PEREGRINO
Desnudo desafío en esta vida
haber crecido como un árbol sin raíces
llevar, latiendo, de cada día cicatrices
acompañadas de dolor, en mil matices.
Hallar, empero, la luz cada mañana.
Certeza profunda de una esperanza cierta
que a cada paso desgrana y desgrana
pensamientos de tal fuerza, nada vana.
La mirada encuentra un horizonte.
Alguien, al lado, aparece en el sendero
abriéndose, de Sol y azul, el cielo entero.
Es el rastro de un amor insospechado
dotando de sentido la existencia.
Nace un tiempo fértil, que no pide clemencia.
ANTONIO LAS HERAS – Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORIFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
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