Dónde queda la muerte
preguntó la niña de ojos claros,
dónde queda la muerte
repetí yo acongojado.
La muerte, se me ocurre,
habitará en las estrellas,
en las aguas, en los montes,
en los hombres, en los prados.
Dónde queda la muerte
me repito acongojado;
que le podré explicar
a la niña de ojos claros.
Dónde queda la muerte?
talvez en los cementerios,
en el fondo de los mares,
talvez en mí, talvez aquí, talvez allá.
Nada podré decirle
porque mucho la he buscado,
en la noche y en el día
y el firmamento estrellado.
Agosto 6 de 1975.
RESPUESTA A
Dónde queda la muerte
preguntó la niña de ojos claros,
y hace veinticinco años no supe contestar.
La muerte se me ocurre,
es un lugar sin penas ni alegrías,
donde no existe el tiempo,
donde no hay noches pero tampoco días.
Por dolorosa que sea, la vida duele más,
no hay recuerdos, tensiones ni pasiones,
no nos deleitan las canciones
pero tampoco dejamos nada atrás.
La muerte es un lugar
donde después de todo, se puede descansar,
no vemos la lluvia, los lagos ni el rosal,
pero tampoco vemos las espinas, el dolor ni el mal.
Julio 22 de 2000.
©JAIME VÉLEZ RAMÍREZ, poeta y escritor colombiano
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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