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sábado, 9 de noviembre de 2019

LA HISTORIA DEL PUNTO, Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina


LA HISTORIA DEL PUNTO


             En el siglo III antes de Cristo, Aristófanes, el bibliotecario encargado de la Biblioteca de Alejandría, fue quien introdujo en la gramática el uso del punto (que inicialmente fueron tres, a los que llamó: comma, colon y periodus) buscando introducir con ellos pausas y entonaciones adecuadas en la lectura de los textos.
         Más tarde, en el siglo VII, el eclesiástico Isidoro de Sevilla, quien fuera arzobispo de esa ciudad y al que la iglesia católica canonizara tras su muerte, actualizó el sistema de Aristófanes relacionando, por primera vez en la historia y de forma explícita, la puntuación con el significado. A él le debemos la utilización de la coma y la del punto final.
        Vendrán después el punto y coma, los puntos suspensivos y los dos puntos.
         Y ya que hablamos del punto, vayamos ahora a la particular historia de otro punto: 





LA HISTORIA DE UN PUNTO

Esta es la historia de un punto
a quien desde la otra punta
de la línea fue otro punto
quien a punta de llamadas
puntillosa y puntualmente
lo empezó a tomar de punto.

Pero el punto ya cansado
cuando encontró al otro punto
y le halló su punto débil
poniendo punto a la cosa
sin más le calzó los puntos
al punto y como se debe.

Y así termina esta historia
en la que aquí muy puntual
sin comas ni punto y coma
y sin puntos suspensivos
le pongo punto final. 

©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

“Nueve puntos” – tango de Francisco Canaro
por el  Quinteto Pirincho

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