REVELACIÓN
-Dado in memoriam de Jorge Luis Borges-
A la Soledad. En especial, a quienes les fuera revelada su agonía sin compasión...
Es mortal. Inexorablemente mortal. La sensación lo oprime
y la metáfora del degüello lo azuza y lo estremece. El sudor lo ahoga entre
vapores soñolientos y hiede mal. El viento de la playa se agita penetrante, y
es incisivo el aliento agrio que lo envuelve y lo sume en un sueño acezante y
tenebroso donde no hay luces ni barcos alejándose en lontananza.
Sin embargo, la estrella está fuera de él y limpio el
cielo de nubes. Lo despoja de fantasmas. Pero no hay sol en su mente ajada,
deshecha, rota en cristales de recelos y vanidades. No hay una sola letra candente,
luminosa, sedienta de colores y de goces. Sólo melancolías y una furia estéril
que lo hinca en la arena suave del mar sedado.
Después se muere y el coro de los siglos lo amplifica y
desmenuza en crónicas y ensayos. La vida de un hombre solo y ciego, hacedor de
naderías se endurece luego para siempre en el molde de la estatua que eterniza
su ceguera ominosa y consecuente.
Sí, y sólo al cabo de muerto han venido a visitarlo. El
minotauro y el guapo. El arrabal inexistente de su pasado inmortal, sus
laberintos de luto y admiraciones nórdicas, anglosajonas y griegas que se
amoratan.
Él ha muerto.
©ADRIÁN
NÉSTOR ESCUDERO,
poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario