ACERCA DE LOS PIOJOS
Los pedicúlidos -el
87 para los quinieleros- o simplemente los piojos, son parásitos que se
alimentan de sangre, cuyas picaduras ocasionan un intenso prurito y compulsivos
deseos de rascado. Descriptos por Linneo en 1758, fueron posteriormente
clasificados en tres especies: pediculus capitis, pediculus corporis y
pediculus pubis.
El pediculus capitis es el
vulgar piojo de la cabeza.
El pediculus corporis, o
piojo de la ropa, es el que produce lesiones en el cuerpo, refugiándose y
haciendo sus posturas, preferentemente, en costuras y pliegues.
Y el pediculus pubis, mucho
más conocido como ladilla -palabra ésta de prosapia latina, que
también da nombre a las personas fastidiosas-, es el que parasita en las partes
vellosas del cuerpo.
A mediados del siglo pasado, en el transcurso de mis estudios de parasitología,
me percaté de la existencia de una cuarta especie a la que denominé pediculus
resurrectus. Un piojo que, hasta entonces, no había sido tenido en cuenta por
los parasitólogos.
Los propensos a contraer esta parasitosis son, paradójicamente, aquellos que
abandonan la “piojería” de la noche a la mañana, pasan rápidamente a la
categoría de “nuevos ricos” y hacen ostentación de su riqueza.
No creo ni recuerdo, que
alguien más se haya ocupado de este asunto. Y entiendo que tampoco vale la pena
ahondar en él.
Después de todo, un 'pediculus resurrectus' no es más que un “piojo resucitado”
Y ya que hablamos de
"los piojos", oigamos como cantan:
https://www.youtube.com/watch?v=56ku5edSIDI&ab_channel=pedrobersuit
LUIS ALPOSTA
– Buenos Aires, Argentina
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