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LAS MIGRACIONES COMO CONSTANTE VITAL
Podríamos pensar sin peligro a equivocarnos, que en la evolución del
ser humano ha tenido valor permanente, su instinto migratorio.
Los antropólogos calculan que el
hombre se asentó a los bordes de los ríos, para un mejor aprovechamiento de los
recursos, hace más de diez mil años, pero antes, vagó por todo el planeta
muchos miles de años más, lo que nos hace pensar, que llevamos en nuestros
genes el espíritu viajero que tanto ha guiado nuestros sueños y nuestro afán
aventurero.
Resultaría vertiginoso pensar,
después del descubrimiento de América, los millones de personas que se
aventuraron a ir a tierras extrañas en busca de una mejor ocasión en que satisfacer
sus esperanzas de progreso, de mejoras materiales, políticas y sociales. Porque
nadie renuncia a mejorar su situación a todos los niveles y en toda
circunstancia.
Hoy,
al contrario de la costumbre que han marcado los tiempos, España es un país de
acogida; muchas pateras con personas de África llegan a nuestras costas en
condiciones lamentables y que suelen ser devueltas a sus países de origen. El
dolor de estas personas no nos deja indiferentes, porque no hace mucho, dos
millones de españoles dejaron el suelo peninsular camino de Argentina, Francia,
Alemania... El progreso económico de este país se debe en gran medida a las
aportaciones económicas que trajeron los emigrados.
Se compraron muchos pisos, la
vivienda soñada, un pequeño local donde abrir un pequeño negocio. Las hipotecas
que complementaban la adquisición duraban cuarenta años pero los intereses iban
decreciendo y, al contraste del nivel de vida que iba subiendo, en poco tiempo
esa angustiosa hipoteca se volvía menos angustiosa, más fácil de pagar, hoy
parece todo lo contrario.
Terminada la II Guerra mundial
los países aliados castigaron al dictador Franco con el aislamiento total, para
hacerle pagar su adhesión a los países del Eje, pero en realidad, fue el pueblo
español, el que sufrió las terribles penurias que tal castigo imponía.
El primer país que ayudó con su
enorme generosidad a este maltrecho pueblo fue la República argentina, su trigo
salvo muchas vidas, porque esas hermosas tierras, que tan mal trataron los
europeos, son y han sido, una fuente permanente de acogida. Basta visitarlos
para constatar la enorme generosidad con la que te reciben.
Los que fuimos emigrantes en
Europa, en París en mi caso personal, hemos podido comprobar la distinta
acogida de un país a otro, porque cuando en 2005, pise suelo argentino,
invitada para la presentación del libro
de una amiga, me sentí, no diré como en casa, me sentí mucho mejor que en casa
propia. Y cuando repetí el viaje para la presentación de un libro propio, he
vuelto a sentir la calidez, la cortesía y el cariño de los argentinos. Por eso,
me gustaría que mis compatriotas no olvidases, la generosidad con la que han
sido tratados y sepamos a nuestra vez, acoger al inmigrante que tanto nos puede
enriquecer.
Algo que parece muy difícil, la
rácana Europa cierra sus puertas, el Sr. Berlusconi clamaba al cielo porque su
pequeña isla mediterránea, se le llena de desesperados tunecinos. Arde el norte
de África, hay sin duda una revolución en el mundo árabe que no creemos tenga
connotación religiosa alguna, es un grito de desesperación ante el hambre, la
pobreza y la opresión. Porque los pobres están cansados de asistir a los
banquetes del mundo occidental como meras figuras de cera. Porque llegados a
cierto punto igual da morir de hambre que de una “corná”, como decía el
diestro.
Andamos desenfrenados
resguardado el feudo europeo, que como muralla infranqueable se levanta ante
todo intento migratorio y lo que más cerca tienen los desesperados tunecinos,
egipcios, libios es precisamente el sur de Europa, que hace poco, por no decir
nada para socorrerlos. Hace poco leíamos
en el País, que el Sr. Obama exige que cese el “uso escandaloso de la
violencia” y nos preguntamos ¿hay algún uso violento que no sea escandaloso?
Algunos, de tanta hipocresía nos tiene también muy hartos.
©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y
escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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