y esto me dio mucha pena, porque ya no era como antes, cuando todo lo resolvíamos juntos. Ahora solamente se entendían mi madre y mi hermano. Al atardecer los vi partir en el sulky con una olla y una arpillera. Pensé que iban a buscar un yuyo o un gualicho en el monte para arreglar a Celina. No me atreví a preguntarle nada. Siempre me dio miedo ver enojada a mamá.

Al día siguiente mi madre nos avisó que el domingo saldríamos de paseo al río. Jamás se mostró amiga de pasear los domingos o cualquier otro día, porque nunca faltó trabajo en casa o en el campo. Pero lo que más me extrañó fue que ordenó a Celina que viniese con nosotros, mientras Roberta debía quedarse a cuidar la casa y los chicos.

Ese domingo me acordé de los tiempos viejos, cuando éramos muchachitos. Mi madre parecía alegre y más joven. Preparó la comida para el paseo y enganchó el caballo al sulky. Después nos llevó hasta el recodo del río.

Era mediodía y hacía un calor de horno. Mi madre le dijo a Celina que fuese a enterrar la damajuana de vino en la arena húmeda. Le dio también la olla envuelta en arpillera:

—Esto lo abrís en el río. Lavá bien los tomates que hay adentro para la ensalada.

Quedamos solos y como siempre sin saber qué decirnos. De repente sentí un grito de Celina que me puso los pelos de punta. Después me llamó con un grito largo de animal perdido. Quise correr hacia allí, pero pensé en brujerías y me entró un gran miedo. Además mi madre me dijo que no me moviera de allí.

Celina llegó tambaleándose como si ella sola hubiese chupado todo el vino que llevó a refrescar al río. No hizo otra cosa que mirarme muy adentro con esos ojos que tenía y cayó al suelo. Mi madre se agachó y miró cuidadosamente el cuerpo de Celina. Señaló:

—Ahí abajo del codo.

—Mismito allí picó la yarará —dijo mi hermano.

Observaban con ojos de entendidos. Celina abrió los ojos y volvió a mirarme.

—Una víbora —tartamudeó—. Había una víbora en la olla.

Miré a mi madre y entonces ella se puso un dedo en la frente para dar a entender que Celina estaba loca. Lo cierto es que no parecía en su sano juicio: le temblaba la voz y no terminaba las palabras, como un borracho de lengua de trapo.

Quise apretarle el brazo para que no corriese el veneno, pero mi madre dijo que ya era demasiado tarde y no me atreví a contradecirle. Entonces dije que debíamos llevarla al pueblo en el sulky. Mi madre no me contestó. Apretaba los labios y comprendí que se estaba enojando. Celina volvió a abrir los ojos y buscó mi mirada. Trató de incorporarse. A todos se nos ocurrió que el veneno no era suficientemente fuerte. Entonces mi madre me agarró del brazo.

—Eso se arregla de un solo modo —me dijo—. Vamos a hacerla correr.

Mi hermano me ayudó a levantarla del suelo. Le dijimos que debía correr para sanarse. En verdad es difícil que alguien se cure en esta forma: al correr, el veneno resulta peor y más rápido. Pero no me atreví a discutirle a mamá y Celina no parecía comprender gran cosa. Solamente tenía ojos —¡qué ojos!— para mirarme, y me hacía sí con la cabeza porque ya no podía mover la lengua.

Entonces subimos al sulky y comenzamos a andar de vuelta a casa. Celina apenas si podía mover las piernas, no sé si por el veneno o el miedo de morir. Se le agrandaban más los ojos y no me quitaba la mirada, como si fuera de mí no existiese otra cosa en el mundo. Yo iba en el sulky y le abría los brazos como cuando se enseña a andar a una criatura, y ella también me abría los brazos, tambaleándose como un borracho. De repente el veneno le llegó al corazón y cayó en la tierra como un pajarito.

La velamos en casa y al día siguiente la enterramos en el campo. Mi madre fue al pueblo para informar sobre el accidente. La vida continuó parecida a siempre, hasta que una tarde llegó el comisario de Chañaral con dos milicos y nos llevaron al pueblo, y después a la cárcel de Resistencia.

Dicen que fue la Roberta quien contó en el pueblo la historia de la víbora en la olla. ¡Y la creímos tan callada como una mula! Siempre se hizo la mosquita muerta y al final se quedó con la casa, el sulky y lo demás.

Lo que sentimos de veras con mi hermano fue separamos de la vieja, cuando la llevaron para siempre a la cárcel de mujeres. Pero la verdad es que no me siento tan mal. En la penitenciaría se trabaja menos y se come mejor que en el campo. Solamente que quisiera olvidar alguna noche los ojos de Celina cuando corría detrás del sulky.

 

BERNARDO KORDON - Argentina

--
www.carlospenelas.com


ARDE LA TARDE - Adrián Néstor Escudero - Santa Fe, Argentina

 











ARDE LA TARDE[1]

A la teológica impericia del hombre…


Arde la tarde.
Los fuegos del verano
explotan por doquier…
Y África es testigo de ello.

E Hipona era una ciudad marítima
de la antigua Numidia (Argelia)
en el norte de dicho Continente,
ubicada en una bahía o golfo
a lo largo del río Ubus.
Y con el Mar Mediterráneo
coronando de sal y de barcos
el lúdico paseo del Santo de Hipona
junto a sus recuerdos Socráticos,
Platónicos y Cicerónicos.

Dicen que la voz del Creador
hubo Agustín de escuchar, para
engendrar luego en su alma inquieta
a la Ciudad de Dios; ciudad espiritual
en cuyas murallas sepultara todo
indicio de Maniqueísmo profano
y astutamente ecléctico...

El Universo ha sido
por muchos impetrado,
pero dicen que una brisa
no alcanzará a…
Y me sonrío.
Hace meses que tarda
pero al fin ha llegado…

Cierro los ojos
y me ahueco en la arena.
Mis ojos de infante
encomendado por Abba,
también sonríen y hurgan.
Hurgan con un trocito de caña
arrebatada al cercano monte
agitador de pájaros más no
de gaviotas marineras…
Un trocito de bambú
para el pequeño hueco
que hundirá a ese gran Misterio
que toca, en cuclillas, develar…

Entretanto, el Sol
danza ahora en miríadas
de círculos concéntricos
y despeja el azul horizontal…
San Agustín asoma entonces
los pasos de monje reflexivo
y desliza su sombra tras las huellas
como todo un anticipo de lo que vendrá…

Ahora se detiene, abrupto,
como suspendido
al borde de un filoso
acantilado, y me observa, intrigado
y me pregunta sin más…
¿Qué haces, pequeño?
Y las gaviotas detienen su
vuelo y las nubes esconden
sus faldas acuosas y salerosas…

Ah, le digo. Hago un hueco
en la playa húmeda del estío…
Y el Santo me mira con
una ternura tan prodigiosa
como las infinitas honduras
de lo inefable, aclarando…
Pues disculpa mi supina ignorancia
bello jovencito, pero debo
inquirir el motivo de un afán
tan concentrado…
Por mi parte realizo
mi estival paseo asombrado
por el perfecto enlace
entre Mar y Cielo…

Pues bien, santo varón…
Y de la mía, trabajo calmo y
esperanzado en volcar toda
el agua del Mar en este hoyo.
¡Dios!, clamó el Santo entre los
dientes de una sutil sonrisa…
Pero eso es imposible,
mi amable jovencito de
rizada cabellera, ora rubia
ora gris ora morena…

Es cierto, respondió el infante
mirándolo fijo y sin dejar de
pujar sobre la arena con ojos
ora negros, ora azules ora castaños…
Tan imposible, prosiguió
con voz de viento acallado
y tenso, como que usted pueda
desentrañar alguna vez
la secreta intimidad del Misterio...
Del Misterio de la Santísima Trinidad…

Aturdido por respuesta tan
inesperada, dicen que el Santo
turbó su semblante y cayó
de rodillas frente al niño que,
en verdad, era el Niño...
El chillar de una bandada de
gaviotas hambrientas concluyó
el inesperado éxtasis y, cuando
despejó su mirada mística y volviera
sutilmente a encarnarla,
el Niño, según cuenta y se cuenta,
había desaparecido…

Y en aquella tarde,
los fuegos del verano volvieron,
como nunca, a explotar por doquier…
Sí, África fue testigo de ello.-


ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO - Santa Fe, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

[1] ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO - Santa Fe, Argentina - 04 NOVIEMBRE 2024. Microrrelato poetizado.-

EL ESTADO DE CONSCIENCIA EN LA CREACIÓN POÉTICA - Mónica Gómez - Santiago, Chile

 





EL ESTADO DE CONSCIENCIA EN LA CREACIÓN POÉTICA.

 

El estado de consciencia que surge en la creación poética parece ser el más íntimo y desconocido de todos.

Aparece un mundo que rompe las ataduras racionales, los convencionismos, la hipocrecía púdica, los fingimientos y con un lenguaje de interioridad, nos muestra el auténtico rostro de la vida; así, la poesía no es un propósito a lograr sino una pasión a liberar.

La poesía, o poyesis, del griego que significa creación, viene a ser el arte más filosófico y fino, pues expresa lo universal de una manera estética.

EL poeta nace no se hace, tiene una forma de sentir la vida, para él el blanco y el negro sólo son extremos, entre ellos hay un sinfin de matices en los que predominan más los brillos que los colores y cuyos versos más logrados son sin duda, de color plata y oro.Arte difícil de entender para quienes no se atreven a sumergir en la ensoñación, el sueño, los recuerdos, los recuerdos de los sueños, finalmente, la ensoñación cósmica o “estado del alma”, lugar donde la vida no se piensa, se siente. La desdicha y el gozo son los parámetros de la poesía y el valor de sentirlos es el atributo del poeta. Su arte es decirlo a través de la palabra y hacer sentir a otros esta misma desdicha o este mismo gozo.

En este estado, el alma profundiza en universos desconocidos que le revelan extraordinarias experiencias de verdades emocionales.

Las imágenes, las metáforas, la cadencia y la musicalidad, conforman el poema, estructuran el poema, dan forma al poema.

El contenido es el alma del poema.

La poesía es un canto cuya música la conforman las palabras.

Representativo y extraordinario de la poesía contemporánea, Vicente Huidobro (1893-1948), poeta, vidente y mago,  plantea así su poética que es al mismo tiempo su filosofía de vida.

“Me gusta todo lo que es original”

“Odio la rutina, el cliché y lo retótico”.

“Odio las momias y los subterráneos de museo”

“Odio los fósiles literarios”

“Odio los ruidos de cadenas que atan”

“Odio a los que todavía sueñan con lo antiguo y piensan que nada puede ser superior a lo pasado”

“Amo lo original, lo extraño”

“Amo lo que las turbas llaman locura”

“Amo todos los gestos de rebelión”

“Amo los ruidos de cadenas que se rompen”

“Amo a los que sueñan con el futuro y sólo tienen fe en el porvenir sin pensar en el pasado”

“Amo las sutilezas espirituales”

“Admiro a los que perciben las relaciones más lejanas de las cosas. A los que saben escribir versos que se resbalan como la sombra de un pájaro en el agua”

“Y creo firmemente que el alma del poeta debe estar en contacto con el alma de las cosas”.

“Pero diré que no se crea que desprecio el pasado. No. Repruebo el que sólo se piense en él y se desprecie el presente, pero yo amo el pasado”.

“Para mí no hay movimientos, sino poetas. Los grandes poetas quedan fuera de todo movimiento y dentro de toda época. Los movimientos pasan. Los grandes poetas nunca mueren”.

Y Huidobro funda el Creacionismo, poesía que se expresa a través del verso libre, con gran amplitud del ritmo interior, siendo la idea la que crea el ritmo  y el poeta es el que a través de su mundo interior, contempla las ideas. Esta visión constituye lo esencialmente mágico del logro poético.

Como Apollinaire elimina la puntuación de su versolibrismo y la cadencia está dada por espacios visuales cuya armonía la entrega el propio poema.

En Altazor, poema en siete cantos (1919), Huidobro nombra al ser que tiene en su interior y que le descubre la bivalencia de su angustia por

estar en el mundo y su consciencia de la muerte; verdad cósmica de todo ser humano.

(Fragmento del Primer Canto)

Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad?

¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa

con la espada en la mano?

¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios?

¿Por qué un día de repente sentiste terror de ser?

Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir

¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor?

Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor

Estás perdido Altazor

Solo en medio del universo

Solo como una nota que florece en las alturas del vacío

No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza

¿En dónde estás Altazor?


MÓNICA GÓMEZ – Santiago, Chile

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


sábado, 2 de noviembre de 2024

CELEBRACIÓN - Liana Friedrich - Rafaela, Santa Fe, Argentina

 











CELEBRACIÓN



Despierta el aire madrugador
con flores de mil especies,
mientras la luna engarza
las bardas con su fulgor.

Manzanos, perales, ciruelos
anticipan la esperanza
de primaveras tempranas
en el sueño de las chacras.

El río Negro hoy estalla
paleta de cien colores
mientras la isla enciende
fuegos de patrios ardores

Erguido el indio Comahue
atento vigila el valle,
cuando el lucero ilumina
la senda del viñatero.

Celebra Villa Regina
sus cien años de existencia,
pujante perla del valle
entre oro de cosechas.

Tributo a sus pioneros
rendimos hoy con la pluma:
poemas, cuentos y rimas
por su esfuerzo tesonero.


LIANA FRIEDRICH – Rafaela, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

SEMILLAS DE UN POEMA - Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 


De su libro "En esta hora" Poemas

LUIS ALPOSTA - Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

EL CAMILO - Norberto Pannone, Buenos Aires, Argentina

 










EL CAMILO

La muerte andaba fingiendo
que al Camilo no veía.
Tarde o temprano sabía,
que al indio, que andaba huyendo,
seguro lo alcanzaría.
Qué es esto de andarle errando?
-Se cuestionaba la muerte-
No fuera que alguien pensara:
-¿Por qué al Camilo perdía?-
No era ella la más fuerte?
Buscó en su agenda la muerte
las hojas del calendario,
recorrió el abecedario
y halló anotado al Camilo
que apareció varias veces.
Sin ocultar su disgusto,
Vio que el pobre desgraciado,
tres veces se había escapado
de ser un frío difunto.
Pero, por qué causas torpes
el indio la había burlado?
La primera fue en agosto
del año que había pasado.
La segunda, una mañana
que se cayó del caballo.
La tercera, una estocada
que en una pelea brava
le abrió el pecho, bajo el brazo.

La muerte andaba fingiendo
que al camilo no veía.
Pero un domingo a la tarde,
merodeando el medio día,
la muerte artera y cobarde,
se le metió bajo el catre
cuando el Camilo dormía…

NOBERTO PANNONE - Argentina

norbertopannone@gmail.com


QUÉ BELLO ES EL AMOR - Clotilde Soriani Tinnirello, Rawson, Chubut, Argentina

















QUÉ BELLO ES EL AMOR


Qué bello es el amor, el amor puro,
se vuelve un cascabel el corazón,
el alma poseída de ilusión,
y en mi esperanza el mundo que procuro.

Amar sinceramente es lo que auguro,
en luz el sentimiento y la razón,
vivir en armonía y con pasión
con el divino amor tener futuro.

A veces te imagino seductora
en ensoñación de la vida tú y yo;
¡Ah, solo imaginarlo me emociona!

Te esperé y esperando Dios me vio
y bendijo en la paz que tengo ahora
el gran amor que pronto apareció.



CLOTILDE SORIANI TINNIRELLO – Rawson, Chubut, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

PREGUNTA - Germain Droogenbroodt, España

 









PREGUNTA

¿De dónde viniste
adónde irás?

¿Cuánto tiempo durará aún
tu eternidad

─ planeta?

 

Reversible es todo
pero ¿dónde está el límite?

¿Quién sabe del cambio
del oscurecimiento
de la noche?

 

El tiempo urge, empuja la arena
graba la palabra
en la piedra
y espera que quede

─ no

como testamento.

de “el Camino” (TAO), POINT Editions 1999

 

GERMAIN DROOGENBROODT - España

Germain Droogenbroodt, belga (flamenco) afincado desde el año 1987 en Altea, España. Es poeta, traductor, editor y promotor de poesía moderna internacional. Ha traducido más de treinta libros de poesía española, alemana, inglesa, francesa y latinoamericana, entre ellos obras de Bertolt Brecht, de Miguel Hernández, José Ángel Valente, Francisco Brines, Juan Gil-Albert, poemarios de poesía moderna argentina, chilena, nicaraguas, mexicana y realizó adaptaciones de poesía árabe, china, persa, japonesa, coreana...


“ESTIMADOS CONGÉNERES” - Norah Lange, Buenos Aires, Argentina

 










“ESTIMADOS CONGÉNERES”


Entre estimados
nos turnamos para espiar
tu libro
entre congéneres
nos espiamos por riguroso turno

Entré en tu libro

A cinco minutos de concluida la lectura
de tus discursos dedicados
estamos
a cinco minutos de apaciguado el certero despliegue

Me asaltó tu ciudadanía
¿Cómo no tentarme?
si fui también un comensal
durante todos
estos
años.


NORAH LANGE-
Argentina

Norah Lange fue una novelista y poeta argentina de vanguardia, vinculada primero al Grupo Martín Fierro, especialmente con Jorge Alis y luego al Grupo Proa de Leopoldo Marechal. Wikipedia

Nacimiento: 23 de octubre de 1905, Buenos Aires
Fallecimiento: 4 de agosto de 1972, Buenos Aires


LA MIRADA - Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina

 








LA MIRADA

De tus ojos, sólo de ellos…

Pedro Salinas

 

Ayer me ha mirado

y la ansiedad es ahora

la medida de mis años.

En el alma, en el mutismo.

Vida y ternura en ella.

Transparente, apacible, sostenida.

A trasluz, sólo tus ojos para siempre.

 Buenos Aires, agosto de 2024

 

CARLOS PENELASBuenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


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www.carlospenelas.com