PRIMER PLANO MENOR
El pliegue guaso de la friselina,
el dobladillo del deshabillé,
el perímetro peloso del muslo
de la vecina forman un triángulo escaleno.
Pero esto no es más que una imagen
que no dice nada de cómo los íntimos
nos entremiramos.
Tenemos insomnio y entonces
leemos el salmo nonagésimo primero
en honor al Altísimo en tono sereno:
No tengas más miedo a los peligros nocturnos
ni a los dardos lanzados al día
ni a las plagas que llegan a oscuras
ni a las que aniquilan los rayos del sol.
Regina Giddens, sin su sonrisa de arpía,
nos observa abatida desde la ventana,
desde el exterior.
La cámara la muestra en primer plano menor
mientras descorre las cortinas del cuarto.
Nuestras siluetas se pierden ligeras en la lluvia.
ÁNGEL
OLIVA – Rosario, Santa Fe, Argentina
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