OJOS ALEGRES
Ojos alegres, como la risa de un niño envuelto
en un juego.
Ojos hermosos, como el brillo de una alegre mañana.
Ojos tiernos, como los ojos pintados de la
misericordia de Dios.
Ojos serenos, como la mirada de un anciano al
caer la mencionada tarde.
Mis ojos se tornan infinitamente alegres
cuando pronuncian el nombre Belén.
Ojos que ya no son tristes
como cuando escribí aquel viejo poema.
Yo veo hoy con nueva mirada cada amanecer.
Los ojos expresan con nitidez lo que somos,
son la luz que nos dio Dios para ser alegres.
Dios tiene los ojos alegres y también mustios.
Mis ojos hoy son más alegres, más alegres.
Nuestros ojos son la expresión más tierna del
alma.
No son los mismos, se alteran con el sendero de
los años.
Guardan en sus pupilas nuestras biografías.
El color ni la ceguera importan,
para concluir que el rostro pueda ser también alegre.
Concluyo que soy en la intrépida noche un
pequeño puente de claridad.
GUILLERMO FERNÁNDEZ DEL CARPIO, Arequipa, Perú
MIEMBRO HONORÍFICO
DE ASOLAPO ARGENTINA
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