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viernes, 18 de marzo de 2016

HOMENAJE ESPECIAL DE ASOLAPO INTERNACIONAL EN EL ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL INMORTAL CÉSAR VALLEJO - POR LUZ SAMANEZ PAZ

HOMENAJE ESPECIAL DE ASOLAPO INTERNACIONAL EN EL ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL INMORTAL CÉSAR VALLEJO - POR LUZ SAMANEZ PAZ


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HOMENAJE ESPECIAL DE ASOLAPO INTERNACIONAL

EN EL ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL INMORTAL CÉSAR VALLEJO

 
LUZ SAMANEZ PAZ, Presidenta de ASOLAPO Internacional

CÉSAR VALLEJO, EL POETA DE LA ANGUSTIA.- El 16 de marzo, con gran emoción i algarabía evocamos el natalicio de nuestro vate universal i lo recordamos a él, con esa su poesía esencialmente humanista i metafísica, quien con su alma dolorida, desgarra la conciencia de los hombres, para ponerse de pie en un grito altivo de lucha i reto, volviendo los ojos al drama del hombre mismo.

CÉSAR VALLEJO, es el artista por excelencia que remeció las conciencias del pensamiento Continental i Mundial. Sentimos orgullo por su alta calidad estética, la espontaneidad i la hondura con que buscó solucionar los problemas sociopolíticos, en pos de un mundo mejor, de un hombre nuevo.

La fecundidad de su espíritu libre, no sujeto a normas, ni ortodoxias, ya sea religión o política. La profundidad con que abordó las cuestiones metafísicas i éticas: Dios, la muerte, el más allá, el mal, el dolor, etc. La intensidad i la desnudez, con que expresó la experiencia común i cotidiana i la capacidad que tuvo para asumir los embates de la vida, cuya queja se convirtió en mensaje universal, que resume el sufrimiento de toda la humanidad.

"Dios mío, ¡si tú hubieras sido hombre!
hoy supieras ser Dios,
pero tú, que estuviste siempre bien
no sientes nada de tu creación,
i el hombre sí, te sufre,
el Dios, es él..."

En esa forma VALLEJO, se volcaba hacia la subjetividad de un alma dolorida i rebelde. Como Presidenta de la Asociación Latinoamericana de Poetas, Escritores i Artistas (ASOLAPO Internacional), quiero decirles que fue justamente por mi gestión que el Congreso de la República, aprobó un Proyecto de Ley del entonces Presidente de la Cámara de Diputados, Dr. Luis Alvarado Contreras, para crear nuestro Día, el Día Nacional del Poeta, en Homenaje al Inmortal CÉSAR VALLEJO, el 15 de abril. Quiero ser portadora del mensaje de integración entre los vates, ya que ellos son necesarios, son la inteligencia i la unión.

Festejamos la Memoria, de este insigne poeta, cuya voz de roca, cortada a trazos por el grave perfil del pensamiento, es la voz rítmica más profunda, más plena de la emoción, más henchida de protestas i más grávida de universo.

CÉSAR VALLEJO, salió de las hondas quebradas peruanas, hacia los valles del mundo, cruzando nuestros ríos caudalosos, hundiendo sus plantas en la pachamama, alucinándose en la luz sideral de nuestras cumbres nevadas, como un peregrino de siglos, para otorgar a los hombres con acento de Biblia, el dictado de nuestro pueblo.

El aire caliente de su poesía, teñida a veces de sangre, balbuceando otras por quemarle los labios, fue dejándonos su mensaje, entre afirmaciones i negaciones, entre luces i sombras. Tenía ese hombre prodigioso la piel de sepia i la mirada arriba, tan negra i cruzada de brillos que siempre, donde quiera estuviese, ponía en las verticales del espacio, los pavorosos traslúcidos de nuestras cordilleras andinas.

Era un ser arrancado del ande, de la piedra, endurecido en la carne i en el hueso, macerado a golpes de infortunio, dentro de cuyo cráneo las ideas se precipitaban llenas de furia i con frecuencia lanzábance en una vorágine de relámpagos. Era un cuerpo transido por el dolor i las hambres, al que la tragedia esencial de nuestra estirpe le había saturado las entrañas, abrazándole, ardiéndole en la sangre, le envolvía en un hálito de luces, que fungían vuelos azules, mientras le corroía los tuétanos.

Era el hombre que este pueblo nuestro escogió, para decir su pesadumbre i su esperanza, para cantar su tristeza i sonreírse con la muerte. Solo él, supo dar entre nosotros esos gritos llenos de dignidad, superstición i metafísica, que promueve el dolor impaciente de las diversas multitudes que hablan espacios. Era tan nuestro, que tan apretada congruencia con nuestro ser se identifica, porque su voz nos bastará todavía en todo el tiempo que avance, para que el mundo sepa ¿quiénes somos?, ¿qué dolor nos hiere? i ¿qué ideal sostiene nuestras ansias?

Era nuestro i no podía ser de nadie más. ¿Qué otro pueblo sino el nuestro, podía haber creado una mente tan llena de pavores, de anticipaciones, de iras i de gracias? Todo él, la sustancia de su genio, los grandes vuelos de su espíritu, cuando perfila su magnífica figura intelectual, proviene i solo debe provenir de una raza como la nuestra, forjada por los rayos, bañada por las lluvias, amasada por la pachamama, que eslabona una sucesión de vértebras nacionales sobre la curva dorsal del planeta.

Somos una raza geológica, de agro i tierra, templada en los fuegos del Ande i ese amor a nuestro suelo, a sus montañas, a sus nevados, a sus árboles, a su pasado, tan persistente, tan ardoroso, que no se mitiga sino cuando nos sentimos por fin abrazados en el corazón profundo de la pachamama, porque estamos formados de nuestra madre universal, de nuestra madre tierra, por lo tanto somos tan eternos como ella. No tenemos otra noción de eternidad. Pero nos basta para resistir como VALLEJO, todos los embates de la vida.



A CÉSAR VALLEJO
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LUZ SAMANEZ PAZ

CÉSAR VALLEJO, hermano,
noble Inca de piedra tallado
con cincel de cobre nativo,
alma gris de huesos, de quenas
a los cuales hiciste vibrar,
hermosas i sublimes notas...
nacidas del fondo de tu corazón.

VALLEJO, poeta peruano,
de los altos Andes nevados,
del ichu tenaz i aislado...
Mándame esa tu lira
encendida de oro i plata,
para cantar a tu alma
con los Kipus Universales,
que tu genio pudo crear.

Fue poeta, narrador, ensayista, dramaturgo. CÉSAR VALLEJO, nació en 1892, en Santiago de Chuco, Departamento de La Libertad-Perú i muere en París, un 15 de abril de 1938, como lo dice en sus versos:

"Moriré en París con aguacero
un día del cual tengo ya un recuerdo..."

Sus restos reposan en el Cementerio de Montparnase en París-Francia. Realizó sus primeros estudios en su pueblo natal i los secundarios en Huamachuco. Ingresa a la Universidad de Trujillo, donde se gradúa en Letras en 1915. Perteneció al "Grupo Colónida", encabezado por Antenor Orrego i conformado por Alcides Spelucín, Víctor Haya de la Torre, Abraham Valdelomar, José María Eguren, Eulogio Garrido, entre otros. En ésa época hace conocer sus primeros versos.

En 1918 viaja a Lima, para estudiar en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El mismo año publica su primer libro "Los Heraldos Negros". En 1920, volvió a su tierra natal, donde se ve envuelto  en unos incidentes lugareños que determinaron su injusta prisión en una cárcel de Trujillo, durante más de 3 meses. Luego regresó a Lima, con el propósito de marcharse a Europa, pero antes de hacerlo publicó su revolucionario libro de poemas "Trilce", en 1922 i dos obras en prosa: "Escalas Melografiadas" i "Fabla Salvaje", en 1923.

A fines de ese año viaja a París, donde lleva una vida difícil i azarosa. Para sobrevivir escribe sus artículos periodísticos, ensayos, cuentos, novelas. Viajó a la Unión Soviética i escribió en Rusia en 1931, su libro que tuvo mucha acogida en España.

Se adhiere al Movimiento Comunista i escribe una novela de tendencia social "Tungsteno". Por sus actividades políticas fue expulsado de Francia a fines de 1930. Vallejo i Georgette, con quien se casó, viajan a España i posteriormente vuelven a Francia, en 1932. Aunque sus dificultades económicas se acrecientan i su salud se halla quebrantada. VALLEJO, escribía obras de teatro i ensayos importantes.

En 1936, estalla la Guerra Civil Española, la cual lo conmovió profundamente i escribe su obra "España aparta de mí este Cáliz". Empleó sus últimas energías en la defensa de la República Española, escribió un gran número de poemas que constituirían el volumen póstumo.



PRINCIPALES ANÉCDOTAS DE LA VIDA DE VALLEJO
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Ernesto More, gran amigo i compañero de Vallejo, ha puesto especial énfasis en contar su personalidad íntima i humana. Recurre al recuerdo de los amigos del poeta, aquellos que compartieron su gloriosa pobreza en los bulevares de París:

1) SU LLEGADA A PARÍS.- En sus primeros meses en París, VALLEJO, no tenía dónde dormir i solía instalarse en el Metro a la una de la madrugada, hora en que cesa la circulación de la gente i él, contaba que podía dormir confortablemente, todo el tiempo que quisiera, i cuando el Sereno lo votaba, subía a la superficie del Metro i buscaba asilo en la banca de los parques, donde también los Guardias, le exigían que continuara su camino. Esa fue una época muy dura para el "cholo" en París, todavía no conocía a nadie i apenas sabía un poco de francés.

2) EL PROVINCIANO.- El cholo colaboraba en la Revista "Mundial" de Lima, donde le pagaban 20 soles por artículo, un día recibió un giro por 100 soles o sea 1000 francos i en señal de agradecimiento a sus amigos, que le permitieron compartir esos meses en su mesa, les invitó a pasar la noche fuera del hostal, comieron en un Restaurant de Lujo i el cholo pagó, luego los llevó a una boîte en un barrio latino,  el cholo se portó como un gran señor, bebieron champaña i se divirtieron bastante. Una bailarina, le sacó a bailar Charlestón al cholo i éste, sorprendió bailando huayno. Cuando pagó la cuenta le dieron el vuelto en una bolsa, que lo metió en uno de sus bolsillos de su pantalón. Al salir, como despedida el cholo les invitó a tomar el último trago en una bodega. Bebieron i comieron i al pedir la cuenta el cholo, buscó su plata en sus bolsillos i no había nada, la dueña que no les quitaba los ojos de encima, llamó a la policía i los acusó de haber comido i bebido sin pagar. La Policía, se los llevó a la Comisaría i los pusieron tras las rejas. Una vez presos, el cholo les contó, que su bolsillo del pantalón estaba roto, por viejo.

3) NOCHE BUENA.- VALLEJO, extrañaba mucho su tierra i cuando se juntaba con sus amigos, entre los que estaban: Carlos i Ernesto More, Macedonio de la Torre (pintor), Chicata, que era un gran guitarrista. Cantaban waynos, yaravíes, marineras. Bailaban pañuelo en mano, todos cogidos de las manos i en círculos. VALLEJO, cantaba, bailaba i zapateaba. Girando sobre sí mismo, mientras las lágrimas le rodaban por las mejillas, como el aguacero de su tierra.

Pero VALLEJO, no solo ha dejado poesía. Ese hombre extraño que vivió con la muerte, al morir nos deja vida, nos lega mensaje. Sus versos llevados por su extraordinaria calidad humana i por humano revolucionario, desprende efluvios de unidad. Poeta puro, que brota i estalla en cada uno de sus versos i de sus palabras. Aunque, si se analiza detenidamente su obra, ya desde los "Heraldos Negros" i más todavía en "Trilce" i "Escalas Melografiadas", se advierte el inconfundible tono, que más que para ser empleado en artificiosos pasatiempos, de torre de marfil, había nacido él, para expresar los grandes cataclismos sociales que se reflejan o se incuban, en el aislado corazón del hombre. Su verbo está íntimamente unido a su naturaleza humana. Ambas, son una. En VALLEJO, no cabe esta separación, él mismo lo sentía, emergiendo de sus entrañas, cuando expresa:
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"¡Oh unidad excelsa!
¡Oh lo que es uno para todos!
Amor contra el espacio
y contra el tiempo..."
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VALLEJO, no solo perseguía conscientemente o inconscientemente esa unidad, entre el verbo i la naturaleza, o sea la vida. VALLEJO, aspira a reunir en un solo punto, como con una lupa todos los rayos que tienden a divergir i a disgregar la personalidad humana. La fuerza poética de VALLEJO, emerge de su poderosa i tierna condición humana. Su poesía, es simplemente la voz del hombre. VALLEJO, vive su poesía, respira su poesía.

He querido dar a conocer estos recuerdos, para hacer honor a quienes saben comprender, nuestro trajinar espiritual, por este mundo, donde somos usualmente incomprendidos. Recordemos que el POETA, tiene la fuerza creadora del lenguaje, testimonia la creación del hombre por el hombre. El POETA, es quien expresa con palabras, la parte secreta i profunda del hombre.


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1 comentario:

  1. A: CESAR VALLEJO.
    COPLAS CASTELLANAS

    Oh cielos de cordillera peruana
    bellas serranías de la sabana
    “Santiago”
    Tasamos en cuatro días tu viaje
    y llevas a Trujillo tu equipaje
    a Lima llegas
    Continuando el viaje a “Roma”
    dónde el cañaveral riega el aroma
    de caña peruana
    Y ciertamente queda bien empleado
    no le gusta ser un asalariado
    en ese hacendado.


    Ilumina tu musa el sol poniente
    Aborrece la injusticia bravamente
    De enganchadores
    Se duele ver personas retenidas
    que por los vicio viven abatidas
    e insolventes
    Cargando el recuerdo se vuelve
    Y en Trujillo su Tesis desenvuelve
    en la Poesía
    En romántico español es audaz
    al bohemio gusta, en eso es capaz
    Arte intelectual.

    Luego su equipaje son solo poemas
    Nuevamente viaja cargando sus penas
    Y frustración
    Llegando con su bolsillos vacíos
    Trujillo abre puertas, nuevos bríos
    Al poemario.
    Como visionario culto y arrecho
    Corre por un doctorado en derecho
    El universitario
    Nace así el libro Los Heraldos Negros
    Sin prólogo pero alegra a barbinegros
    Con entusiasmo

    Regresa para Santiago el Chuco
    Pero deja escándalo en Huamachuco
    Por incendiario
    No es bueno meterse a redentor
    Vallejo se mete de conciliador
    sale trasquilado
    Gana "Más allá de la vida y la muerte"
    su segundo libro no fue suerte
    libro estrambótico
    Con “Trilce” se embarca para Europa
    Lleva cinco libros pero poca ropa
    sin saber el idioma



    ¡España, retira de mí este cáliz!
    dijo el letrado poeta filósofo
    en día postrero
    a pocos años el articulista
    de iberoamericanos periodista
    secretario
    Hizo su primer viaje a España
    eso fuera su vida no se engaña
    en lo personal
    el busca y se busca asimismo, solo,
    le atormenta la soledad tiene dolo
    conoce su mal.


    Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
    “Hombre de Maíz”
    Guatemala, C.A.

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