Luis
Porter
EL RESTO DE ESTE DÍA
o la empujó la brisa
o fue una rama del árbol
indecisa.
El aire en la ventana
dolía
en su melancolía.
Circundando la pieza
paseaba la tristeza.
El lápiz se detuvo
sobre la hoja en blanco.
En la ventana abierta
el aire estanco.
- Mucho gusto -
dijo suave la brisa
- El gusto es mío -
respondió fresco el rocío.
En el aire callado
de la recámara
pasó lo inesperado:
el fulgor de los vidrios
brilló como una lámpara
en el primer calor
de la mañana.
Luego vino la hora
del mediodía
con su aire vertical
decidido y curioso
de saber cómo sería
el resto de ese día.
Así llegó la tarde
sonaron las campanas
y cuando el sol se puso
cerraron la ventana.
LUIS PORTER,
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