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sábado, 18 de febrero de 2023

EL ETERNAUTA DEL AMOR, ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO, Santa Fe, Argentina

 



EL ETERNAUTA DEL AMOR

 

A la egregia memoria de San Valentín (Mártir); Patrono de los Enamorados…


Y al genial escritor y guionista argentino, Héctor Germán Oesterheld (1919-1978), junto a los notables ilustradores rioplatenses, Francisco Solano López (1928-2011) y Alberto Breccia (1919-1993)...
 

“Los momentos son olas en el tiempo. Cada cuerpo es una playa”. Luis Moll, Mayo 2011

(La Alcazaba, Madrid, España).

Bitácora de Vuelo

Hubo tres eventos no contemplados al planificar el viaje del Internauta, desafiando las leyes de Sumo…

A) La Máquina debió haber quedado suspendida en vilo en el entretejido dimensional, sin materializarse plenamente en el pasado. O mirar el “ayer” como por el cristal de una ventana a la que el sol atraviesa sin romper: sin transgredir la realidad de lo Real con un objeto generado contrario sensu a las inviolables leyes de la física cuántica y del espacio-tiempo natural. El Equipo había utilizado para ello un modelo superior a la Máquina Transmutadora (MT-F Cosmos) de Furlani, y un actualizado celular permitiría comentar al Equipo los pormenores de ese fantástico intento de reconexión, 380 años después, con su novia y, a la postre, difunta esposa, en el justo momento en que la conociera, allá, por 1972, cuando, en una reacción de autoexigencia estudiantil, había decidido deslumbrar al profesor de las primeras clases de computación de datos que se dictaban en la Universidad donde cursaba la carrera de Contador Público, haciendo ad-látere un Curso Intensivo particular sobre la materia; cursillo del que ella, imprevistamente, participara. Época en la que comenzara a existir el globalizado mundo de la Internet (Red de Redes): esto es, cibernético, transgénico, telemétrico y tecnocrático...  Pero el nerviosismo que comenzó a agitarlo, de súbito, provenía de un suceso inesperado: la pantalla de triangulación TFT estaba como electrizada. El celular mediático (ahora una especie de reloj cósmico y videoteléfono con funciones extras de sincronización) estaba disfuncionando en el preciso instante de su arribo al pasado, mostrando la información que recibía o intentaba emitir, como las curvas erráticas de un sismógrafo...  Algo fallaba en lo planeado por el Equipo y el laboratorio, y respecto de los enlaces programados con la MT y el GPS sideral conectado al GT-S3000 de Alejandro Dumas, el primer Internauta Robot con cerebro humano en viajar a la velocidad de la luz, orbitando el callejón que conducía a un magnífico agujero negro donde la antimateria era una perfecta y mutante cosmogonía que podía remitirnos al pasado o al futuro o a… En tanto, mientras trataba de serenarse y adivinar las causas del inconveniente, pensaba que lo más difícil se había logrado, y que, el “Experimento Post Furlani” daba resultado: las fases se habían cumplido matemáticamente: había podido desmaterializarse y trasladarse, átomo por átomo, por el espacio-tiempo, para recomponerse luego (como persona autómata) a la perfección. O, al menos, eso creía. El “encuentro” con ella, sería algo lejano, pero conscientemente nítido: como una extensión a tiro de piedra entre los protagonistas.  De hecho, no podían modificarse eventos de ninguna clase, a riesgo de cambiar el propio futuro. Más Alejandro, entusiasmado como estaba y, de haber podido, le hubiera dejado a la vista, sin más, un enigmático mensaje junto a un regalo que sabría apreciar gustosa: claro está, una bicicleta Rintendo equipada con Jet, le hubiera resultado una sorpresa increíble... Y hubiera sido algo exultante ver a esa carita de ángel enrojecida, en tanto la imaginaba leer y releer la tarjeta de un obsequioso cuan ignoto y acaudalado admirador... 

B) El movimiento racional y sensible de caminar apenas para acercarse más al objetivo: eso dio lugar a una inevitable paradoja cósmica, impulsando a la octava alternativa apocalíptica por causas tan inefables como todos los designios de Sumo. Por lo demás, era aquella una noche tórrida y húmeda, propia del verano santafesino, colmada de risas y centelleo de miradas enrojecidas por una morena cerveza, ajenas al ulular de los mosquitos y al clarividente foco de las luciérnagas pasajeras, con una luna sabia y opaca atestiguando, desde la prehistoria, hechos trascendentales para el homos erectus; y ya que, en cualquier momento, ella, con su piel de seda y su música de The Beatles y Rolling Stones, el Nano Serrat y el Flaco Spinetta, se mostraría envuelta en una larga –hasta su cintura de odalisca-, oscura y brillante cabellera, cubriendo pudorosamente esos pequeños y redondos pechos de miel encarnada, mientras sus labios repetirían (en silencioso unísono), aquellas canciones que, todavía, y desde donde provenían (aunque ella no estuviera ya), seguirían sonando de generación en generación...; y,

C: El haberse separado por un nanosegundo de la Máquina, impidiendo el factor irrestricto de la inmovilidad frente a la realidad ahora vulnerada)… Entonces, fue que sucedió… Sí. No obstante todas las previsiones y precauciones posibles (aunque..., no todas; o cosas de humanos, al fin)… Porque tampoco nadie del Equipo se había percatado, en las pruebas previas, de la incidencia que habrían de tener los ronroneos mecánicos que exhalaba aquella extraña Máquina, zumbando sordamente en la nocturna madrugada de un despreocupado estío vera cruceño; y tampoco de que su viajero (inesperado para ese antaño ocre del ayer), fuera balanceado imperceptiblemente por dichos ronroneos al intentar corregir el error señalado en la señal transmisora, dando lugar a que un millón de invisibles ácaros se sacudieran de su piel escamosa y sintética ajena a ese lejano (y tan cercano a la vez) mundo de la Memoria resucitada… Un millón de ácaros y de polvo imperceptible exhalado por el robótico Internauta, removido en cada intento de pulsar una nueva tecla del celular para solucionar el arrogante fallo… Pero también aliado a otro evento descartado por el científico y romántico programa, que colmó la ingeniería de regularidades inmutables que lo sostenían… Exacto. Fue en el éxtasis de la espera cuando, en modo inconsciente, un pie dio lugar a un tímido paso. Imperceptible para la visión normal… Y de ese paso, otro (también imperceptible), y luego aquella explosión invisible consecuente ya no solo de un millón de ácaros sino de otras dos mil millones de motas de polvo cósmico adheridas a la Máquina que se alzaron (tanto leves como ingenuas) sobre la húmeda vereda donde parecía descansar MT…

(Y todo desapareció. Instantáneamente. Se difuminó sin dar lugar a reacción alguna… Y el alma de Dumas, guardada en un rincón de su cerebro humano preservado por el cuerpo cibernético de órganos cableados que lo hospedaba, ya rumbo a lo desconocido, pudo contemplar cómo el entero Cosmos (tal cual lo había conocido) se esfumaba para siempre, y tras una sideral nube roja y brillante de gas hidrógeno transformada, por entero, en un infinito agujero negro llamado Lo Increado…).-

ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


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