CALEIDOSCOPIO
No sabía que las notas graves de un
piano le gustaran tanto. Tampoco que el sol, al que ama, pudiera resultarle a
veces demasiado impertinente.
Desde hace días, sin proponérselo, va
y viene con el recuerdo del limonero de cuatro estaciones cuya imagen llevó de
casa en casa, de mudanza en mudanza, como parte de su equipaje. Cuando pudo,
plantó otros en intentos por
recrearlo; igual que aquél. Igual que aquél… nunca lo eran. Lejos de la plenitud (vaya a saber cuántos
años tendría) estaba en las últimas. De escasas hojas, ramas descarnadas,
visitado por unos pocos gorriones furtivos, permanecía. Mariposas que antes se
habían demorado en él ahora lo sobrevolaban desapareciendo en segundos.
Sin embargo, se empecinaba año tras año. Se empecinaba ofreciendo alguna
que otra fruta tentadora lista para ser cosechada.
El limonero en su casa. En su vida.
¿Quién no es capaz de descifrar el
canto de algunas aves conocidas?
Alimento, peligro, amor. Imposible no sentirse interpelada por el sonido
monótono, discordante, del grito de un pájaro oculto que escucha cada tanto. ¿Es siempre el mismo? ¿Es
otro? Algo busca ¿A quién llama, qué ha perdido? Se obliga a distraerse en
cualquier banalidad, de lo contrario, ya sabe: llegará a las lágrimas.
Los gritos de un ave.
Llamados de algún piano.
El sol que todo lo transmuta.
Caminando sobre pisos de madera añora sentir
el frío de aquellas lajas griscelestes
bajo sus pies descalzos. Charcos luminosos, llenos de vida, destellan
en los desniveles cuando cesa de llover.
Frescura en lajas mojadas por
lluvias de verano.
Cuatro estaciones repetidas como
notas en el número exacto de los años.
Imágenes, sonidos, sensaciones juegan a sorprenderla, semejantes a las
piezas de un puzle. Caleidoscopio
enigmático que intentara entregar alguna clave.
Acaso, permitirle escucharse decir
así, sin más, que lo extraña. Que recuerda el tono exacto de su voz.
Que nunca
olvidará.
©NORA SALGUEIRO, poeta y escritora argentina,
nació en Tandil, provincia de Buenos Aires en el
invierno del 1949.
Colaboró en una revista de aparición
mensual en el gran Buenos Aires, desarrollando temas inherentes a psicoanálisis.
En el año 1998 participa en concursos de cuentos y relatos
declarados de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación.
Formó parte del Grupo Autogestivo
Travesía, perteneciente a editorial
Baobab publicando en conjunto libros de
relatos y poemas ilustrados como : “Travesía”, “Otros Caminos”, “Tercer
Puente”, “Lugares”.
Participó en concursos de Red
Literaria, Editorial Los Cuatro Vientos, Fundación Cathedra (año 2008/ 2009).
Obtiene en ellos menciones especiales, medallas de honor.
Recibió el primer premio en cuento
en el Concurso Nacional realizado por la Casa de Madrid en Buenos Aires en el
año 2009.
Actualmente concurre al taller
literario del poeta Carlos Penelas.
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