BORGES: DESTINO INELUDIBLE Y LO PARANORMAL
JORGE LUIS BORGES. Sus variadas percepciones, a través de diferentes obras.
Jorge Luis Borges (1899/ 1986), es autor de sugerentes enigmáticos relatos como “Las ruinas circulares” o ese poema “El ajedrez” donde concluye preguntándose ¿Quién mueve las piezas detrás de la mano de Dios? Curioso escrito para alguien que se autodefinió como ateo convencido de que Dios no existe. Empero, en sus versos no sólo convoca al Creador para que guíe la mano del ajedrecista, sino que enuncia que hay un alguien más detrás guiando las decisiones de la divinidad.
En el cuento “Las ruinas circulares” lo paranormal surge con precisión: Cierta persona arriba a un antiguo templo, originalmente de forma circular, que se encuentra en ruinas. Su objetivo es û nada menos û que el de crear un humano surgido desde el ámbito de los sueños para convertirlo en realidad perceptible.
Es decir, que un humano nacido del universo onírico obtiene entidad verdadera y concreta pudiendo pasearse entre los demás mortales.
Pero, ¿alguien nacido de un sueño es un mortal más? Lo cual remite al nacimiento misterioso que, como bien explicara Carl Gustav Jung, es el primer paso en el sendero del Arquetipo del Héroe Solar.
A medida que seguí leyendo escritos y poemas de Borges fui enfrentando con diversas propuestas que sumergen al lector en temas que van desde la existencia de un destino ineludible y que, por ello, en modo alguno puede evitarseà hasta cuestiones que transitan lo que hoy se conoce como “lo paranormal.”
Importa mucho la mirada del doctor Alejandro Vaccaro (ver recuadro) al explicar: “Borges estaba convencido que, si uno está frente a dos puertas y decide entrar por una de ellas y no por la otra, eso ya estaba predeterminado; uno hizo lo que la puerta indicó y no fue por acto humano”.
Es exactamente lo opuesto a lo que yo pienso, pues estoy convencido que no existe destino, ni cifra prefijada, ni nada escrito de antemano; sino que lo que habitualmente llamamos destino, esta vez escrito con primera letra minúscula, no es otra cosa que el resultado de las decisiones que hemos tomado tanto como de las que no hemos tomado.
En el mismo sentido, el periodista y escritor Osvaldo Ferrari señalaba, hace tiempo, que Borges le había dicho: “Cuando yo escribo algo es porque he recibido algo.No se puede dar si no se ha recibido.” ¿Acaso se refería a esa entidad que imaginaba presente detrás de Dios mismo? Queda claro que el poeta estaba convencido de la existencia de algo trascendente, más allá de la razón y los cinco sentidos, que podía ejercer decisiones sobre las personas.
Quizás ayude algo que continuó diciendo: “Creo en la inspiración. Es decir, creo que todo escritor es un amanuense. Un amanuense no se sabe de quién o de qué. Podemos pensar, como pensaban los hebreos, en el espíritu; o en la musa, como pensaban los griegos, o en `la gran memoria` en la que creía el poeta irlandés William Buttler Yeats.”
Borges nos permite afirmar que el ámbito metafísico fue parte inherente e integrante de la existencia borgeana. De allí cierta evidente y reiterada actitud de “dejarse estar”, permitirse llevar por los acontecimientos que se entramaban y sucedían fuera de sus propios intereses o deseos. Para comprender más claro sus ideas, ante otra pregunta de Ferrari, el poeta expresó: “Es que quizá seamos eternos. Todo es posible.”
“Hay algo en nosotros que está más allá de las vicisitudes de nuestras historias. Hay algo en mi eterno, que es ajeno a mis circunstancias, a mi nombre y a mis aventuras o desventuras. Creo que eso lo hemos sentido todos, y creo que es un sentimiento verdadero: el de una raíz secreta que uno lleva, y que está más allá de los hechos sucesivos del vivir.”
Incluso puede llamar la atención que este escritor hasta se interesaba por leer informes referidos a “la sensibilidad de las plantas”; es decir, la posibilidad de que los vegetales sean influenciados û como se ha demostrado que lo son û por las facultades parapsicológicas humanas. Así se lo comentó a la escritora Liliana Heker, autora de “Diálogos sobre la vida y a muerte.”
Borges fue un gran conocedor de lo que se entiende en el budismo por “karma” lo cual le permitía reforzar su idea de que todo está determinado de antemano.
Así le dice a Liliana Heker: “si usted nace inteligente es porque ha merecido nacer inteligente; si nace, por ejemplo, dentro de una de las castas de la India, es porque usted ha merecido esa casta; si usted ha nacido desdichado eso presupone siempre una causa anterior; si cada vida presupone una vida anterior, esa vida anterior presupone otra, y esto sigue hasta el Infinito.”
Borges se refirió también a eso que yo he denominado “brechas en el espacio tiempo” en “El jardín de senderos que se bifurcan” (publicado en 1.942) donde refiere la existencia de un laberinto temporal en el cual cuando la persona se enfrenta a las varias posibilidades de opción ofrecidas, en lugar de decidir por una específica, opta por todas en forma simultánea generando de este modo la inesperada y enigmática situación por la cual tengan lugar diferentes porvenires, distintos tiempos a la vez, todo lo cual genera nuevas y por lo cual antes inexistentes opciones, las cuales a su vez también habrán de bifurcarse generando un movimiento eterno de permanentes nuevas aperturas.
Algo así como aquel “movimiento permanente” que buscaron hace siglos algunos alquimistas, al parecer sin lograrlo. De alguna manera esto mismo surge en el verso “Detrás del nombre hay lo que no se nombra” que pertenece a su poema “Una brújula.”
Lo más notable de todo esto es el hecho de que ûaños después de publicado este cuento û fueron varios los especialistas en Física que advirtieron que lo enunciado en ese escrito hace referencia a los hallazgos que ha hecho la Física Cuántica.
Tanto en el hecho de las llamadas partículas acausales, que nacen en el futuro para disolverse en lo que para el observador es su presente como aquellas que siendo la misma û ocupa diferente lugar según quien sea el observador. Por sólo poner dos ejemplos.
Muy interesado por aumentar mis conocimientos en los aspectos biográficos de Borges, concurrí al Club Europeo a una muy concurrida disertación del Dr. Alejandro Vaccaro quien, además de presidir la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), es el máximo biógrafo mundial del autor de “Inquisiciones”, en la ávida busqueda por conocer al Borges del que no suele hablarse.
Me interesó muchísimo cuando Vaccaro comentó que Borges vivía con lo que yo he de llamar “idea del Destino ineludible.”
Destino escrito así, con “D” mayúscula, como nombre propio. ¿Por qué afirmo esto? Porque el expositor aclaró que Borges estaba convencido que los humanos no tomamos decisiones sino que éstas ya están tomadas de antemano.
ANTONIO LAS HERAS – Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
(*) Doctor en Psicología Social, filósofo y escritor. Magister en Psicoanálisis. Pte. Asoc. Arg. Parapsicología y de la Asoc. Junguiana Argentina.
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