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viernes, 19 de julio de 2019

ENCUENTRO, Alicia Mercedes Coronel, Junín, Buenos Aires, Argentina


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Imagen de: alquimia


ENCUENTRO

     Me recosté en la arena, suave colchón de imaginarias plumas y los sueños comenzaron a descender de las blanqui-celestes nubes, mientras de la inmensidad del cielo la mano del ángel pintor deslizaba sutiles pinceladas grises como intentando opacar la pureza del claro atardecer.
     Mis pies cual furtivos amantes, se dejaban acariciar por el vaivén de las olas que se rezagaban intentando mantener ese idilio con mi cuerpo.
     Mis ojos entrecerrados divisaron la figura que comenzaba a perfilarse como emergiendo del mar bravío. ¡Si, era ella! Mi amiga de tantos años. ¡Cuánta emoción! Mis brazos se extendieron temblorosos hasta lograr abrazarla, mi corazón no podía contener tanta alegría, había soñado tanto con ese encuentro y ella llegaba así, sin anunciarse. Se tendió a mi lado con tanta naturalidad como si siempre hubiésemos estado juntas. Su palidez reflejaba el cansancio del largo viaje. -Quería conocerte- me dijo- Sé que tú amas las cosas que yo amo, sé de tu soledad y quise acompañarte-. El mar rugía cual león enfurecido. -Así es el mar- susurró- Te reta, te acaricia hasta conquistarte, te abandona y luego regresa celoso a recuperarte hasta convertirse en tu dueño absoluto para absorberte con su amor-.
     El sol comenzó a cubrir la arena con un manto anaranjado y los últimos reflejos teñían el lomo de las olas con distintos matices. -Debo marcharme, mi amor me espera y no quiero entristecerlo con mi ausencia-. Acarició mi frente y me dijo: -No abandones tus sueños-. Se incorporó lentamente y comenzó a caminar por la arena, parecía flotar en el aire mientras el viento hacía revolotear la blanca gasa de su vestido, antes de internarse en el agua, giró y agitando la mano me gritó: -¡Te mandaré un poema nuevo!- Un remolino de espuma la envolvió, pareció elevarla en el aire y en ese abrazo sublime la sumergió en las agitadas aguas.
     Quedé largo rato contemplando el mar esperaba verla emerger nuevamente entre las olas que ahora se mecían, acunadas suavemente por la brisa del atardecer.
     No fue un sueño, sé que ella estuvo ahí, yo, sigo esperando su poema nuevo.
                                   
©ALICIA MERCEDES CORONEL, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA



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