EL POETA
y el llanto despavorido que estremece el canto
y busque respuesta en el firmamento de tus ojos
y me aferre al fuego que incendia tus encadenados deseos.
Yo quise gemir en el fatídico porvenir de tu destino
y quise volver a encontrarte en los órdagos de tu alma
sin embargo, tu indiferencia me causó
el aliento fiero de tus ignotas intenciones.
Yo me aleje de la fácula de tus constelaciones
y de tus azules estrellas cósmicas
y de tus mustias pretensiones encendidas.
Yo fui prisionero en el deleite de tus fangosas percepciones
y fui victima de tus alevosas convicciones
en los cristales que dibujaban tus frívolas concepciones,
y los conflictos que habitaban
en tus salamandras estelares
que hacían sentir mis tristes agonías.
Yo fui el viento que acariciaron tus lágrimas
y el agua cristalina que bañaba tu ardiente costado
y el eterno sueño de tus grandes ilusiones,
fue una noche de verano, cual gorrión en bandada
persiguiendo imposibles destellos de neblinas
aunque te amaba, no abandone tu nido
en las inclaudicables suspiros de tu aliento.
Yo fui el inmenso cielo de tus pupilas
y vague en el ocaso de tus tentaciones
y fui un fugaz cometa en tus universos paralelos,
cuando te busque, no halle la fresa de tu boca
cuando te llame, no escuche el soplo de tus labios
y quise sentir tus desiertas llanuras
en los prados de mi alma
y quise mirar los crepúsculos de tu pecho
que anidaban en los espacios orbitales.
Yo te recuerdo en el relicario de mis endechas
y en las flechas que hieren mi corazón
y quise amarte hasta mis infinitas emociones
y exhalar los sabores de tus besos
en el exordio que navega los mares encantados.
Yo te amo en la inclemencia del hastío
y en el sorbo húmedo de tus desoladas sensaciones
y en los vástagos de tus solitarias colinas,
por eso te amé con locura, en mis versos
y en los iracundos trastornos de mi soledad.
Yo fui aquel agónico poeta de la misteriosa montaña
que canta en las profundidades de las selvas
y en los manantiales de tus hermosos oasis
ese soy, aquel que siempre te amo,
y aquel acerbo sueño del hombre atribulado
buscando lo no inesperado, sintiendo lo no pensado
y encontrando efímeras primaveras
y fantasmas que habitan en tu sombra silenciosa
y llorando la pasión de tu febril ausencia,
amada mía, cielo mío, mi eterno dolor
de espanto y felicidad.
Yo fui la caricatura de tus ensueños
y la brisa que toca el cenit de tu canto
aquel viejo poeta, de la mañana cristalina
y el conticinio del rocío que deslizan tus atrevidas manos.
¿Dónde estás? ¿Qué haces?, ¿Dónde hallarte?
te busco en tu luz, y no te encuentro en la oscuridad,
¿Acaso, viajas en la enhiesta estepa de los andes?
no yo solo fui, lo que tu quisiste para ti, tu poeta…
CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS, El Salvador
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario