A veces hay poesía y, cuando la suerte que la esconde en el olvido, se distrae, la vemos y ella se enamora. Solo entonces la tímida poesía, quién se sabe sola, abandona su suerte y se nos ofrece para la eternidad.
FAC.
ASFÓDELOS AZULES
Aguas bautismales montan la brisa
en la espesa mañana del rocío.
Sobre el pétalo rosa en extravío
una gota de ardor clara y precisa.
Recorre los asfódelos tu risa
y convoca a la sangre de mi río
la humedad de tu labio junto al mío
en un beso inicial que no halla
prisa.
Mi mano lentamente se desliza
como un amanecer, moneda de oro
y tú boca se abre en alabanza.
Sobre una sola piel que se eterniza,
nos dimos a encender nuestro
tesoro
el fuego del amor que no descansa.
FAVIO ANDRÉS CEBALLOS, Baigorria, Santa Fe, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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