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sábado, 18 de junio de 2022

EN EL DIA DEL PADRE, 17-6-2022 - “COSME”, Carlos Ascencio Barillas, El Salvador

 









EN EL DIA DEL PADRE, 17-6-2022                                                                                                                                                                       “COSME”

 

 

Padre, ¡cuanto me entristece tú guitarra!

El verla clavada en mi vieja nostalgia.

Yo escucho tu música en los ecos sórdidos del tiempo,

Y tu voz es la tristeza de los cisnes

Que ahogan el sudor de mi canto;

Cuando recuerdo aquellos bellos años

Que aún no se han alejado de mi pecho

Y que vibra en los cielos el sonido de tú sonoro requinto

¡Ay vida, le pido  que tus pensamientos vuelvan a los míos¡

Como rayos de ramas en un árbol frondoso,

Y que son como rocío que bebe mi alma,

Y así se fue tu profunda mirada en mi camino.

Yo era el orgullo de tus sueños

y como un golpe feroz con el viento suave que apagó mi luz.                                                                                  

Tú conoces mis tristezas, mis ilusiones y mis debilidades

Yo esperé las lunas de tus ojos en el horizonte

Y lloré en las virtudes que sollozan tus recuerdos

Tú siempre amabas mis potros desbocados

Y aunque fui un rebelde en tus agónicas lagrimas,

Porque siempre esperabas largas horas en mi ausencia

En la ingratitud cruel, sin importar sacrificios

Me distes dicha, amor y gran ilusión.

y reconozco lo que encontré en ti, es lo que me hacia falta,

Mi paño de lágrimas, mi apoyo consecuente.

Yo te amo, me amas, nos necesitamos

Pero un día estaremos en los ríos del paraíso

Conviviendo con las aguas cristalinas celestiales

Allí, volveremos con el canto del bello atardecer

Con tu voz, tu aliento y tu canto.

Las estrellas brillan con el firmamento de tu alma

Y tu bello rostro aparece en mis nostálgicos ocasos

Y es maravilloso amarte en el silencio de la noche

Y sentir el fulgor de tus resplandecientes amaneceres

y el azul  infinito que ilumina mis pesares.

Yo te recuerdo en la soledad de mis tristes atardeceres

y en los surcos de tus lóbregas madrugadas.

Allá donde se escucha el silente eco de tu voz.

Yo te amé más de lo que pensaba, y al darme cuenta                                                                                                                       comprendí la dulzura de tu amor

¡Cual reloj avanzaba en las constelaciones de tus ojos!

Porque el viento pronunciaba tu nombre

Donde los lirios le dicen a tus oídos

Que las hojas navegan con tu canto;

Y en el recuerdo que delira el susurro de los acantilados

Así, es la gloria que vives en los cristales de tus manos

Y la leve brisa que pasa por tus suspiros

¡Cuánto te quiero, Padre mío!

 

©CARLOS ASCENCIO BARILLAS, Poeta y escritor salvadoreño

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


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