DESPUÉS DE LA LLUVIA
El sudor de la tarde se
desliza por las ventanas
y ya no hay agua sobre la
urdimbre de las hojas.
No quisiera hallar la
metáfora.
Y en los silencios y en
las estridencias,
en oboes, en chelos y
violines
espero el eco certero y
apacible.
El día se ha concretado en
otros días
y uno tras otro, en su
continuidad,
van tamizando el sol y la
tierra menuda
como si fuese harina.
Renovado el pensamiento en
su luz de cada mañana,
enrojece y se agranda como
un embrión.
La ventana está alegre por
un rosal
del cual pende entero el
día, como una campana.
No es el silencio de las
espadas enmohecidas;
tampoco el de la lanza que
no encuentra un pecho.
Es el latido del corazón.
Es la torre.
Es su silencioso reloj,
imperturbable destejedor
de horas.
Creo que es el espíritu
del triunfo en la batalla.
* "Entelequias",
poemas. L. A. - Ed. Torres Agüero,
Buenos Aires, 1994.
©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO Y MIEMBRO ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario