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sábado, 7 de noviembre de 2020

LA SALUD, O EL SILENCIO DEL CUERPO, Carlos Benítez Villodres, Málaga, España

 












LA SALUD, O EL SILENCIO DEL CUERPO

  

Es evidente que la mayor riqueza que puede tener una sociedad es la salud. Asimismo, la salud es un manantial de fortuna y una inversión social de primer orden con una enorme capacidad impulsora sobre el resto de las funciones de una sociedad. Si la inmensa mayoría de las personas del mundo goza de buena salud, es responsabilidad de todos y de cada uno de los seres humanos y agentes sociales que conforman nuestra sociedad mundial.

            La Salud es un estado en constante búsqueda de un equilibrio y oscila dentro de los parámetros que vienen definidos por el cuidado de nuestro cuerpo y, sobre todo, por nuestro estado mental y la manera a la que nos enfrentamos a las condiciones ambientales.

            Ciertamente, la salud no es un problema médico, sino que se extiende más allá de los retos de la Medicina que pretende apropiársela. Por esta razón, en los tiempos actuales, los cambios en las demandas de la sociedad llevan a repensar la salud como un valor en el contexto humano, redimensionándola en su espacio social y cultural, reclamando la construcción de una cultura en torno a ella. Cuando un ser humano es educado, desde su infancia, hacia la consecución de su salud, podrá formarse un criterio propio, interpretar y ejecutar medidas saludables tanto para él como para las personas que lo rodean, mejorando así su calidad de vida y de bienestar.

            La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como: “El estado completo de bienestar físico y social de una persona, y no solo la ausencia de enfermedad”. Esta definición tomó cuerpo a partir de los años 50, cuando se constató que el bienestar humano trasciende a los puramente físicos. Por lo tanto, el concepto de salud general se compone del estado de adaptación al medio biológico y sociocultural.

            El valor de la salud es una cualidad de toda persona humana de cualquier condición socioeconómica, demográfica, creencia o edad, es decir, es un valor absoluto para todos en todas partes.

            La salud no es solo un asunto individual, sino que implica también a la comunidad. Es necesario orientar nuestra tarea educativa, reforzando la responsabilidad individual y la colectiva. Hay que incorporar la salud a la educación en una triple orientación: como contenido educativo estricto, como tema de debate ético y como escenario para tomar decisiones.

            Sin duda, una de las cosas más importantes de nuestra vida es la salud. “El que tiene salud, tiene esperanza; el que tiene esperanza, manifiesta Thomas Carlyle, lo tiene todo”.

 

 

©CARLOS BENÍTEZ VILLODRES, poeta y escritor español

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 


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