Simplemente
Pichuco
Al maestro del fueye,
creador de un estilo
único, inconfundible.
Al dogor entrañable
que tenía el poder
de hacer profundo
lo que a él le era fácil.
Al que Julián Centeya
lo llamó, y para siempre,
El Bandoneón Mayor
de Buenos Aires.
Al autor de Garúa,
al de Che bandoneón
y Patio mío,
al de Barrio de tango,
al de Sur y Responso.
A ese gurú porteño
que con cara de luna
iluminando noches
llenaba el Marabú
o el Tibidabo.
Al generoso Gordo
¡Aníbal Troilo!
El que a la ciudad toda
le fraseó y le cantó
como muy pocos.
El que cuando se fue
dejó en la marquesina
del viejo Teatro Odeón
con letras de oro:
Simplemente…¡Pichuco!
©LUIS ALPOSTA,
poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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