Bienvenidos

sábado, 20 de mayo de 2023

BÚSQUEDA DE LA POESÍA - Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Minas Gerais, 31 de octubre de 1902 - Río de Janeiro, 17 de agosto de 1987 – Brasil)

 









BÚSQUEDA DE LA POESÍA

 

No hagas versos sobre los acontecimientos.
No hay creación ni muerte frente a la poesía.
Ante ella la vida es un sol estático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios,
los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, completo y cómodo cuerpo,
tan expuesto a la efusión lírica.
Tu gota de hiel, tu careta de gozo o de dolor en lo oscuro
son diferentes.


No me reveles tus sentimientos,
que se sobreponen al equívoco e intentan el largo viaje.
Lo que piensas y sientes, eso aún no es poesía.
No cantes tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas
ni el secreto de las cosas.
No es música oída al pasar,
rumor del mar en las calles junto a la línea de espuma.
El canto no es la naturaleza
ni los hombres en sociedad.
Para él lluvia y noche, fatiga y esperanza nada significan.
La poesía —no saques poesía de las cosas—
elude sujeto y objeto.


No dramatices, no invoques,
no indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
tus mazurcas y supersticiones, tus esqueletos de familia
desaparecen en la curva del tiempo, es algo imprestable.
No arregles
tu sepultura y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y
la memoria que se disipa.
Si se disipó, no era poesía.
Si se partió, no era cristal.


Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, pero no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Helos allí, solos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas antes de escribirlos.
Tenles paciencia si son oscuros. Calma, si te provocan.
Espera a que cada uno se realice y consuma
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces el poema a desprenderse del limbo.
No tomes del suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo,
como él acepta su forma definitiva y concentrada
en el espacio.
Acércate más y contempla a las palabras.
Cada una tiene mil caras secretas bajo la cara neutra
y te pregunta, sin interés en la respuesta,
pobre o terrible que le des:
¿Trajiste la llave?


Reposa:
desiertas de melodía y concepto,
se refugian en la noche las palabras.
Todavía húmedas e impregnadas de sueño,
ruedan en un río difícil y se transforman en desprecio.


CARLOS DRUMMOND de ANDRADE, Brasil 


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario