EL ORIGEN DEL
ORIGEN
Al
amigo del alma, colega de letras y hermano en la Fe y Humanidad, Prof. NORBERTO PANNONE: el ínclito
escritor argentino y Presidente Director
Editorial del Blog ASOLAPO ARGENTINA; y, por su digno intermedio, a todos
los miembros y colaboradores de este egregio emprendimiento cultural, abrazados
al Maná de la Palabra por los senderos demiúrgicos de la Imaginación Creadora:
con gran afecto admirativo…
“¡Qué curioso es el
ser humano! Nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere!”
(Proverbio chino)
La vida terrenal es un
círculo (geométrico) o un ciclo (estadual), dicen algunos; pero otros,
más contenidos y socializados, entendemos que es una sucesión ligada y
sinérgica de círculos y ciclos: es una esfera. No es un simple trazo. Ni una
línea. Es un cuerpo. Y su origen, el origen del Origen –y el Origen del origen- ha sido y será para muchos -excepto para los escépticos- un tema de
asombro, de debate y/o de reflexión íntima y profunda en el significado de ser;
de ser humano, de ser Hombre…
Porque alguien -que vino de otro
alguien, y este de otro alguien, y así concordante y sucesivamente- como a la
corta edad de 3 o 4 años, descubre al cabo que… ¡Dios! Y allí, donde algo
concluye, todo parece en consciencia y conciencia, que…, que…, que está...
… Sí, el pequeño niño
se cae de un árbol, o se astilla una mano, o se golpea la cabeza jugando, huele
el viscoso líquido llamado sangre, y, mientras lo hace, su madre pega un grito:
“¡¿Qué hacés, chinito de porquería?! ¡Un
día de estos te vas a matar! ¡Mirá toda la sangre que perdiste! No te doy un
coscorrón, ¡pero ya vas a ver cuando venga tu padre!”.
¿Matar? ¿Sangre?
(…): O conversación
seguida con sus amigos…
“Yo pregunto”, dice el más valiente. La expectativa crece con la
espera. Los chicos del barrio ya no patean la pelota de fútbol. Ahí viene.
Respiración y toses contenidas...
"¿Y qué significa que te vas a matar, che Pocholo? ¿Ehhh? ¡Hablá,
bobo! ¿Ehhh...? ¡Que sangre o lo que sea dice mi mamá, fue la que me salió los
otros días cuando me pusieron en el brazo la vacuna contra la..., contra la...
bahhh, no me acuerdo ahora!”.
“No empujen, por favor...", gritó el Pocholo. Y aclaró: "¡Significa que estamos vivos pero que,
un día, por accidente o enfermedad, nos vamos a morir”.
“¿Morir? Sigo sin entender”, dijo el más pequeño… “Que estamos… ¿qué?”
“Vivos. Estamos vivos. ¿Vieron cuando derribamos esa chicharra de un
hondazo?”
“¡Síííí…!”, se apresuró el resto a gritar casi al unísono.
“Bueno, ¿vieron que no se mueve más? ¿Que está quieta y medio
destrozada por la bolita de paraíso?"
“Síííí. ¿Y eso qué..., qué le pasa, eh?"
“Le pasa -dijo el Pocholo bajando la cabeza y mordiéndose el labio inferior-...,
le pasa que está muerta… Si se moviera un poco y aleteara todavía, estaría
moribunda. Pero vean ese líquido que se derrama como un vómito desde su
cuerpito herido: ese líquido es para estos insectos lo que la sangre es para
nosotros... La sangre es ese fluido rojo que vio Palito en su brazo cuando lo
vacunaron... Un fluido rojo que corre por unos cordones llamados venas, y por
donde llega el oxígeno y todo el alimento que necesita nuestro organismo para
vivir... Y nosotros, a la chicharra, le hemos cortado y destrozado todos sus
cordones alimentarios... O sea, que se estaría por morir… O sea, que se está
por morir… ¿Comprenden? A mí me lo explicó todo mi mamá, después que me di el
porrazo ese tratando de arrancarle frutos al árbol de paraíso para armar la
gomera…”.
“¡Uyaaa…!”, clamó el resto de los
pibes arracimados unos a otros porque empezaron a experimentar una nueva,
horrible y extraña sensación… (Chissss…
Tenían “miedo”; un escozor inexplicable que te cierra la boca del estómago, y,
a veces, hasta te hace vomitar...).
Y desde ese momento
único, irrepetible e intransferible, miramos al mundo y al universo soleado o
estrellado, de pies a cabeza, y nos preguntamos y nos repreguntamos y les
preguntamos a ellos, los mayores (porque
a pesar de “eso” que sentimos, seguimos siendo esencialmente curiosos, cuando
no, chismosos y malavenidos); y de tanto preguntar y re preguntar,
inventamos al cabo, ya más pre-adolescentes o adolescentes o jóvenes o
adultos…, eso que terminaríamos en llamar filosofía, teología, ciencia,
tecnología y las artes todas… ¿Viste? ¿No es así?...
(…)
… Y encallados en el
Conocimiento, el Sentimiento y/o el Pre-Sentimiento, en "el lugar de los signos y las claves", el hombre da
cuenta de que su origen concreto –y más
allá del indescifrable Origen de todo lo demás que llamamos Universo- se
remonta a la inscripción del Verbo o Maná de la Palabra, "y su Ritmo y Melodía", "en el barro de las Mentes" que piensan y preguntan y
cuestionan y contestan, y en los Corazones que laten y suspiran, a coro, y con "el sonido de los astros" : ¡Estamos vivos! (Y algunos exclamarán luego al respecto...,
sí: ¡Dios!; y otros, ¡Mi madre!; y los demás, ¡La pucha!)…
… Y cierta gente se
quedará callada porque no tiene fe ni esperanza en nada de Nada, porque son
como esa chicharra desmayada por siempre en el suelo de un mundo que se mueve y
que rota y que gira hasta quién sabe cuándo, y se dirán, solemnes, agnósticos o
ateos… (Y los más desprevenidos y
absurdos, sorprendidos en el extremo del enigma que los supera, exclamarán como
necios e insensatos…: “Bahhh… Pero ahora, ¿quién me quita lo bailao?”).
Pero “nacer, vivir y
morir, son los tres verbos capitales” de la esfera existencial “que debemos
conjugar debidamente”.
“Nacer, vivir, morir, o ciclo natural” consciente
de lo humano, “que debemos recorrer en paz”,
con amor, sabiduría y fortaleza.
… Y arriba, bien
Arriba, más allá de las estrellas, un Ese Supremo será un Quién que les diga,
sin que escuchen (Porque "No hay
peor sordo que el que no quiere oír"), y que les muestre, sin que
vean, porque son como "Ciegos que
guían a ciegos", como la hierba hoy verde, y mañana seca y mustia y
allanada, involuntaria, al rito del fuego encendido para calentar, con ella, a
las manos vivas de los que se han dado cuenta del porqué están vivos, y que
mañana no serán –como ellos, los
impiadosos- solo polvo incrédulo vuelto al polvo inanimado, sino pura luz
brillando bajo esa otra Luz que todo lo alumbra e irradia -eternamente- vida para la Vida…
(O de
cuando descubrimos -en esencia- que el Universo todo, como expresión circular
-¿o esférica?- material visible, finita y mortal de lo incircular -¿o
inesferal?- inmaterial invisible, infinito y trascendente, se encuentra
asimismo en sempiterna expansión y recreación cósmica, luego de un supuesto Big
bang; mas sin que nadie pueda aventurar jamás un posible, probable o ignoto
Bang bang… O el origen del Origen, y viceversa).-
©ADRIÁN
NÉSTOR ESCUDERO,
poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Cit.: Escritor y filósofo chileno Frans Gris.-
Integra
el Libro “Apocalipsis Bang y Otras
Historias” – Colección de Microrrelatos Extraordinarios. Inédito. La Botica
del Autor. Santa Fe (Argentina), 2007-2021. Publicado durante el año 2021 en Magazins Virtuales Gráficos y en Grupos Literarios Facebook del ámbito
local, nacional ew internacional.-
Adrián: Me gustó mucho tu artículo sobre la vida, la muerte y la trascendencia. Coincidencia: Terminé de escribir un artículo sobre el mismo tema, titulado AÑOS 2020/2021. Te lo voy a mandar por e-mail. Para vos y tu equipo de amigos. Te saludo. Amanda Patarca
ResponderEliminarAdrián, interesante reflexión sobre temas que realmente son todo un dilema moral.
ResponderEliminarNacer, vivir, morir. Para mí es más fuerte existir. Los vocablos vivir y existir no se consideran sinónimos, en cuanto evidenciemos que el vivir inercial se sustenta dentro del conjunto natural: biósfera-corteza terrestre-minerales-vegetales, vida sometida a observaciones científicas y a creencias religiosas bajo criterios antropocéntricos. Por otra parte, se establece que el existir consciente se percibe con enfoque epistémico-holista para legitimar una espiritualidad secular e individual y, a su vez, reivindicar los valores fundamentales de dignidad social e individual. Bajo estos términos, el vivir y el existir engloban la eterna naturaleza dual y asimétrica de los seres humanos: soma y psique, razonamiento y sensibilidad, materia y energía, forma y contenido, y las visiones positivista e idealista sobre la realidad que percibimos.
En el imaginario colectivo propio del vivir inercial, las culturas del mundo han idealizado a sus dioses; por el contrario, en la consciencia del existir, las leyes del Ordenamiento Cósmico que subyacen al universo, proveen el talante espiritual íntimo y particular a cada ser humano.
Querido Adrián. Como siempre, muy interesantes y filosóficos tus escritos. Nos dejas pensando en temas trascendentes. Te expresas con la calidad de un escritor muy prolífico e investigativo que enriqueces a quienes te leemos. un abrazo desde la Mitad del Mundo. Magister Mae de la Torre, artista plástica multidisciplinaria y poeta ecuatoriana.
EliminarUn texto que hace que me pregunte sobre el origen del origen, sobre antes del origen del origen. Para reflexionar.
ResponderEliminarSaludos de Graciela Brown,desde la zona rural de General Rivas, Suipacha, Argentina.