EN EL DIA DEL PADRE, 17-6-2022
“COSME”
Padre, ¡cuanto me entristece tú guitarra!
El verla clavada en mi vieja nostalgia.
Yo escucho tu música en los ecos sórdidos del
tiempo,
Y tu voz es la tristeza de los cisnes
Que ahogan el sudor de mi canto;
Cuando recuerdo aquellos bellos años
Que aún no se han alejado de mi pecho
Y que vibra en los cielos el sonido de tú
sonoro requinto
¡Ay vida, le pido que tus pensamientos vuelvan a los míos¡
Como rayos de ramas en un árbol frondoso,
Y que son como rocío que bebe mi alma,
Y así se fue tu profunda mirada en mi camino.
Yo era el orgullo de tus sueños
y como un golpe feroz con el viento suave que
apagó mi luz.
Tú conoces mis tristezas, mis ilusiones y mis
debilidades
Yo esperé las lunas de tus ojos en el
horizonte
Y lloré en las virtudes que sollozan tus
recuerdos
Tú siempre amabas mis potros desbocados
Y aunque fui un rebelde en tus agónicas
lagrimas,
Porque siempre esperabas largas horas en mi
ausencia
En la ingratitud cruel, sin importar
sacrificios
Me distes dicha, amor y gran ilusión.
y reconozco lo que encontré en ti, es lo que
me hacia falta,
Mi paño de lágrimas, mi apoyo consecuente.
Yo te amo, me amas, nos necesitamos
Pero un día estaremos en los ríos del paraíso
Conviviendo con las aguas cristalinas
celestiales
Allí, volveremos con el canto del bello
atardecer
Con tu voz, tu aliento y tu canto.
Las estrellas brillan con el firmamento de tu
alma
Y tu bello rostro aparece en mis nostálgicos
ocasos
Y es maravilloso amarte en el silencio de la
noche
Y sentir el fulgor de tus resplandecientes
amaneceres
y el azul
infinito que ilumina mis pesares.
Yo te recuerdo en la soledad de mis tristes
atardeceres
y en los surcos de tus lóbregas madrugadas.
Allá donde se escucha el silente eco de tu
voz.
Yo te amé más de lo que pensaba, y al darme
cuenta
comprendí la dulzura de tu amor
¡Cual reloj avanzaba en las constelaciones de
tus ojos!
Porque el viento pronunciaba tu nombre
Donde los lirios le dicen a tus oídos
Que las hojas navegan con tu canto;
Y en el recuerdo que delira el susurro de los
acantilados
Así, es la gloria que vives en los cristales
de tus manos
Y la leve brisa que pasa por tus suspiros
¡Cuánto te quiero, Padre mío!
©CARLOS
ASCENCIO BARILLAS, Poeta y escritor salvadoreño
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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